El lenguaje puede hablar tanto de las cosas desaparecidas como de las inexistentes, decía Abelardo y el jugar Ajedrez es como el lenguaje. Se requiere visualizar el pasado y futuro. Cuando el escritor (o el artista en general) dice que ha trabajado sin pensar en las reglas del proceso, sólo quiere decir que al trabajar no era consciente de su conocimiento de dichas reglas. Aunque sería incapaz de escribir la gramática de su lengua materna, el niño la habla a la perfección. Pero el conocimiento de las reglas no es privativo del gramático: el niño las conoce muy bien, aunque no sepa que las conoce. El gramático sólo es aquel que sabe por qué y cómo el niño conoce la lengua. Algo similar pasa con el Gran Maestro. De repente sabe que jugada es sin saber como. Es porque el ajedrez es un lenguaje y el Gran Maestro ha asimilado las palabras.