Los ocho meses de Bora Kostic en México.
Primera Parte.
Uno de los mas notables trashumantes del ajedrez mundial fue el Gran Maestro Bora Kostic (se pronuncia Kostich), considerado, junto al GM Milán Vidmar, uno de los dos mejores jugadores de Yugoslavia de su tiempo. Por estos días se realiza el Torneo Internacional en su memoria en su ciudad natal.
Nacido el 24 de febrero en 1887 en Vrsac, Serbia, en Yugoslavia, recorrió todo el mundo dando exhibiciones, clases o compitiendo en torneos.
En una de sus giras, a los 44 años residió por ocho meses, de 1930 a 1931 como entrenador en México.
En 1930 se realizó el Torneo Internacional de Niza, Francia; en el que Kostic ocupó el cuarto lugar y participaron Grandes Maestros como Edgar Colle, Savielly Tartakover y Eugene Znosko Borovsky. Participó, representando a México el capitán José Joaquín Aráiza, a quien se le había encomendado la contratación de un gran maestro europeo por parte del Jefe de Instrucción Militar, el General Joaquín Amaro, considerado el creador del ejército mexicano moderno y futuro presidente de la Federación Mexicana de Ajedrez dos años más tarde.
Araiza, se decide invitar a Bora Kostic, pues contaba con la exitosa experiencia de haber dado clases en Argentina durante dos años, a partir de 1913 en la Academia Militar de ese país.
Kostic entre sus laureles tenía el de haber vencido en 1911 al campeón americano Frank J. Marshall y posteriormente al GM vienés Rudolf Spielman,
Durante su estancia de ocho meses trabajo con los mejores jugadores militares del país como el mismo Capitán Araíza, el Mayor Manuel Soto Larrea, el Capitán Francisco Javier Vazquez, todos ellos seleccionados para jugar en el Primer Torneo Internacional de la Ciudad de México en que participarían los Grandes Maestros Alexandr Alekhine, campeón del mundo, e Isaac Kashdan, uno de los mejores jugadores de los Estados Unidos.
También estaba en sus tareas el preparar a un equipo de jugadores amateurs que competirían en el torneo por equipos de exhibición durante la Olimpíada de los Angeles 1932, evento que ganaría el equipo mexicano delante de siete países, incluídos los equipos de amateurs de Cuba y Estados Unidos.
Kostic preparo programas de estudio para un grupo de 14 jugadores, con la cooperación de varios profesores militares de diversas carreras que trabajaban para el General Amaro. Entre ellos destacaban los médicos militares, el entonces Teniente Coronel Dr. Francisco Raúl Vargas, mi abuelo materno y quien sería el Director del Primer Torneo Internacional de México y el entonces Mayor Dr, Jorge Meneses Hoyos, distinguido médico yucateco que actualmente se considera uno de los más grandes hijos del estado de Yucatán.
Ambos plasmaron las enseñanzas de Kostic y desarrollaron instructivos que fueron muy útiles para los alumnos mexicanos del gran maestro yugoslavo. A pesar de las responsabilidades que sus grados en el ejército representaban y a pesar del poco tiempo que podían dedicar al ajedrez, los cinco militares mencionados se mantuvieron entre los mejores jugadores del ajedrez mexicano por más de dos décadas, destacando Araiza que 36 años después aún se colocaba tercero en el campeonato nacional, tras 25 años de ser campeón nacional. En 1964 seguiría representando a México en la Olimpíada en Tel Aviv.
Varios alumnos de Kostic, no eran militares, sino civiles becados por el General Amaro en vista de su talento. Entre ellos podemos citar al Lic. Abel Pérez Herrera y al Ing. Joaquín Camarena López Portillo, que en la década de los años 1940, se mantuvieron entre los mejores de México, Camarena incluso fue campeón del DF en 1971 y formó parte del equipo que, representando a México, ganó el Campeonato Centroamericano y del Caribe en Guatemala en 1971, completando el equipo con el fallecido Dr. Carlos Escondrillas Medina, el MF Alberto Campos Ruíz, el MN Benito Ramírez y el que esto escribe,
Por su parte Abel Pérez Herrera formó parte del equipo de México que en 1966 quedó segundo lugar en el Campeonato Centroamericano y del Caribe realizado en Puerto Rico, como compañero de equipo del MI Mario Campos López, el MF Armando Acevedo Milán, el MN Joaquín Medina Zavalía (otro alumno de Kostic y competidor del Torneo Internacional de México, ya mencionado).y el Sr. Angel Benson.
Las enseñanzas de Kostic dejaron una huella que duró firme más de quince años y de manera más leve en alumnos que destacaron a edad avanzada, varias décadas mas. Era común oir hablar a sus alumnos de las recomendaciones de Kostic.
Varios ejemplares de los instructivos de Kostic me fueron legados por mi abuelo materno, que además de colabiorar en su edición, posteriormente fue director de la Revista Mexicana de Ajedrez de 1934 a 1935, publicando algunos artículos que el GM Kostic le enviaba desde Europa.
En la Segunda Guerra Mundial Kostic fue encerrado en el campo nazi de concentración en Gran Beckerek (Zrenjanin), pero sobrevivió y continuo intercambiando correspondencia con mi abuelo hasta su muerte en abril de 1959. Bora Kostic, el Gran Maestro, falleció el 3 de noviembre de 1963 en Belgrado.
Los cuadernos instructivos de Kostic fueron reeditados en 1941 en un tiraje de sólo 140 ejemplares y son aún más raros de conseguir que los editados 10 años antes. Sólo muy contados coleccionistas los conocen en México, si bien en el Manhattan Chess Club de Nueva York observe que poseían varios ejemplares en 1979.
En 1986 intente publicar una nueva edición con la SEP al mismo tiempo que el libro del GM Carlos Torre Repetto, “El Desarrollo de la Habilidad en Ajedrez”. Por cuestiones presupuestales se dio prioridad a sacar el tiraje de 10 mil ejemplares del libro del genial yucateco, dejando en segundo turno al Instructivo de Kostic, turno que nunca llegó. Espero que pronto, con las facilidades de las computadoras y como mero documento histórico, se pueda reeditar, aunque hay muchos otros libros importantes de la historia del ajedrez mexicano que también es importante rescatar, aunque de menos mérito técnico que el de Kostic, si con mayor significancia para la memoria histórica del país.
Por lo pronto, del GM Bora Kostic y su paso por México, aun tengo mucho que escribir,
Primera Parte.
Uno de los mas notables trashumantes del ajedrez mundial fue el Gran Maestro Bora Kostic (se pronuncia Kostich), considerado, junto al GM Milán Vidmar, uno de los dos mejores jugadores de Yugoslavia de su tiempo. Por estos días se realiza el Torneo Internacional en su memoria en su ciudad natal.
Nacido el 24 de febrero en 1887 en Vrsac, Serbia, en Yugoslavia, recorrió todo el mundo dando exhibiciones, clases o compitiendo en torneos.
En una de sus giras, a los 44 años residió por ocho meses, de 1930 a 1931 como entrenador en México.
En 1930 se realizó el Torneo Internacional de Niza, Francia; en el que Kostic ocupó el cuarto lugar y participaron Grandes Maestros como Edgar Colle, Savielly Tartakover y Eugene Znosko Borovsky. Participó, representando a México el capitán José Joaquín Aráiza, a quien se le había encomendado la contratación de un gran maestro europeo por parte del Jefe de Instrucción Militar, el General Joaquín Amaro, considerado el creador del ejército mexicano moderno y futuro presidente de la Federación Mexicana de Ajedrez dos años más tarde.
Araiza, se decide invitar a Bora Kostic, pues contaba con la exitosa experiencia de haber dado clases en Argentina durante dos años, a partir de 1913 en la Academia Militar de ese país.
Kostic entre sus laureles tenía el de haber vencido en 1911 al campeón americano Frank J. Marshall y posteriormente al GM vienés Rudolf Spielman,
Durante su estancia de ocho meses trabajo con los mejores jugadores militares del país como el mismo Capitán Araíza, el Mayor Manuel Soto Larrea, el Capitán Francisco Javier Vazquez, todos ellos seleccionados para jugar en el Primer Torneo Internacional de la Ciudad de México en que participarían los Grandes Maestros Alexandr Alekhine, campeón del mundo, e Isaac Kashdan, uno de los mejores jugadores de los Estados Unidos.
También estaba en sus tareas el preparar a un equipo de jugadores amateurs que competirían en el torneo por equipos de exhibición durante la Olimpíada de los Angeles 1932, evento que ganaría el equipo mexicano delante de siete países, incluídos los equipos de amateurs de Cuba y Estados Unidos.
Kostic preparo programas de estudio para un grupo de 14 jugadores, con la cooperación de varios profesores militares de diversas carreras que trabajaban para el General Amaro. Entre ellos destacaban los médicos militares, el entonces Teniente Coronel Dr. Francisco Raúl Vargas, mi abuelo materno y quien sería el Director del Primer Torneo Internacional de México y el entonces Mayor Dr, Jorge Meneses Hoyos, distinguido médico yucateco que actualmente se considera uno de los más grandes hijos del estado de Yucatán.
Ambos plasmaron las enseñanzas de Kostic y desarrollaron instructivos que fueron muy útiles para los alumnos mexicanos del gran maestro yugoslavo. A pesar de las responsabilidades que sus grados en el ejército representaban y a pesar del poco tiempo que podían dedicar al ajedrez, los cinco militares mencionados se mantuvieron entre los mejores jugadores del ajedrez mexicano por más de dos décadas, destacando Araiza que 36 años después aún se colocaba tercero en el campeonato nacional, tras 25 años de ser campeón nacional. En 1964 seguiría representando a México en la Olimpíada en Tel Aviv.
Varios alumnos de Kostic, no eran militares, sino civiles becados por el General Amaro en vista de su talento. Entre ellos podemos citar al Lic. Abel Pérez Herrera y al Ing. Joaquín Camarena López Portillo, que en la década de los años 1940, se mantuvieron entre los mejores de México, Camarena incluso fue campeón del DF en 1971 y formó parte del equipo que, representando a México, ganó el Campeonato Centroamericano y del Caribe en Guatemala en 1971, completando el equipo con el fallecido Dr. Carlos Escondrillas Medina, el MF Alberto Campos Ruíz, el MN Benito Ramírez y el que esto escribe,
Por su parte Abel Pérez Herrera formó parte del equipo de México que en 1966 quedó segundo lugar en el Campeonato Centroamericano y del Caribe realizado en Puerto Rico, como compañero de equipo del MI Mario Campos López, el MF Armando Acevedo Milán, el MN Joaquín Medina Zavalía (otro alumno de Kostic y competidor del Torneo Internacional de México, ya mencionado).y el Sr. Angel Benson.
Las enseñanzas de Kostic dejaron una huella que duró firme más de quince años y de manera más leve en alumnos que destacaron a edad avanzada, varias décadas mas. Era común oir hablar a sus alumnos de las recomendaciones de Kostic.
Varios ejemplares de los instructivos de Kostic me fueron legados por mi abuelo materno, que además de colabiorar en su edición, posteriormente fue director de la Revista Mexicana de Ajedrez de 1934 a 1935, publicando algunos artículos que el GM Kostic le enviaba desde Europa.
En la Segunda Guerra Mundial Kostic fue encerrado en el campo nazi de concentración en Gran Beckerek (Zrenjanin), pero sobrevivió y continuo intercambiando correspondencia con mi abuelo hasta su muerte en abril de 1959. Bora Kostic, el Gran Maestro, falleció el 3 de noviembre de 1963 en Belgrado.
Los cuadernos instructivos de Kostic fueron reeditados en 1941 en un tiraje de sólo 140 ejemplares y son aún más raros de conseguir que los editados 10 años antes. Sólo muy contados coleccionistas los conocen en México, si bien en el Manhattan Chess Club de Nueva York observe que poseían varios ejemplares en 1979.
En 1986 intente publicar una nueva edición con la SEP al mismo tiempo que el libro del GM Carlos Torre Repetto, “El Desarrollo de la Habilidad en Ajedrez”. Por cuestiones presupuestales se dio prioridad a sacar el tiraje de 10 mil ejemplares del libro del genial yucateco, dejando en segundo turno al Instructivo de Kostic, turno que nunca llegó. Espero que pronto, con las facilidades de las computadoras y como mero documento histórico, se pueda reeditar, aunque hay muchos otros libros importantes de la historia del ajedrez mexicano que también es importante rescatar, aunque de menos mérito técnico que el de Kostic, si con mayor significancia para la memoria histórica del país.
Por lo pronto, del GM Bora Kostic y su paso por México, aun tengo mucho que escribir,