Una de las tareas que debieran considerarse para la difusión
del ajedrez en un país es la realización de un archivo documental que pueda ser
consultado sobre lo que se ha emprendido y establecer modelos exitosos.
Continuamente se repiten acciones y promociones con pocos cambios en los nuevos
intentos y, como dice aquel famoso adagio: el que no conoce la historia corre
el riesgo de repetirla. Para obtener mejores resultados hay que hacer las cosas
de otra manera. Los entrenadores de ajedrez continuamente recomendamos el
análisis de las partidas propias jugadas para extraer de las experiencias
redireccionamientos de conducta. Si esto es válido para los jugadores, para las
instituciones también lo es. Pero sin memoria institucional archivada y
registrada, para ser analizada, no puede haber progreso.
He digitalizado cientos de recortes periodísticos y un
número enorme de revistas de ajedrez que han surgido a lo largo del siglo XX
para tratar de establecer una memoria de la promoción del ajedrez en la América
Nuestra, para poder analizar cuales son los caminos que se han intentado,
explorado, para que el ajedrez logre un lugar adecuado en la vida social y
educativa de México. Pero la tarea es enorme. Ojala muchos archivos personales
se abran y se digitalicen muchísimos documentos para que las nuevas
generaciones conozcan lo que se ha hecho y se puedan orientar para hallar caminos
exitosos. La internet brinda una oportunidad magnífica para unir esfuerzos en
la recolección de la memoria
institucional del ajedrez. Creo que todos los que tenemos archivos y recuerdos
de acciones de promoción del ajedrez debiéramos unirnos para integrar un archivo
virtual que pueda ser consultado por todos los que sientan vocación por
promover el ajedrez.