La
semana pasada participe en dos sesiones de entrenamiento en que se utilizaron
dos maneras de usar equipos modernos de computación para estudiar y entrenar
ajedrez.
Primero
fue una sesión con jugadores que forman la selección de ajedrez del IPN, una de
las dos principales casas de estudios superiores de México (tiene una matricula
de un par de cientos de miles de estudiantes), en que participaron media docena
de jugadores con títulos internacionales y otra media docena de jugadores muy
fuertes y líderes del ajedrez estudiantil, un grupo de jugadores con un
promedio de 2050 de Elo internacional, con uno de más de 2300 y una jugadora
femenina de 1900 en los extremos.
Ahí
el CM Miguel Castillo, que conducía el entrenamiento, con más de 20 años de entrenador en escuelas
de nivel superior mostraba con un proyector y una computadora varias posiciones
usando el programa “Peshka”, en que los estudiantes resolvían posiciones tácticas
y luego desglosaban variantes y los métodos para identificar las posiciones
ganadoras.
Luego
di una charla a los participantes sobre la metodología usada por el GM Carlos
Torre y como está, al ser estudiada en Rusia por varios entrenadores y sicólogos
desde el arribo de Torre al torneo internacional de Moscú 1925, hasta su
regreso de la Unión Soviética en 1926, había influenciado los sistemas de
enseñanza que serían modelo en todas las escuelas de ajedrez de esa enorme
nación y que actualmente se usaba en Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Moldavia y en
los países del Cáucaso como Armenia, Georgia y Azerbaiyán.
Lo
que no me gustaba de usar “Peshka” era la misma desventaja de usar chessbase u
otro programa similar de base de datos para entrenar: Al pasar las jugadas en
el tablero en pantalla, los jugadores tienen cada jugada visual, o sea, ven
moverse piezas cada jugada y hay que obligarlos a dar sus soluciones
describiendo verbalmente las jugadas y variantes para habituarlos a ver
mentalmente las posiciones. Otra cosa, los programas con situaciones tácticas
como Peshka ya indican que hay una combinación, no dejan la duda de si la
posición tiene oportunidades tácticas. Es fácil para el entrenador trabajar
así, pero es menos efectivo ese método para sacar de su zona de comodidad a los
entrenados.
En
lugar de visualmente pasar cada jugada, es mejor proyectar las jugadas cada 4 o
5 jugadas, para obligar al entrenado a seguir mentalmente las secuencias, así
estimulando más el esfuerzo en el cálculo.
Pero
obviamente el usar el proyector con una base de datos como Peshka o Chessbase
es mucho mejor que usar un tablero demostrativo y pasar jugada a jugada en el
tablero.
Lo
mejor es un rotafolio. Pasar posiciones con avances cada 4 o 5 jugadas. Estas
posiciones se pueden poner en un “power point”, pasarlas a PDF y luego pasarlas
en una tablet o en una TV, posiciones fijas, sin mover piezas, diagramas cada 4
o 5 jugadas nada más, con la descripción de las jugadas escritas, pero con
saltos en diagramas. Es lo más parecido a leer un libro de ajedrez sin piezas y
sin tablero.
En
el entrenamiento que hice dos días después de la sesión de entrenamiento con
los jugadores estudiantiles, trabaje con un grupo que estudia para ser
instructores en una universidad pública, en este caso no eran estudiantes, sino
personas que darán clases a estudiantes. En esa sesión los entrenados tienen
una tablet cada uno con PDF de las posiciones de la sesión cargado y el
entrenador tiene un archivo similar, cada uno observa su propia tablet y el entrenador
va citando la lamina que contiene la posición para analizar. Por ejemplo, el
entrenador dice: “Veamos la lamina 25, en esta posición el blanco juega,
analicen los siguientes candidatos y dediquen dos minutos a cada uno”. Luego
pide pasar a la lamina 26 y ahí aparecen los análisis y los entrenados
confrontan sus variantes con las anotadas en la lámina. En ocasiones también se
pide hagan una descripción de la metodología usada y la comparan con la elegida
en la lamina. Se usa mucho papelería para registrar todo lo que se hace.
Después de la sesión, el entrenado en su tablet tiene todo lo tratado en la
sesión y puede repasarlo. También se ha añadido un archivo en PGN para ver en
su tablet los ejercicios con un programa de base de datos de ajedrez para android,
pero se le recomienda lo use solo para repaso. Lo recomendable es que repase el
PDF y examine las notas escritas que anotó en su agenda o en su bitácora.
En
las dos sesiones se utilizaron diferentes herramientas, pero con los archivos
en tablet se puede repasar prácticamente en cualquier sitio. También con las
notas escritas. Lo que se recomienda es que si se usa una base de datos con
posiciones, las que se vean se impriman en hojas para que los alumnos puedan
repasarlas, así si no tienen tablets, pueden usar cuadernos como se hacía en el
siglo XX, pero ahora es mas común usar tablets o aparatos computacionales
pequeños para usarlos como cuadernos.
Hay
posibilidad de mezclar las herramientas: proyectar las laminas de PDF con una
computadora y que además los estudiantes tengan sus tablets y se les cargue
copia de la sesión al final, para que puedan repasar lo visto en ella. Lo que
si es indispensable es el uso de bitácoras y agendas.