9 feb 2010
Estudio y ajedrez.
En ocasión de un torneo de blitz, coincidieron varios entrenadores y me comentaron sobre la crisis de nuevos valores en el ajedrez, pues si bien hay varios que destacan en los torneos blitz y activos, pocos lo hacen en los torneos formales valederos para las clasificaciones FIDE.
La queja general es la misma de muchos años atrás, pocos jóvenes sienten que se les apoyan y que no se les estimula y motiva para que estudien seriamente el ajedrez. Desgraciadamente para muchos que hace cinco años eran unas promesas muy brillantes, el tiempo ha pasado y siguen más o menos en el mismo nivel. Hace tres décadas lo común era que los muchachos a los 16 años ya tenían nivel internacional, y se podía hablar en 1980 de más de dos docenas de esa edad que ya jugaban fuerte. Son los mismos que ahora de Grandes Maestros y Maestros Internacionales ocupan los primeros lugares de los torneos e integran equipos olímpicos y representaciones internacionales, claro que con edad entre los 40 y 50 años de edad. Pero hay menos de una docena de jugadores de entre 15 y 18 años que prometen ser los remplazos de esos Así que hay el temor de que el equipo olímpico de 2010 tenga mayor promedio de edad que el de 2000. Espero que no sea una década mayor.
Por lo pronto, si vemos las estadísticas, en la gran mayoría de los países el promedio de edad no rebasa los 30 años. Esa debiera ser la regla, pues tengo la certeza de que no es motivante para nadie que mayores de 30 años participen en un equipo olímpico. En mi experiencia de dos olimpíadas y luego de examinar otras 6, los peores resultados de los equipos los tuvieron los mayores de 30 años, cuando los equipos tenían jugadores con menos de 30 años. Aunque hace ya muchas olimpíadas en un equipo de México no hay más de dos jugadores menor de 30 años.
Se deben hacer selectivos para las olimpíadas, pero sería muy útil si pusieran esa regla de que sólo participen menores de 30 años. Así ya no habría equipos de dinosaurios y seguramente estimularía a muchos jóvenes que no ven como sin apoyo y sin instrucción institucionalizada como abrirse paso entre los cuarentones y cincuentones que en su tiempo si recibieron el apoyo institucionalizado que ahora solo se da a verdaderos fósiles del ajedrez.
Mientras que en otros países abundan jugadores menores de 15 años con título internacional, en México unos cuantos llegan siquiera a los 2100 de rating.
Ahora no se piense que creo que solo los menores de 30 años pueden superarse. Digo que los mayores de 30 años no deben ir a olimpíadas, ya que es una manera ideal de estimular a los jóvenes, y deben usarse los cinco puestos para ello. Pero creo firmemente que los “baby boomers”, los cincuentones pueden mejorar mucho en ajedrez, siempre que no crean llegar a disputarle al cuarentón Anand el título. La aspiración debe ser llegar a ser un excelente jugador de ajedrez y un mejor ser humano. Uno puede destacar internacionalmente hasta cierto punto, ganar sus torneos y destacar digamos hasta los 2400 o quizás 2500, pero no lograr llegar a la super elite de 2700 y 2800, eso es para los que empiezan la carrera muy jóvenes y ya andan a los 18 años rozando los 2600. Para los demás queda un ajedrez igual de rico e interesante, y mucho menos angustiante.
Una vez al excampeón mundial Mikhail Tal se le interrogaba sobre el futuro de un jugador mexicano y decía: “Tiene excelentes cualidades, pero es una buena persona y para ser un jugador de los mejores del mundo hay que ser mala persona”. Ya lo decía también Alekhine, el ajedrecista de primera línea, debe ser una mezcla de asceta, monje con un ave de rapiña. Y yo creo que se refería a un monje medio maldito.
Dicen que el ajedrez es el arte marcial de la mente, pero yo agregaría que es un deporte extremo mental también, pues es sumamente duro y agresivo cuando se esta al más alto nivel. A esas alturas, desconocidas excepto para uno entre un millón, la vida no debe ser fácil. Pero a otros niveles, aunque tampoco sea la cosa fácil, hay una belleza más sencilla de apreciar, más sana.