14 ene 2012

Retorno al blog.


Mientras haya vida, aunque no salud, tratare de retomar el blog para reflexionar o “riflexionar”, como diría H. Zumbado, sobre algunas cuestiones referentes al estudiar ajedrez.
Al escribir uno concreta lo que piensa, ya decía José Julián Martí Pérez que “Todo el arte de escribir es concretar”, y más adelante que  “…la dote suprema en el arte de escribir, que es la de ajustar la forma al pensamiento”
Uno cuando “riflexiona”, lanza pensamientos como tiros, como riflazos, y es importante dar forma adecuada a ellos para transmitirlos y así buscar influir en los seguidores para que se unan a las tareas propuestas. Si los malos, siendo tan pocos, hacen tanto daño unidos, los buenos, que son los más, ¡Cuánto bien podrían hacer juntos! “Es tan simple” escribió León Tolstoi.
Cuando, por diversas razones, uno siente que ya no queda mucho tiempo; se siente impaciente para sacar algunos proyectos, algunas tareas, comunicar algunas cosas observadas para ver si pueden ser útiles a alguien. Ese afán de Sísifo de subir una piedra para servir a quienes no conoceremos que a su vez subirán esa piedra para servir a quienes no conocerán, es parte de la naturaleza humana. Es humano.
Observar, “riflexionar”, y querer transmitir a otros lo observado y riflexionado, lo hago a menudo más fácil escribiendo.
Ahora que no todo lo puedo hacer público poniéndolo en mi blog. Ya de por si algunos me ven un poco fuera de mis cabales; no quiero dar pie a que aseguren que tengo guayabitos en la azotea. Por fuerza hay cosas que guardar para otras ocasiones más propicias.
El caso es que si alguien se preguntaba donde andaba, debían haber recordado mi usual despedida en mis primeros artículos en Internet: “Si me pierdo, búsquenme en Andalucía o en Cuba”, Federico García Lorca. Hubiese sido fácil, ir en La Habana al bar “Dos Hermanos”, el mismo que frecuentaba el poeta granadino y seguramente les hubieran dicho que un par de veces, por lo menos, me vieron por ahí en estos días.
El caso es que entre la falta de Internet y la de cordura; me pierdo en Andalucía o en Cuba.