En algunos congresos relacionados con la migración, en los
que he participado a través de los años y en diversas posiciones, incluso
representando a mi país como funcionario gubernamental y en otras como representante
de organizaciones no gubernamentales, he tenido acceso a documentos y estudios
sobre el tema de medir el talento. Ya que muchas instituciones gubernamentales
de diversos países tienen como su misión “Alentar los flujos migratorios
positivos”, por no decir, fomentar el robo de cerebros, como que se les da
utilizar todo tipo de exámenes para medir si una persona es preparada o si es
talentosa de una manera especial o si es una persona que no tiene talento o
preparación y “es un flujo migratorio no recomendable” Así cierran y abren las
puertas de “su casa”, con más discrecionalidad que bases reales.
El I.Q. y sus exámenes, en los que tuvo un papel destacado
De Groot, quien escribió varios libros de ajedrez relacionados con estas
mediciones, lamentó mucho, al final de su vida, el mal uso de estas
herramientas.
No hace mucho en los Estados Unidos se divulgó un estudio sobre el nivel educativo en ese país,
en que se aducía que el mal lugar que se tenía respecto a otros países “menos desarrollados”
era porque el promedio lo bajaban los estudiantes latinos con poco
aprovechamiento y talento.
Habría que ver porque entonces, si los migrantes bajan los
promedios “intelectuales”, en el último campeonato de ajedrez de Estados
Unidos, la gran mayoría de los clasificados a la final eran migrantes, incluso
latinos como es el caso del GM Alejandro Ramírez, ya sin mencionar que en el
último Campeonato Nacional Abierto de ese país lo ganó otro latinoamericano, el
GM Manuel León Hoyos.
¿Qué es el talento y que tanto es natural, y si hay diferencias
entre las razas? Son cuestiones aun polémicas, pero me llama la atención que académicos sigan
tratando de demostrar que “se nace y no que se hace”. Que Salamanca no presta
lo que natura no da, ya es algo muy rebasado. Pero veamos la nota:
“Según la investigación de
la U. de Michigan, el talento natural es más importante a la hora de lograr un
buen desempeño ya sea en música como en ajedrez.
Pueden pasar horas y horas practicando
cómo tocar el piano o violín o cómo desarrollar la mejor estrategia para jugar
ajedrez. Según un estudio realizado por la U. de Michigan, todo esto es en
vano. Lo que realmente pesa es el talento natural.
La
investigación demostró que practicar no es suficiente para explicar por
qué las personas tienen diferentes habilidades cuando toman como desafío áreas
como la música o avanzar en etapas de un juego, consigna Dailymail.
Según el académico del plantel estadounidense,
Zach Hambrick, el talento natural y otros factores son más importantes a la
hora que una persona logre el nivel adecuado. “La práctica es realmente
importante para avanzar y pulir el talento que se quiere construir pero esto no
es suficiente.
Hay personas que no necesitan practicar para
lograr la perfección”, explica el psicólogo al medio. La
investigación analizó 14 estudios de aficionados por el ajedrez y música, se
fijó especialmente en cómo la práctica tiene distintas relaciones en cuanto al
desempeño de las personas.”
Bueno, se me ocurrió hacerme de la dichosa
investigación, y con ayuda de algunos amigos de la red, de varios países y casi
todos con doctorados en áreas de pedagogía y sicología; y la conclusión fue que
estaba llena de agujeros, y, para tranquilidad nuestra, fácilmente refutable.
Asimismo aparecieron varios estudios similares
realizados en universidades en Praga y Budapest que llegaron a conclusiones
totalmente contrarias, aunque ahora, con la definición actualizada de lo que es
talento, que incluye la capacidad de trabajar arduamente y enfocado, se puede
decir que si, que el talento es decisivo, pero no aquel talento que viene con la cuna, aunque en cierto modo, todo viene
de alguna forma en ella, si no el talento que es aumentado por el entorno,
sobre todo el familiar.
Mozart, sin papá Mozart, no sería lo mismo, pero
había que especificar que si los genes que le dio fueron importantes, tanto o
más lo fue la educación musical que le dio al inicio de su vida.
Eso de que somos “yo y mis circunstancias” sigue
siendo válido.
Por eso a veces desespera ver jóvenes con gran
talento en que parece que el medio, sus clubes, asociaciones, federaciones, o
incluso familiares, parecen confabularse para que no logren hacer realidad los sueños
“que prometieron a sus ansias”.