La prensa especializada soviética que seguía ronda a ronda
el Torneo Internacional de Ajedrez de Moscú, da la noticia: En la duodécima
ronda el maestro mexicano Torre vence nada menos que al excampeón mundial
Emanuel Lasker, el vencedor de los dos torneos internacionales más fuertes de
las primeras décadas del siglo XX, San Petersburgo 1914 y Nueva York 1924.
“Una nueva manera de jugar ajedrez” calificaría el
comentarista del evento, el maestro Abraham Modell, el entrenador más destacado
de la entonces ciudad de Leningrado y pilar de la naciente escuela soviética de
ajedrez que produciría 8 campeones mundiales.
“Con Capablanca y el peruano Canal, el mexicano Torre nos
demuestra que del nuevo continente vendrá la luz orientadora para revivir el
ajedrez mundial dominado por tantas décadas por los imperios centrales de
Europa y que ahora con la escuela de la URSS y la energía creadora de la
América Hispana encuentra su nuevo rumbo”
“Torre viene de un país que, como el nuestro, ha roto
cadenas de siglos y revolucionan al mundo del siglo XX, buscando al hombre
nuevo, al que dignifica y ennoblece el mérito y no simplemente la cuna. Torre con
su victoria entra a la historia, con la luz de sus ancestros y la siempre juventud
de las ideas libertarias”
“Desde muy lejanas tierras y muy diferentes climas y
costumbres, lo sentimos ya nuestro también tras escuchar sus palabras que
hablan de fraternidad de los hombres y de convivencia internacional de todos
los trabajadores del mundo”
Estas son parte de las muchas y elogiosas frases que se le
dedicaron al joven que aún no cumplía 21 años y ya se codeaba entre los diez
mejores del mundo.