Una pregunta
frecuente es como estudiar ajedrez, y la respuesta usual que doy es: práctica
deliberada, ejercicio sistemático. Ya desde el libro de Ruy López se recomienda
ejercitar la memoria en este juego que es difícil por que es de “no ver” con
los ojos sino con el pensamiento. Ruy López en 1561 cita a Tulio cuando
advierte: “Nihil est difficilius, quam a consuetudine oculorum aciem mentis
abducere” (No hay cosa tan difícil como apartar la vista del entendimiento), y
que es imprescindible ejercitarse en ello : Tulio en su libro 3, capítulo 12,
citado en su libro por Ruy López dice: “exercitius disciplina comparatur”, la
disciplina se consigue con ejercicios, y en el capítulo 13, Tulio, siempre
citado por Ruy López dice: “In omni disciplina infirma est artis perce ptio
sine afsiduitate exercitatiois” En toda disciplina aprovecha poco saber el arte
sin el ejercicio.
Ruy López da una
serie de consejos de gran vigencia, pues se apoya en los grandes pensadores de
la historia. Por ejemplo afirma:
“Tres cosas
perfeccionan cualquier cosa: el arte por el cual te rijas, el uso que guardes,
y los doctos a quien imites. Porque el arte haze ciertos, el uso promptos, la
imitación haze los artífices aptos y concurriendo todas tres cosas los hacen
summos”. Luego continua: “ la affición es mucho necesaria para conseguir
cualquier cosa y especialmente para las cosas arduas. Porque con la affición se
pone cuydado, y se haze liviano, y el cuydado diligente todo acaba” y pasa a
citar a su coterráneo Seneca: “Nihil est, quod non expugnet pertinax opera,
& intenta ac diligens cura, dize.” Ninguna cosa ay que no consiga el trabajo
pertinaz, y el intento y diligente cuydado.
A pesar de los
casi 450 años pasados, el maestro de Zafra sigue siendo una fuente valiosa de
enseñanza del ajedrez.
Cada
recomendación es, por supuesto, aplicable al ajedrez y a otras actividades
humanas, pues son provenientes de las fuentes universales de la sabiduría.
El clérigo Ruy
López de Sigura, vecino de Zafra, en realidad escribe un tratado de ajedrez y
una recopilación de la manera de pensar de los personajes más cultos de su
época y país. Su obra es aún interesante
de estudiar y muy ilustrativa, pues es hábil su manera de hacer de las citas de
los clásicos, argumentos contundentes presentados de manera amena que hace que
su libro nos ocupe en su lectura, en un descuido toda la tarde y la noche. Reencontrarse
con Ruy López sigue siendo una experiencia, un releer de nuevo a Seneca, a
escuchar en nuestra mente el latín culto, y no sólo la vulgata que hace años se
podía escuchar en las misas comunes. No por nada se dice que estudiar el latín
enseña a pensar con orden.
El estudiar
variantes de moda en libros nuevos vale, pero las metodologías son más
importantes que estudiar que la crónica de casos, a menos que aprendamos a
teorizarlos y establecer patrones para luego, finalmente, volver de lo general
a lo específico. En ese ejercicio que tenemos que hacer por nosotros mismos, y
que nadie puede hacer por nosotros, se encuentra la esencia de nuestro noble
arte del ajedrez.
Ahora que todo
esfuerzo debe ser por nuestro gusto, no sentirlo como obligación, pues Seneca
también dijo: “Mala respondent coacta ingenia” Los ingenios forzados a hacer
alguna cosa de que no toman gusto, no acuden bien.