10 jun 2011

Luchar o Volar.

Extracto del Libro Especial, para interesados de última hora, solo quedan dos suscripciones)




Entre los grandes maestros rusos se decía que cuando a un jugador muy conocido por su prudencia de repente le sorprendían con una variante novedosa de apertura, optaba por mantener la calma, tratar de aguantar la posición e irse por las tablas rápidamente, para luego ir a estudiar como refutar la novedad. Como tales sorpresas eran poco comunes en alguien tan preparado, esa concesión de tablas lo afectaban poco y ganaba la mayor parte de los torneos en que participaba. Otro gran maestro, de espíritu más aventurero y más ambicioso, trataba de enfrentar la novedad y tomaba el riesgo de tratar de derrotar sobre el tablero las concepciones que su oponente había preparado de antemano en su trabajo casero, tal vez durante semanas. El primer enfoque es más prudente y práctico, el segundo más creativo y riesgoso. Estadísticamente al primer tipo de jugador le iba mejor, pero el segundo tipo es más temible. ¿Cuál es mejor? Depende de cada quien. Hay militares que cuando son sorprendidos por una emboscada optan por la retirada inmediata y salvar lo más posible, otros el resistir a ultranza. Los manuales militares recomiendan lo primero, salvar lo posible para luchar otro día con circunstancias más equitativas y menos riesgosas. Se asegura que dado que es muy difícil mantener la mente fría ante una situación inesperada desventajosa, es mejor alejarse para actuar con mayor control de la mente. La resistencia a ultranza puede conducir a cometer errores. Sólo cuando no hay otra alternativa hay que resistir al máximo, logrando a veces una sobre capacidad que puede lograr que uno sobreviva. Así se han dado milagros de desempeño, que son la consecuencia de estar entre la espada y la pared; pero cuando hay una opción adicional, como correr, pues hay que correr, según las recomendaciones de los especialistas militares a través de los siglos. Si la mente sabe que hay una alternativa, no se logra esa sobre capacidad, pero si la mente está convencida de que no hay más que luchar o morir, si se logra esta sobre capacidad a niveles increíbles. No hay bestia más peligrosa que la herida y acorralada, pues su fuerza se multiplica al máximo, con todo su instinto de supervivencia. Pero el fin común de las bestias acorraladas y heridas es la muerte.



Parte de la investigación inicial del estrés (conducida por Walter Cannon en 1932) estableció la existencia de la famosa respuesta "de lucha-o-vuelo" Su trabajo mostró que cuando un organismo experimenta un choque o percibe una amenaza, esto rápidamente libera hormonas que le ayudan a sobrevivir.



En las personas, como en otros seres vivos, estas hormonas nos ayudan a correr más rápido y a luchar más duro. Aumentan el ritmo del corazón y la tensión arterial, enviando más oxígeno y azúcar en la sangre para impulsar músculos importantes. Aumentan la sudoración en un esfuerzo por refrescar estos músculos, y ayudarles a mantenerse eficientes. Alejan la sangre lejos de la piel hacia el centro de nuestros cuerpos, reduciendo asó la pérdida de sangre si somos heridos o dañados. Asimismo, estas hormonas enfocan nuestra atención en la amenaza, en exclusión de todo lo demás. Todo esto mejora considerablemente nuestra capacidad de sobrevivir a los acontecimientos que amenazan nuestra vida.



No sólo los acontecimientos que amenazan la vida provocan esta reacción: lo experimentamos casi en cualquier momento en que nos encontramos con algo inesperado o algo que frustra nuestros objetivos. Cuando la amenaza es pequeña, nuestra respuesta es pequeña y a menudo no la notamos entre muchas otras distracciones de una situación estresante.



Lamentablemente, esta movilización del cuerpo para la supervivencia también tiene consecuencias negativas. En este estado, estamos excitables, preocupados, nerviosos e irritables. Esto realmente reduce nuestra capacidad de trabajar, de interrelacionarnos con eficacia con otras personas. Con el temblor y un corazón que palpita, podemos encontrar difícil el ejecutar habilidades precisas, controladas. La intensidad de nuestro enfoque en la supervivencia interfiere con nuestra capacidad de hacer juicios finos basados en la información de muchas fuentes. Nos encontramos más propensos a sufrir accidentes y menos capaces de tomar decisiones buenas. Caemos con más facilidad en el error. Y hay que reconocer que en el ajedrez se gana más a causa de los errores cometidos por nuestro oponente que por nuestro ingenio o nuestras jugadas maravillosas.





Hay muy pocas situaciones en las partidas de ajedrez, o en la vida laboral moderna donde esta respuesta es útil. En la mayor parte de las situaciones se beneficia uno más de un enfoque tranquilo, racional, controlado y socialmente sensible.



Es por eso que hay que aceptar que los manuales militares tienen razón, aunque ahí el riesgo es de extremo, se juega uno la vida, mientras en una partida solo un punto y tal vez muy a menudo convenga más aceptar el riesgo, pero por lo general, mejor volar que luchar con todo en contra.



A corto plazo, tenemos que guardar esta respuesta de lucha-o-vuelo bajo control para ser eficaces en nuestras partidas o en el desempeño laboral o en el trabajo intelectual. A largo plazo tenemos que tenerlo bajo control para evitar problemas de la salud.



Manejando el estrés.



Existen muchas habilidades bien probadas que podemos utilizar para manejar el estrés. Éstas nos ayudan a permanecer tranquilos y eficaces en situaciones de alta presión, y ayudarnos a evitar los problemas del estrés a largo plazo.

En el resto de esta sección trataré sobre las técnicas más importantes.



El mantener un Diario de estrés o realizar la Autoprueba de “Quemado” le ayudará a identificar sus niveles actuales de estrés, de manera que pueda decidir que acción, si es el caso, tiene que tomar. El Análisis de Trabajo y la Planificación del Desempeño le ayudarán a ponerse arriba de su carga de trabajo. Mientras que el Manejo de la tensión Mental por Imágenes, Las Técnicas de Relajación Física y la Concientización del Pensamiento, Pensamiento Racional y Pensamiento Positivo le ayudarán a cambiar el modo que usted ve las situaciones aparentemente estresantes. Finalmente, el capítulo sobre el Manejo de la Cólera le ayudará a canalizar sus sentimientos en el desempeño.



Advertencia: el estrés puede causar severos problemas de salud y, en casos extremos, puede causar la muerte.

Mientras estas técnicas de manejo del estrés han demostrado tener un efecto positivo en reducir el estrés, están diseñadas solo para su manejo y los lectores deberían solicitar el consejo de profesionales de la salud apropiadamente calificados si tienen alguna preocupación por enfermedades causadas por el estrés o si la tensión les causa una infelicidad significativa o persistente. También deberían consultar a los profesionales de la salud antes de cualquier cambio importante en la dieta o en los niveles del ejercicio físico que realicen.

Si al competir en ajedrez sienten que se “queman” literalmente, que sufren terriblemente de estrés tienen que espaciar su participación en torneos y aconsejarse con entrenadores o jugadores más experimentados, pero si el mal persiste, consulte con un psicólogo del deporte o con un médico capacitado.