Hay una congestión de artículos y libros sobre Carlsen y su
manera de jugar, y sobre todo de pensar y como encuentra la jugada correcta,
que ha obligado a todo entrenador a considerar cambios en sus maneras de
enseñar ajedrez.
Indudablemente, como Kasparov ya apuntó, el juego de Carlsen
sigue la tradición de los grandes jugadores precisos como Capablanca, Karpov y
muy notablemente Andersson.
La idea de que Carlsen hace consistentemente jugadas
sólidamente correctas y no necesariamente brillantes y que sus oponentes no
pueden hacer lo mismo y finalmente cometen una imprecisión que Carlsen
aprovecha y castiga implacablemente, parece estar muy fija en la mayoría de los
comentaristas.
Pero Carlsen no solo es un jugador preciso, sino que al
desdeñar jugar aperturas agudas en base a la memoria, llega a adquirir
posiciones ligeramente inferiores tras la apertura, pero al desplegar un medio
juego con gran excelencia, va poco a poco tomando la ventaja y antes de pasar
al final, el momento en que la partida llega a posiciones que son definidas
como de finales, ya tiene una ventaja difícilmente disputable.
En eso se parece a Capablanca, en saber pasar del medio
juego al final cuando al hacerlo queda con final superior. Pero si Capablanca
exprimía la posición al máximo, a veces no tenía la consistencia necesaria
porque su condición física, debido a una deficiencia en salud notoria desde los
finales de su tercera década de vida, se lo impedía, pero era ya tal su
superioridad que perdió muy pocas partidas.
Carlsen, con su excelente salud, no solo exprime, sino que
lo hace todo el tiempo, causando una presión sobre sus contrincantes terrible.
¿Cómo enseñar eso a un alumno? ¿Cómo enseñar el ajedrez
preciso? Solo de la misma manera en que lo adquirió Carlsen: con práctica
deliberada y con extrema disciplina.
Ejercicios tras ejercicios, análisis de posiciones con
mínima ventaja. Seleccionadas con mucho cuidado.
Hay que apuntar el excelente trabajo de los que como
entrenadores trabajaron con Carlsen hasta la obtención de su título de Gran
Maestro.
Aquí hay que reconocer al GM Agdestein, que tanto apuntó la
importancia de una buena condición física como requisito indispensable para
desempeñarse con éxito en un estilo de juego a “larga tirada” como el que usa
Carlsen, donde las partidas prolongadas y de gran tensión son muy agotadoras.
Agdestein, que incluso fue deportista profesional y con
excelente condición física, logró que su pupilo tuviese inclusive mejor
preparación física y salud que sus claros antecesores en estilo de juego como
Capablanca, Karpov y Andersson, quienes, aunque muy ocasionalmente, tuvieron
baches de desempeño cuando su salud estuviera alguna vez afectada.
Con ese estilo tan exigente en energía, motivación y sobre
todo en actitud, el prepararse física y sicológicamente es esencial, y esas
áreas son muy descuidadas por los entrenadores de ajedrez que son bohemios, de
espíritu artístico, pero no muy disciplinados y de enormes vientres.
El que Carlsen sea el modelo a seguir por muchos jóvenes,
obligará a sus entrenadores a dar cada vez más importancia al entrenamiento
extremo, a la preparación física y sicológica de primera clase, de una manera
mucho mayor que en los tiempos de Kasparov y Anand.
Los jugadores jóvenes para seguir el modelo del estilo de
Carlsen deberán olvidar fiestas continuas y alejarse del alcohol y de las mal
pasadas sino quieren verse fácilmente superados por sus contrincantes de la
misma generación y por los ajedrecistas deportistas y disciplinados de la vieja
ola, que aunque no muy numerosos, todavía pululan por ahí dando lata a los jóvenes
medio bohemios.