Conforme
el ascenso del ser humano hacia la civilización se va realizando, aparecen
diversos instrumentos y herramientas para auxiliarse en las tareas. Primero
fueron instrumentos intangibles pero decisivos como las Metodologías para la creatividad y el razonar, para la
adquisición de conocimientos y registro de experiencias van cambiando su forma
de pensar y comunicarse, así como le ha permitido al ser humano crear
instrumentos tecnológicos, esta vez materiales y tangibles como ruedas,
palancas, instrumentos de labranza y finalmente los enlaces entre los
instrumentos intangibles con los tangibles, como fueron los libros y ahora la
mezcla de todo, las computadoras en sus
diversas versiones, desde computadoras de escritorio, laptops y tablets.
Conforme
los instrumentos evolucionaron, se hicieron para tareas mas precisas, dejaron
de tener uso general sino se convirtieron en un instrumento especifico para una
tarea especifica.
Cuando
se habla de entrenar y estudiar ajedrez, parece tema descuidado el analizar como
los instrumentos se vuelven más útiles según se les usa para casos específicos.
Cuando
solo había libros y revistas, ya
aparecía la importancia de cuando y para que estudiar con los libros y cuando
con las revistas, así como el uso de agendas, libretas de apuntes, etc.
A
partir de la segunda década del siglo XX la escuela soviética ganó, entre otras
cosas, una enorme ventaja sobre otras escuelas por enseñar el uso de ficheros y
libretas entre sus más destacados grandes maestros representantes. Los cuadernos
y libretas de notas de los jugadores soviéticos eran de fama internacional y
los maestros de los diversos países copiaban la manera de usar esos
instrumentos. Ya en el siglo XXI entre las cosas que comencé a recoletar eran
las copias escaneadas de las libretas de notas de los viejos entrenadores
soviéticos. Muchos apuntes y cuadernos fui juntando fotografiando los
originales que algunos hijos o viudas de esos maestros me permitían de archivos
que seguramente estarían destinados al olvido, pero que digitalizados y
traducidos son un acervo invaluable, que al ser socializados, compartidos y
copiados en nubes computacionales y como piezas de intercambio con otros
recolectores, tienen de alguna forma garantizada su trascendencia, pues se van
copiando. Por ejemplo, del libro original de Rodrigo López de Sigura, párroco
de Zafra, solo quedaban tres ejemplares; pero tras ser escaneado y socializado,
ahora andan miles de copias por la internet y los podemos leer todos los
ajedrecistas aficionados a la historia del ajedrez. Un libro magnífico, tan
famoso, lo pude tener por fin ante mi vista completo tras cuatro décadas de
competir en torneos de ajedrez, y algunos maestros, dedicada toda su vida al
ajedrez, nunca pudieron conocerle sino de oídas.
¡Espléndida
época esta que permite poner nuestros ojos en las grandes obras bibliográficas
de la historia, gracias a la magia de la
fotografía, el escáner, la digitalización, el PDF y el Dejavu!
Ahora
que podemos usar libros, libretas, computadoras y tablets, tenemos que ser
conscientes que cada uno de estos tipos de instrumentos dan mejor servicio si
se les usa específicamente en tareas adecuadas para sus posibilidades de
servicio.
Hay
casos en que un libro es lo mejor y hay casos en que no.
Ya
en otros escritos me quejaba lo que se sufre al escribir un libro y que
editores, correctores y publicadores recorten y modifiquen de acuerdo a sus
intereses los mensajes que uno quiere dar con un libro. En esa lucha despiadada
entre el recorte y la intención, casi todos los libros terminan como una
maltratada y trunca versión del proyecto original del autor.
Eso
hace que el libro, ya impreso, no cumpla con todo lo que el autor quería
mostrar. Hay casos dramáticos de libros de 300 páginas que quedaron finalmente
en 40 páginas, como paso con el libro del GM Carlos Torre Repetto, El
Desarrollo de la Habilidad en Ajedrez, que nos llega, magnífico aun, en un
fragmento que, comparado con el manuscrito original, muestra solo una fracción
de las ideas y enseñanzas que el maestro yucateco deseaba transmitir a los
ajedrecistas de su generación y es ahora su legado a las posteriores.
Ahora
con los PDFs, sin limitaciones, un autor puede escribir un libro de 1000
cuartillas, con todas las gráficas que él siente que son necesarias para dar
expresión completa de lo que quiere enseñar. Esos libros en PDF, son mucho
mejores que los libros en papel impreso, pero no se pueden leer sin un aparato
adecuado, sea computadora o laptop, o en una pequeña y económica tablet.
A
veces voy caminando cargando 30 mil libros de ajedrez, que puedo leer en
cualquier momento, cuando voy con mi tablet en un pequeño maletín, con un mini
SD con 32 gigas inserto y cuatro USB de 32 gigas también. Con menos de un kilo
de peso, cargo en PDF lo mismo que la biblioteca más grande de libros impresos
que haya en cualquier país iberoamericano.
A
veces se requiere tener cuadernos impresos para repartir entre los alumnos y
asi puedan realizar ejercicios de análisis. Pero otras, basta la palabra. Les
digo la descripción de la posición y ellos tienen que visualizarla en la mente
y darme sus respuestas. Otras uso un tablero mural para explicar una posición.
Otras veces es necesario ponerles un ajedrez con tablero en una mesa para realizar un entrenamiento. Para
cada ejercicio es mejor usar la herramienta adecuada. No tenemos que
restringirnos a libros, como en el siglo XVIII o a libros y pizarrones como el
XIX, ya tenemos computadoras como en el siglo XX y móviles como tablets en el
siglo XXI.
No
nos pase como aquel artesano que como solo sabía usar el martillo, le veía a
todo cara de clavo.
Hay
muchos instrumentos para estudiar y entrenar en ajedrez, y los mejores
resultados se obtienen usando los adecuados para cada cosa. Mientras más
recursos y posibilidades mas alcances puede uno abarcar. Muy a menudo, lo mejor
es no usar nada. Cuando nos falta algo del exterior, lo sacamos de nuestro
interior y así no hay límite alguno…
Parte
importante del aprender a ser entrenador es conocer uso y manejo de los
instrumentos a disposición, saber cuando y como utilizarlos y para qué. Conocer
como obtenerlos y como mantenerse alerta de los nuevos que aparecen y encontrar
aplicaciones nuevas a los instrumentos viejos. El ser humano ha desarrollado
metodologías e implementado instrumentos y herramientas para dar más potencia a
lo que la naturaleza le dio. Es con ellos como se proyecta mucho más allá de
sus limitaciones físicas, gracias a su poder ilimitado de mente y espíritu.