8 jul 2015

El desarrollo de cualidades humanas y el progreso en ajedrez.




Se habla mucho de cómo el ajedrez puede ayudar en el desarrollo personal, pero hay que hablar también de cómo es importante para avanzar en ajedrez el desarrollo personal.
Uno de los aspectos más importantes, sino es que es el más importante, para el progreso en ajedrez es el cultivo de ciertas cualidades personales.
A través de mi experiencia, cada vez se me hacia más notoria la importancia de este cultivo tras haber compartido torneos tanto con personas que lograron avanzar mucho en ajedrez como con quienes se estancaron.
Los que progresan tienen ciertas cosas en común que yo creo son las que los han catapulteado en sus avances. Los que se estancaron también tienen ciertas cosas que los han llevado al auto sabotaje.
La literatura de ajedrez elaborada en Europa Occidental y América no es particularmente rica en tratar esos aspectos del desarrollo del ajedrecista, tal vez por asumir que las personas que leen y estudian libros de ajedrez ya tienen consigo cierto desarrollo de esas cualidades personales, o que las irán cultivando conforme practiquen ajedrez.
Además de escudriñar en la literatura de Europa del este y de los países del Cáucaso, como Armenia, Georgia y Azerbaiyán, he tratado de coleccionar literatura sobre las experiencias de entrenadores de deportes y libros de desarrollo personal para trabajar en esos aspectos.
Unos primeros ensayos de reunir ese material y ponerlo de manera que pudiese ayudar a los ajedrecistas de habla hispana fueron mis dos libros en edición electrónica “Guía para padres e instructores de ajedrecistas” y “Ajedrez y Desarrollo Humano”, que si bien fueron populares y de cierto éxito económico (se vendieron entre 400 y 500 ejemplares de cada uno, y como había poco costo de producción, fueron ganancias netas superiores a los que pagan las editoriales de libros impresos por escribir un libro tradicional), realmente influyeron en menos jugadores que mis cursos via email.
Desde los cinco años que han pasado entre que escribí esos libros y los más de 10 años del material que publiqué en TV y en Internet de los cursos “El Juego es Pensar”, muchísimo material nuevo he podido reunir sobre esos temas.
Pero observo que aunque mucho material es relativamente fácil de conseguir en Internet, pocos ajedrecistas mexicanos han tenido contacto con el y mucho menos lo han usado.
En cursos donde he tenido contacto con más de 100 ajedrecistas estudiosos, que es un buen número tomando en cuenta que no pasan de 2000 los competidores constantes en torneos de ajedrez en México, o sea 1 de cada 20; no puedo contar más de 10 que están pendientes de estos aspectos. Lo mismo puedo decir de instructores, donde he trabajado con unos 40, de quizás 200 que laboran en todo el país.
Por eso me parece que es una asignatura pendiente del ajedrez mexicano, el trabajar en las cualidades personales para desarrollarse en ajedrez.
Es un tema que habrá que retomar varias veces más adelante.

5 jul 2015

Publicaciones de Ajedrez del ajedrecista descalzo.




Durante los cursos de ajedrez presenciales de los jueves y viernes, los diversos participantes me han comentado sobre el material presentado en estos cursos y si ese material está publicado en algún lado.
Mi respuesta general es que la mayoría ha sido publicado ampliamente en decenas de libros y si para la mayoría, jugadores arriba de 2000 de rating, les parece desconocido es porque las publicaciones en su mayoría están en idioma ruso y eran del consumo y uso habitual de los entrenadores de los países que otrora formaron la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas.
La producción editorial de la URSS hasta 1992 y de los países mencionados desde 1992 a la fecha comprenden más de 6 mil títulos, y la variedad de revistas y publicaciones diversas es enorme. Nada más la ciudad de Riga, en la pequeña letonia publicó 500 números de sus revistas de ajedrez y 42 títulos impresos con toda la barba, y más de 250 pequeños cuadernos en mimeógrafo con los temas más diversos de ajedrez. En la hoy San Petersburgo, de 1900 a la fecha se publicaron más de 3100 libros formales, unos 600 números de diversas revistas, y unos 4000 cuadernos pequeños en mimeógrafos y ahora en ediciones digitales, sea PDF o Dejavu.
Para satisfacer la demanda de millones de lectores rusofonos durante 100 años, se han producido miles de números de revistas, más de 6 mil títulos de libros formales, más de 12 mil títulos de diversas publicaciones en diversos medios, PDFs, Dejavu, microfilm, mimeógrafo, fotocopias, imprentas locales de diversas épocas y ahora ebooks en los formatos más diversos.
Oteando esto y tomando de aquí y allá, de notas y cursos, etc, he ido elaborando más de 500 lecciones de ajedrez, reorganizado y adaptado otras tantas, y así tengo un acerv para dar cursos de todo tipo de temas de ajedrez, sin mencionar más de 350 conferencias sobre administración, migración, planeación estratégica que di en más de 20 años de labor de servidor público y docente en la Secretaría de Gobernación, en la Secretaría de Educación, en el Instituto de Administración Pública, en la UNAM, la UAM y el IPN.
Libros formales he escrito solo 4, pero cuadernos, folletos e instructivos menores, manuales de capacitación y de procedimientos, más de 100. Claro que si paso mis clases a manera de cuadernillos podría elaborar rápidamente unos 200 más. Además he colaborado en realizar 20 programas de TV abierta,  fui comentarista en programas de noticias en Televisa para más de 30 emisiones y de 22 programas en Canal 11, pero además realice más de 130 videos “caseros” estilo internet, muchos que ya pirateados circulan en You Tube.
Pero ahora que en los trámites de jubilación del ISSSTE me planteaban que plan de negocios presentaría, pensé en una editorial de libros electrónicos que se vendieran a precio muy bajo, al menos a un 10% del precio de los que venden las editoriales “formales·” de libros de ajedrez. Así que amenazo a producir una colección de material a bajo costo, para ajedrecistas “descalzos”. Del gran acervo ruso pasados al español, con una metodología basada en los modelos exitosos de los añorados Magos de Riga…

En el ajedrez tenemos que aprender a no caer en las trampas de la Inteligencia.




Hay muchas trampas en las que suelen caer las personas que se saben o se sienten inteligentes.
En el ajedrez si caemos en una de ellas perdemos partidas, en la vida si se cae en una de ellas el mal dura años.
La ventaja del ajedrez es que si perdemos una partida, la analizamos y podemos aprender de ello para en una partida futura, ante problemas similares, tomar la decisión correcta, diferente a la que tomamos cuando caemos en la trampa. En la vida jugaremos cientos de partidas de ajedrez, así que podemos tomar cientos de lecciones.
En la vida real, si caemos en una trampa de esas, nos durará el daño muchos años, aunque analicemos el error. En la vida nos veremos en pocas situaciones, en un número infinitamente menor al número de partidas de ajedrez, por eso es que al jugar ajedrez nos preparamos para actuar mejor en la vida. Es entrenamiento preventivo para no caer en esas trampas de la inteligencia.
¿Cuáles son esas trampas?

Es común que una persona inteligente pueda justificar prácticamente cualquier punto de vista. :Una persona inteligente al primer razonamiento, lo puede elaborar a un buen grado de detalle y corrección, de convincente argumentación, y así puede sentirse satisfecho y no sentir necesidad hay de explorar más la situación y contrastarla con otras opiniones o cruzar los datos. Si satisface con su primer ejercicio mental, no pasa de ahí, no desarrolla un pensamiento crítico A la larga, una persona así se acostumbra a su “primer escaneo”, a la política de “Con esto es suficiente” y  puede quedar prisionera en sus propios puntos de vista.  Si en ajedrez no nos exigimos a hacer varias exploraciones y confrontar nuestras ideas, perderemos varias partidas, por lo que las derrotas nos entrenarán a ser críticos, a dudar de toda argumentación y asi estar abiertos siempre y así nuestro razonamiento se liberará.

Algunas personas inteligentes, una gran proporción, parece que sienten la necesidad de tener siempre la razón. :Hay quienes se ven a si mismos a través de los demás. Su auto estima, y lo que sienten que es su estatus en algunos entornos sociales,  parecen depender, de lo que creen es su grado de inteligencia. Sienten que son muy inteligentes, y a veces creen que son infalibles como antes se decía del Papa. En ajedrez, la continua confrontación con otras personas “inteligentes” resulta en que perdemos y ganamos continuamente y tenemos que aprender a tratar a la victoria y a la derrota como dos impostores. Tratamos de encontrar la jugada correcta, pero continuamente fallamos y no por eso nuestra auto estima se debe dañar. Aprender a valorarse, aprender a ser humilde y aceptar nuestra falibilidad es casi una necesidad en ajedrez, y así sabemos que también en la vida es necesario. Vemos que opiniones de grandes jugadores son refutadas aquí y allá, lo mismo esperamos que las opiniones de los grandes pensadores, incluyendo las nuestras, pueden ser refutadas aquí y alla…

La crítica aguda parece dar más placer que el hacer algo. Es como si el error en otro nos da sentimiento de superioridad. Es como decir que si uno crítica y señala lo malo, se coloca en un plano superior. Si hay que ser crítico, pero para usar esa crítica como herramienta para construir algo. Solo comete errores quien actua, así que si nos acostumbramos a ser solo críticos no haremos nada. La inactividad por temor a cometer errores y ser criticados, debe ser un mal penoso, triste y terrible... Ya el solo jugar ajedrez es someterse al riesgo a cometer errores y perder. Ya tan solo competir en ajedrez demuestra que estamos dispuestos a someternos a la prueba, a la crítica, a ser juzgados.

Hay personas inteligentes que caen en preferir la seguridad del pensamiento reactivo a la del pensamiento creativo: Reaccionar ante los datos que le son entregados, como ante un cuestionario o un crucigrama, es más cómodo que crear nuestros propios cuestionarios, hacer nuestros planteamientos. Poco a poco somos como animales de circo entrenados para actuar a sonidos de silbato. Decía Einstein que el planteamiento del problema, o sea la formulación de la pregunta, es más importante que la respuesta. Pensamiento reactivo es casi sinónimo de pasivo, en el pensamiento creativo, hay que crear el contexto, los conceptos, los objetivos. En ajedrez nadie nos da las preguntas, tenemos que averiguarlas, y así reducimos las opciones entre las que tenemos que decidir y logramos extraer de ellas, “la mejor jugada”. En la práctica organizada del ajedrez aprendemos que saber identificar lo que la situación pide, las demandas de la posición, nos indicará la jugada correcta.

Una trampa fácil en la que podemos caer, la rapidez de pensamiento: El temperamento meridional, como el de los mexicanos, a menudo se traduce en la mecha corta. Somos rápidos para decidir, impulsivos, de inteligencia emocional rápido.  Eso puede ser muy útil en la agitada vida moderna. Pero no vivimos en un video juego, donde el tiempo vuela y cuenta en el score.  El acostumbrarse a ser rápidos, nos trae el mal hábito de tomar decisiones a partir de pocos datos y además mal confirmados. Esta trampa es pariente de la trampa del pensamiento reactivo. La victoria sigue un paso lento. Si hacemos todo con una mente más lenta, podemos llegar a conclusiones más profundas y correctas, y así tomar mejores decisiones. Practicando ajedrez nos enseñamos a que hay que tomarse su tiempo para tomar una decisión, elegir una jugada. El tiempo no respeta lo que se hace sin tomarlo en cuenta. Las partidas que pasan a la historia no fueron jugadas superficialmente, sino con pensamientos profundos. Si juega uno rápido, realiza jugadas jugadas superficiales, y salen partidas que nadie recordará, ni nosotros mismos. 

El Ajedrez no enseña a pensar.





El ajedrez no enseña a pensar, pero la práctica organizada del ajedrez nos estimula y nos entrena para que nosotros aprendamos a pensar.
En el ajedrez tenemos que escoger nuestras jugadas entre una serie de opciones, y así en cada jugada tenemos que tomar una decisión.
Lo mismo en la vida, cada acción debiera ser resultado de una toma de decisiones. Para seleccionar la mejor opción, debemos razonar y comparar una con otra y si hacemos esto bien, tendremos óptimos resultados y .el máximo desempeño.
En el ajedrez para ganar, y uno siempre que compite lo hace para ganar, no para perder, uno necesita conocer como es que funciona nuestro pensamiento: los aspectos que limitan su uso eficaz y las potencialidades que debemos manejar para la toma de decisiones correcta y así la solución exitosa de problemas.
Necesitamos saber y utilizar estrategias de dominio de nuestros procesos mentales para implantar continuamente mejores y nuevos estilos de planteamiento y solución de problemas. Al emplear eficazmente las herramientas de trabajo mental podemos optimizar nuestras decisiones.
A través del tiempo se han ido creando muchas herramientas de trabajo mental y para tener éxito en ajedrez es necesario ir adquiriendo mas y mejores herramientas, vamos entonces aprendiendo a pensar. Asi con el ajedrez vamos aprendiendo a pensar, por necesidad y por entrenamiento. Nuestra motivación despertada por el ajedrez nos impulsa a que busquemos como aprender a pensar y a entrenarnos con ello, por eso, se puede decir, que el ajedrez estimula a aprender a pensar, nos entrena y nos mejora si lo jugamos correctamente, pensando, pero en si mismo el ajedrez no hace eso. Si lo usamos como piezas para tiro al blanco con canicas, aprenderemos a tirar eficazmente las canicas. Si lo usamos para aventárselo a quien nos agreda, el ajedrez nos ayuda a defendernos. El ajedrez es útil de acuerdo a como lo usemos. Si lo usamos para pensar, poco a poco razonaremos mejor, pero si jugamos muy rápido y al azar decidimos las jugadas, será un juego de azar como los dados…