Sin duda Capablanca dejó una huella enorme en la historia
del ajedrez, no sólo por ser el carismático jugador que atrajo la atención del
público en general a conocer más del medio ajedrecístico. No sólo por su imagen
de invencibilidad, sino por sus aportes al desarrollo en general del ajedrez.
Muchos dicen que no dejo escuela y se olvidan de la influencia que tuvo en los
primeros años de la formación de la escuela soviética de ajedrez que produjera
tantos jugadores fuertes. El nombre de escuela al movimiento de ajedrez
soviético se ha pretendido quitárselo a esa cultura de ajedrez que había en la
Unión Soviética y de la cual tenemos muchas evidencias en los diversos países
que conformaban la URSS. Pero con escuela se quiere denominar a todo el sistema
organizativo de entrenadores, instructores y organizadores que realizaban las
actividades de ajedrez en toda la URSS y que seguían una dirección del llamado
centralismo democrático. Si bien cada entrenador, cada instructor e incluso
cada club u organización de ajedrez de cada república o ciudad tenían sus
características propias, en lo general tenían grandes líneas comunes y se
identificaban como parte de una gran organización. Por ello es justo decir y
hablar de una escuela soviética de ajedrez. Pues bien, al prácticamente nacer
dicha escuela al tiempo que Capablanca era campeón mundial, era normal que
tanto influyera en ello, incluso a igual o mayor nivel de los nacidos rusos
Chigorin y Alekhine. Capablanca visitó varias veces la URSS y contribuyo a
levantar la popularidad del ajedrez en el ambiente ruso. Sus partidas eran
publicadas en diarios y revistas, sus libros traducidos al ruso y los
aficionados soviéticos seguían sus actuaciones ante el tablero en los diversos
lugares en que Capablanca jugaba. Muchos deseaban imitarlo, lo tenían como
modelo y examinaban sus partidas y se aprendían sus comentarios. En ruso los
libros de Capablanca tenían mayores tirajes que en todos los demás idiomas
juntos. Cientos de miles de ejemplares de libros de Capablanca circulaban en la
URSS.
Es innegable su influencia y se puede notar en el desempeño y la creación
de muchos jugadores soviéticos. Claro que salta a la mente Smylsov, excampeón
mundial, pero Petrosian y Spassky han manifestado lo mucho que los influencio
Capablanca, lo mismo que Karpov e incluso Botvinnik, que jugó varias veces
contra él.
Estudiar a Capablanca es inevitable. Cuando examino las
clases que he hecho basado en temas de Capablanca o con modelos de sus
partidas, ocupan más de medio centena de clases.
Mientras preparaba el Bucanero me di cuenta que tenía
material no sólo para una revista, sino para varios libros. Y es que Capablanca
ha sido básico para mi método de enseñanza.
De hecho luego hare una especie de ebook con la colección de
las lecciones que he mandado a diversos alumnos a través de los años con temas
Capablanca.