7 feb 2012

Unos consejos del Viejo maestro Alejandro Meylán





A principios de los 1970s, estuvo un tiempo en México, en su tránsito entre La Habana y Miami, el connotado Maestro Nacional Alejandro Meylán. Durante más de 30 años estuvo considerado entre los 20 mejores jugadores de Cuba y fue uno de los jugadores más fuertes de ajedrez en la época de la transición de cambios políticos en Cuba entre 1958 y 1970. Participante de los primeros campeonatos nacionales de Cuba organizados ya por el movimiento masivo de ajedrez que la Revolución Cubana inició a partir de 1959, a instancias de los Comandantes Ernesto Guevara y Alberto Bayo, y que ha llevado a que más de dos millones de cubanos jueguen ajedrez y haya una docena de grandes maestros internacionales y una treintena de maestros internacionales en un país de menos de doce millones de habitantes.
En enero de 2012 durante la visita al Club Capablanca en La Habana, pude conversar con algunos viejos amigos de Meylán y estuvimos comentando sobre algunos consejos que nos dio el Maestro Meylán para estudiar aperturas.
Decía Meylán que había que hacer tres cosas para estudiar bien la apertura:


1. Trabajar en base a partidas.

2. Haga una base de datos propia, basada en sus propias investigaciones,

3. Aprenda la apertura con partidas rápidas. Los mejores límites de tiempo para ello son los de entre quince a veinte minutos. Las partidas por correspondencia las consideraba muy provechosas, ya que obligan a realizar un pensamiento más profundo sobre la apertura. Los defectos de una apertura se hacen rápidamente obvios cuando hay tiempo de pensar.

En la época en que Meylán jugaba ajedrez no había computadoras, pero el hacía sus bases de datos con tarjeteros. Cuando vino a México y vio las carpetas de argollas, también le parecieron adecuadas, pues es importante poder sustituir las hojas o añadirlas, como tarjetas en un tarjetero, para tener al día el material de estudio. Las carpetas son más transportables que los tarjeteros para cuando uno viaja a un torneo y quiere “refrescar” algunas variantes antes de una partida.
Ahora el email puede ser una opción para jugar partidas de entrenamiento, aunque en estos días de “rápido y furioso” no es tan fácil.
Pero con un chessbase es mucho más fácil lo de las bases de datos y ahora el problema es demasiados datos, no como en la época de Meylán en que la mejor fuente de partidas era el “Shajmatny Bulletin”, boletín de ajedrez de la URSS, que publicaba, a partir de 1965 y hasta 1991, más de 120 partidas mensuales sin comentarios y unos tres artículos teóricos cada mes y que a pesar de ser publicada en ruso, como para leer jugadas no era difícil de entender para los que no lo sabían, era muy usado y popular en los ajedrecistas de esos años. Meylán la utilizaba ampliamente a partir de 1965 y de ahí copiaba partidas para su tarjetero.

Meylán era un especialista en finales y un verdadero fanático en estudiarlos y hacía una cuarta recomendación muy importante. Ya que me orientaba a jugar muchas variantes muy agudas para mejorar mi sentido táctico, me decía que no sería difícil que un ataque me fallase y me quedase con material inferior; entonces para no perder partidas tendría que aprender como salvar partidas con inferioridad material. Finales con peones de menos, sobre todo con un peón de menos o con calidad de menos, que son las diferencias mínimas de material. Dominando como hacer tablas o salvar tales finales, tendría muchas ventajas, pues sabría bien que finales se podrían salvar, y además aprendería a ganar finales con la más leve ventaja material. Entonces decía que el 50% del tiempo que dedicase a estudiar aperturas lo dedicase a los finales inferiores que podrían conducir tales aperturas y que en el tiempo que dedicase a finales comenzará estudiando finales de peones, con énfasis en los bandos con un peón menos. Luego en el tiempo que dedicase al medio juego trabajara con sacrificios de calidad y siempre pensando en el final.
Esas recomendaciones me fueron muy útiles cuando andaba en mis años anteriores a la mayoría de edad y me ayudaron a ganar muchos “sub 20” nacionales y a ser del equipo campeón centroamericano y del Caribe de adultos cuando aún no cumplía los 19 años y desde 1970 representar a mi país en eventos internacionales durante más de 40 años y a pesar de ser un poco arriesgado, salve muchas partidas en finales inferiores y realmente he perdido un número pequeño de partidas comparado a las veces en que he quedado inferior y llegado al final con material de menos.
Meylán en más de 100 partidas jugadas contra maestros nacionales para arriba en campeonatos de Cuba tras la Revolución, perdió menos de 10 partidas, lo que era un record, ya que se consideraba el jugador más sólido. En realidad hizo muchas tablas, pero porque se enfrentaba a jugadores muy fuertes y lo hizo a edad avanzada, entonces tenía que hacer defensas muy tenaces. Pero lograba siempre estar entre los premiados. Ya pasados los 60 años de edad superaba a muchos de los que serían, una década después, los grandes maestros de los que Cuba se enorgullecería.
Esta última recomendación de Meylán es importante cuando uno inicia su carrera de ajedrecista y tiene que jugar gambitos y juegos abiertos para ir tomando experiencia en las luchas tácticas. Cuando un ataque se enfríe siempre será útil encontrar la manera de entablar la partida, sobre todo cuando uno ha sacrificado un peón o la calidad. Es muy útil conocer posiciones “fortaleza” en los finales y los tipos de final que se pueden entablar con inferioridad material. Y al saber como entablar, aprendemos también como hacer más difícil que nos entablen cuando tenemos leve ventaja. Cada hora en esos finales deja un poco más que una hora estudiando variantes.