11 ene 2011

Crónicas de Fontanka 6

Ya colocado en La Habana y en dialogo continuo con los entrenadores el GM Román Hernández y el MI José Luis Vilela, voy estructurando la idea de escribir un libro sobre las muchas experiencias vividas en Cuba a través de varias décadas.
Por supuesto que no se circunscribiría al ajedrez y debiera tener el respaldo de una investigación acuciosa de documentos, para que la memoria no nos juegue malas pasadas. Durante mis viajes tomo notas continuamente, pero no siempre he tenido el cuidado de organizarlas y muchas se han quedado en alguna caja diferente al grueso de ellas. Me preguntaba el periodista Jesús Bayolo cual era mi primer torneo internacional jugado en Cuba, pero yo le decía que, dado esa clasificación puede ser muy general, tendría que dar dos fechas: 1975 y 1980, pues la primera fecha corresponde a un tope entre equipos de México y Cuba, que era valido para las clasificaciones internacionales de la FIDE, y la segunda fecha correspondía al Torneo Internacional de Cauto, en Palma Soriano, en el oriente cubano. Pero había participado también en actividades ajedrecísticas en Cuba mucho antes. Ahora que a lo que vivencias en Cuba, yo podría citar algunas desde el año de 1961. Depende de muchas cosas.
Cuando uno juega un torneo, de visita en un país extranjero; puede ser que uno no conozca prácticamente el país, si se concentra mucho en el evento, no sale a la calle y va de la cama a la comida, de ahí al tablero y luego de nuevo a comer, para ir a dormirse temprano. Así puede jugar muchos torneos en diversos países y no conocer nada de ellos.
Pero por lo general yo soy muy explorador, por lo que cuando he viajado a otros países a jugar torneos, realmente trato de conocer muy bien el país, o al menos la ciudad sede del evento.
Como bibliómano y afecto a las largas caminatas, he andado las ciudades y he tratado de aprender todo lo que puedo de ellas.
En el caso de Cuba en lo general y de La Habana en particular, a través de las décadas me he hecho un verdadero experto. Conozco toda su historia, mucho más que el promedio de los estudiantes universitarios cubanos de historia. He participado en seminarios, coloquios, mesas redondas y, por supuesto, he escrito muchos artículos al respecto.
El caso es que escribir sobre mis experiencias en Cuba, es una asignatura pendiente que trataré de cubrir pronto, antes de que me llegue la noche.