La pregunta general de ¿Cómo progresar en ajedrez? Tiene una
respuesta general y fundamental: Modifique su manera de pensar. Continuamente
tenemos que hacerlo para que no se detenga el progreso. Si queremos ser mejores
cada día, tenemos que cambiar, para mejor, cada día. No se pueden esperar
resultados distintos si hacemos lo mismo.
Es difícil progresar, pero la buena noticia es que depende
de nosotros totalmente, de nuestro interior, no de lo externo.
Cada vez que hago una clase para mis alumnos, quisiera
empezarla así: cambiemos algo hoy, rompamos un límite cada día. Pasemos al
siguiente escalón, el anterior sólo es para apoyarnos para dejarlo y subir al
siguiente. El yo de ayer debe dejar paso al yo diferente, al de hoy.
Tenemos que alimentar la inconformidad, dejar la comodidad
de estar contento consigo mismo, alimentar la ambición de querer ver un
horizonte distinto.
Nuestra manera de pensar, nuestros esquemas de razonamiento
deben ser cambiados todos los días, adicionar algo que nos haga, al menos, un
poco diferentes.
Todos los días cometemos errores, todas las partidas caemos
en hacer algo mal y si ganamos o perdemos, tenemos que renovarnos para hacerlo
mejor cada nueva partida, cada nuevo día; el pasado y la retrospectiva es
importante para ubicarnos y podamos establecer donde estamos y pasar adelante,
no para festejarnos o lamentarnos, pues ese pasado ya no existe sino solamente
está como acervo sobre el cual pararnos y avanzar.
Cada día se inventa un nuevo método para razonar
situaciones, para elegir jugadas en una posición que siempre se transforma y
que por muy buena o mala que se vea la posición, podemos hacer algo para
cambiarla y mejorarla, excepto si nos rendimos. Pero hasta que nos den mate,
podemos hacer algo. Si hacemos algo diferente cada día, cada jugada, siempre
podrán venir tiempos mejores.
Sin historia, sin registros, podemos caer en repetir lo
mismo, pero si registramos, si anotamos, si estamos conscientes de cada cosa
que hacemos, podemos encontrar los errores cometidos y corregirlos. Por eso el
ajedrez no es simplemente un juego, es una forma de vivir, de enfrentar la
obligación de hacer una jugada nueva, con mente distinta cada vez.
Hay recetas para jugar ajedrez, pero siempre surgen nuevas y
tenemos que ser ambiciosos y aplicar una nueva cada día, ejercitarnos en esa
continua inconformidad y limpiar para el futuro las rémoras del pasado, pero no
ignorarlo, sino aprovecharlo para ver como cambiar algo para vivir plenamente
el presente y pasar a un futuro distinto.
Edad, condición y circunstancias no importarán si estamos
dispuesto al cambio y reconocemos la necesidad de pagar por ese cambio, la
felicidad no está al final del camino, sino
en dar pasos adelante en el camino…