Recientemente, en una
conferencia que dí en el Centro Cultural José Martí, en la Ciudad de México, me
hicieron la siguiente pregunta: “Usted ya escribió un libro sobre el GM Carlos
Torre Repetto y otro sobre el GM Marcel Sisniega Campbell, ¿De qué otro jugador
mexicano piensa que hay que escribir para preservar su memoria? Conteste
resueltamente: El jugador mexicano más importante de la historia y que debiera
ser recordado sería el Coronel José Joaquín Aráiza, quien ya tiene su honor en
el cuadro de honor del deporte mexicano en la Confederación Deportiva Mexicana,
Araíza fue el líder del ajedrez mexicano entre 1926 y 1962, cuando ganó
prácticamente todos los títulos de los torneos de ajedrez realizados en México.
Desgraciadamente las nuevas generaciones no saben casi nada de él, como de
otros campeones nacionales como Roberto Treviño, Raúl Reza Delón y José de
Jesús Mondragón. Incluso de jugadores notables que no lograron ganar un
campeonato nacional, ya que Araiza dominó en esa época, como los Maestros Joaquín
Camarena, parte del equipo campeón centroamericano y del caribe de 1971, y
ganador varias veces de importantes torneos, como el Campeonato del DF, y los
Maestros Ferríz Carrasquedo, Alejandro Baez Graybelt y Orlando Duhalt,
campeones del DF, merecerían ser recordados de alguna forma.
Araíza fue, junto a Torre,
el jugador más reconocido en México y fuera de México en la primera mitad del
siglo XX. Habrá que escribir mucho de Araíza y de sus andanzas como en el gran
Torneo de San Remo de 1930 donde se enfrentó a los mejores del mundo, así como el
de Niza y celebres eventos en Estados Unidos y Cuba.
Aquí hay una curiosa foto de
Araiza al lado de la célebre Carmen Miranda, protagonista de famosos filmes
hollywoodenses, símbolo de la mujer tropical según los estereotipos de la
época.