A
pesar de que años antes había hecho una reseña de este gran libro, por ser
extremadamente valioso, no quise dejarlo fuera de esta nueva serie de reseñas.
Hace
unos años, a raíz de conocer al maestro Varus Aznavourian y su triste historia,
ya que tras salir de Azerbaiyán, donde nació y se formó como instructor con
Makogonov, emigro a Leninakan, Armenia, por ser de origen étnico de ese país, y
en 1988 hubo persecuciones en Bakú. Tras llegar allá, sufrió la tragedia del
temblor del 7 de diciembre de ese año, lo que se conoce, tras desaparecer la
URSS, como el desastre de Spitak, en donde a los 57 años se vio sin familia,
emigrando a Letonia y eventualmente a los Estados Unidos. Me hablaba de como
colaboró en cursos en Tashkent y de la leyenda, que según él había creado
Weinstein con ayuda de Alatorsev, de las famosas 300 posiciones. Varus, me dio
su versión, con amplias notas, gracias a un intercambio de material que le di,
pues iba a trabajar con unos niños de origen mexicano en California. El caso es
que nunca lo hizo, pues en un ataque de depresión, cruzo sin cuidado una calle
y …. No se sabe si fue totalmente accidente. El caso es que falleció en 1991,
el mismo día de la celebración de la toma del Palacio de Invierno, 7 de noviembre. Como sus papeles estaban con el
nombre Varamann, parece que fue sepultado en un cementerio judío gracias a un
amigo.
Las
300 posiciones de Aznavourian diferían de otras colecciones que deambulaban por
la URSS diciendo que eran las 300 posiciones famosas. Se dice que si uno domina
y analiza bien esas 300 posiciones, tiene todo lo que se necesita saber para
ser un maestro en ajedrez, un maestro del deporte, como era el título en la
URSS, además de saberse 50 pryomes y doce algoritmos. Así dice la leyenda y
muchos más o menos seguimos esa idea.
Las
300 de Aznavourian las uní con otras 200 diferentes, pues en 100 o un poco más
coincidían, con las que según unos eran las de Avram Modell y ya tenía unas 500
más o menos. Pero luego apareció Rashid Ziatdinov….
El
libro de Ziatdinov presenta, junto a unos textos introductorios magníficos,
casi 300 posiciones, pero con la idea completa de como estudiarlos. Un libro
que depende en mucho de que participe ampliamente el lector. Son posiciones sin
notas y que el propio lector debe esforzarse por explicárselas. Así es una guía
perfecta, como para tenerla siempre a la mano y pensar en cada posición.
Trabajar con ellas sin comentarios es como se pueden asimilar y así hacerlas
parte de nuestra RAM, de nuestra intuición.
Si
uno lee los artículos de Ziatdinov, que al hacer su libro era Maestro
Internacional y luego se hizo rápidamente Gran Maestro, ve la profundidad de
sus ideas, con ese matiz que hace de Asia el continente de las grandes
reflexiones y las culturas profundas.
Muchas
veces me parece que las escuelas de ajedrez de la parte asiática de la URSS,
como las de Armenia, Georgia, Azerbaiyán y Uzbekistán fueron de gran nivel, sin
ser nunca inferiores a las de la URSS europea como Ucrania, la de Moscú o el
gran San Petersburgo.
El
caso es que durante la diáspora tras disolverse la URSS, Ziatdinov vivió varios
años en América y pude conocerlo en 1999 en Reno, Nevada; donde también jugué con
el GM Serper, de la misma escuela de los Uzbekos.
Creo
que de los autores que me agradan más estudiar están en los primeros lugares Ziatdinov
y Serper.
El
libro de Ziatdinov, me ha sido muy útil durante más de tres lustros para
entrenar con muchos ajedrecistas de todas edades y de seis países con los que
colaboró en sus progresos en ajedrez y aunque le agrego una que otra posición
para actualizar, la base de esas posiciones seleccionadas por Ziatdinov me
parece imprescindible.
Ahora
por todos lados circulan copias en PDF del GM RAM y , hasta donde se, no salió
una segunda edición. Por afecto, siempre ando cargando en mis flash las
selecciones de Aznavourian y de Ziatdinov, junto a mi lista de pryomes, y sigo
siendo seguidor de esa leyenda. Es como la de Caissa, diosa “griega” inventada
por un poeta inglés del siglo XVIII, pero hay quienes creen que era de la
mitología griega. Bueno, yo creo que la del ajedrez sería Metis, pero ya hay
quienes bautizan niñas con el nombre de Caissa. Así que la realidad … Creo que
las 300 posiciones, o unas 500, si se dominan, está ya uno entendiendo el
ajedrez.