Las
organizaciones del ajedrez son de una calidad igual a la de los colaboradores
menos preparados, lo que explica en buena parte lo accidentado de la gestión de
algunas directivas.
Por eso es
importante en preparar sus cuadros para integrar colegios con personal
preparado en las áreas donde se da servicio a la comunidad, y que por lo tanto
hay que tender a su profesionalización, tanto en superación de desempeño, como
en su retribución al trabajo, me refiero a áreas como:
·
Instrucción y enseñanza del
ajedrez.
·
En organización, promoción de
eventos y gestión de fondos y apoyos ante diversas instancias.
·
Arbitraje de eventos.
De esa manera los servicios brindados serían
de calidad y así se aumentaría la afiliación a la organización, fortaleciéndose
en consecuencia.
En las áreas
donde interviene personal voluntario, como la dirección de la organización
cuando esta sea civil y no empresarial, es importante en que se preparen para
realizar una mejor gestión y canalicen mejor su actitud altruista.
La gestión de
apoyos gubernamentales requiere de conocimientos y preparación. Saber cómo
funcionan las instancias relacionadas con presupuestos, conocer su
normatividad, sus tiempos y alcances; es muy importante para que los
funcionarios de todos niveles “no les den la vuelta” o los toreen, o peor “los
chorien”.
La opacidad, o
sea la falta de transparencia en el manejo de recursos gubernamentales es lo
que más desanima a los ajedrecistas respecto a sus organizaciones. La falta de
democracia directa, disfrazada de democracia representativa, donde directivos
de clubes eligen a la dirigencia de una liga o asociación, hacen nebulosos las
obligaciones y los derechos de los afiliados, tanto en la toma de decisiones
como en el acceso a los beneficios derivados de los apoyos oficiales, alejando
a los potenciales afiliados y decepcionando a los que ya lo son, que buscarán
pronto el no seguir afiliados a organizaciones oscuras.
La manera de
hacer transparente la gestión no es tan fácil como pareciera, se necesita
cierta preparación, y ya que los directivos alcanzan sus puestos de diversas
maneras, muchas muy aleatorias, muchas veces no son transparentes en su gestión
más por incapacidad en la preparación de informes y su difusión que en malas
intenciones.
El caso es que
si a veces es difícil tener una escuela de instructores y una de árbitros, una
de directivos, por más light que fuera, casi siempre escapa a la programación
presupuestal, y de manera mucho más rara alcanzará un lugar una escuela de
“dirigentes”.
Con toda esa
chabacanería, improvisación y más buena voluntad que capacidad; no se puede
esperar el desarrollo de la actividad del ajedrez en una comunidad.