Todo mundo hubiera querido tomar clases con Capablanca, pero
físicamente solo le fue posible escucharlo a hablar a unos cuantos.
¿Cómo hacer que llegue el conocimiento y la experiencia a el
mayor número posible de personas? Solo con la enseñanza a distancia.
Tal vez el futuro sea la educación a distancia para
optimizar los gastos en la educación superior. En algunos países no se ven
otras opciones pues ya no tienen presupuesto para construir instalaciones a la
velocidad de la demanda. Por lo pronto muchos de los que ya trabajan y tienen
problemas de horario buscan estudiar a distancia como única opción a continuar
sus estudios.
De los 47 mil 500 alumnos inscritos en la Universidad
Abierta y a Distancia de México (UnADM), la cual depende de la Secretaría de
Educación Pública, sólo 20 por ciento tienen entre 18 y 24 años, pues al menos
70 por ciento de la matricula tiene en promedio 36 años de edad.
El problema es el sistema de enseñanza y los contenidos que
se proponen para cada especialidad. Parece no haber mucho personal capacitado
para evaluar si lo que se propone es adecuado y funcionará para crear los
profesionales que se requieren. Cientos de cuartillas y decenas de CDs he
aportado para justificar que se pueden capacitar instructores y que al menos es
mejor opción que el nivel de clases que están ofreciendo muchos jugadores auto
habilitados de instructores que dan clases a niños de diversos centros
educativos. Pero los avances son muy lentos y aunque en lo que toca a cursos
semi presenciales, de 30% clases presenciales y 70% a distancia ya son
aceptados por las autoridades y ya planeo varios cursos iniciales en cuatro
entidades, el poder hacerlo totalmente a distancia parece que requerirá aun
años. Y mi tiempo se acaba…