14 ago 2010

La Revista de Ajedrez del GM Lev Polugaevsky.


No cabe duda que continuamente uno se lleva sorpresas. Recientemente recibí una colección de ejemplares en formato PDF de una revista de ajedrez rusa de la que ni siquiera había oído hablar: “Ajedrecistas de Rusia”, que inicio su publicación en 1965. Como no se distribuía fuera de Rusia, ni siquiera a otras repúblicas de la URSS, no la conocíamos en occidente ni los jugadores que estábamos más o menos enterados de las publicaciones soviéticas. Con un tiraje de 25 000 ejemplares, lo que la hubiera hecho de “gran tiraje” en otro país, en la URSS seguramente llegaba a ser leída por medio millón de jugadores, menos de la cuarta parte de los jugadores registrados en la Federación de Ajedrez de la República Federada Socialista Soviética de Rusia que era el organismo editor. Muchas revistas no era posible adquirirlas, debido a la gran demanda, y debían ser consultadas en bibliotecas donde cada ejemplar como promedio era accesible a unas 200 personas.
El caso es que esta revista era muy interesante, con artículos por grandes maestros y dirigida por el GM Lev A. Polugaevsky.
De tan sólo 16 páginas era pequeña comparada a la otra revista local “Ajedrez” de Riga, Letonia; que logró gran difusión internacional y que tenía el doble de tiraje. La de “Ajedrecistas de Rusia” y la de Riga iniciaron con 5 años de diferencia, pero la de “Ajedrecistas” tuvo apariciones más esporádicas, mientras que la revista letona aparecía dos veces al mes y fue tan regular que para 1989 tenía ya publicados 697 números, mientras que “Ajedrecistas” sólo 46, por eso es muchísimo menos conocida.
¿Cuántas revistas de ajedrez de más de 20 mil ejemplares eran producidas en la URSS? Decenas, pero en Occidente conocíamos unas cuantas como “Ajedrez en la URSS”, “Boletín de Ajedrez”, “Ajedrez” de Riga, “64”, “Boletín del Club Central de la URSS” y las revistas de las federaciones Ucranianas, Bielorrusas y “Ajedrez en Moscú” Por ejemplo Fischer era lector asiduo de “Ajedrez en la URSS” y del “Boletín de Ajedrez”, pero apenas conocía algunos ejemplares de “64” y del Boletín del Club Central. También decía estudiar la revista yugoslava Sahovski Glasnik y el Magyar Sakkelet de Hungría, pero la “Ajedrez” de Polonia y Schach de la Democrática Alemana, que eran notables, sólo tenía algunos ejemplares que le habían mandado de regalo. En cambio había leído colecciones de revistas muy antiguas como las de Lasker, Steinitz y Capablanca, así como artículos de Pablo Morphy.
Si hay un mundo de libros de ajedrez, el de las revistas de ajedrez también es enorme y a veces parece más atractivo. Muchos maestros no tienen el tiempo, ni la consistencia y sobre todo la paciencia para lidiar con editores como para hacer un libro, pero son prolíficos escribiendo artículos notables, que aparecen en revistas. El MI y gran entrenador Mark Dvoretsky durante años publicó notables artículos en revistas, para luego convertir en su famosa serie de libros todas las colecciones de artículos. Pero los capítulos de sus libros aparecieron en forma de artículos a veces hasta cinco o seis años antes.
Lo mismo podría decir del famoso Tratado General de Ajedrez del maestro argentino Roberto Grau, pues prácticamente todos los tomos de este tratado fueron publicados en forma de artículos en su revista “El Ajedrez Americano” muchos años antes que apareciera la versión en libro.
Muchos grandes libros de la literatura universal, como los libros de Charles Dickens, aparecían por entregas, como artículos, en diarios y revistas, antes de ser publicados como libros.
Por eso las revistas de ajedrez son muy importantes, pues hay material que nunca apareció en forma de libros, pero que era valiosísimo y que constituyen un acervo tan importante o más que los libros. En la ciencia, muchas cosas aparecen en las revistas científicas y no todo llega a libros. Lo mismo está pasando en Internet, mucho de lo mejor está en artículos.
En Iberoamérica generalmente lo mejor se publica en artículos y a veces, no siempre, se va convirtiendo en libros. Los artículos del GM Zenon Franco por ejemplo, primero se hicieron populares en revistas como la “Jaque”, luego en la red de Internet y luego, mucho después aparecieron en forma de libros.
Lo mismo podría decir del GM Svetozar Gligorich, que era muy popular en revistas y tras unos años esos artículos fueron agrupados en libros.
Lo de los artículos da oportunidad de darle a los temas una oportunidad y una flexibilidad y dinamismo que en los libros no puede lograrse.