Entre la mayoría
de los entrenadores se considera que la excelencia en ajedrez descansa en una
serie de hábitos que posibilita a los grandes maestros tener máximos
desempeños. El progreso en ajedrez muchas veces depende de la adquisición y
arraigo de hábitos que nos previenen contra cometer errores, descuidos o
simplemente no realizar adecuadamente y con precisión el proceso de elegir una
jugada.
Los hábitos se
considera se arraigan mejor en las edades tempranas que ya cuando el individuo
ha pasado de la tercera década de vida.
A mejores
hábitos, pues mejor ajedrez. Cuando una
persona después de haber jugado en su edad escolar retorna al ajedrez, tiene
que adquirir nuevos hábitos para que al cambiar su manera de razonar pueda
hacer progresos en el ajedrez en su reencuentro. Uno no puede esperar
resultados distintos con acciones iguales. Tiene uno que cambiar y para ello es
importante adquirir nuevos hábitos que reemplacen los antiguos.
Pero, a menudo
regresan viejos hábitos nocivos y su aparición nos hace perder puntos en
torneos.
Loran F.
Nordgren de la escuela de Management Kellog del Noroeste, y otros psicólogos de
la misma institución, hicieron algunos experimentos con personas que habían
dejado hábitos tan nocivos como el fumar y que los habían retomado. Lo mismo
hicieron con personas que tenían hábitos de trabajo en el cumplimiento de sus
tareas y que habían retomado otros nocivos que se contrapunteaban con los tan
preciados y difícilmente adquiridos nuevos hábitos positivos.
El estudio
concluye que la exposición a la tentación, vence en un 70% de los casos, por
mucho que uno crea en su autodominio. Y ninguna idea o instrumento para evitar
regresar a un mal hábito nunca está por demás. Así que no hay que menospreciar
al enemigo escondido.
Lo que ayuda a
los esfuerzos de voluntad para crear nuevos hábitos es la experiencia de vida
que ya a un adulto lo ha convencido de que no hay atajos en el progreso ni
caminos fáciles.
Esta ventaja
sobre la forma de actuar en la adolescencia es lo que puede ser una oportunidad
para que la persona como adulta avance aun más rápido que lo avanzaba cuando
era menor de edad.
Además, con más
conocimiento de causa puede elegir entre las diversas alternativas que se le
presentan para obtener sus metas en ajedrez.
Sabe como
escoger mejor a sus consejeros y entrenadores, es más realista en sus
expectativas y balancea mejor los esfuerzos con los resultados esperados y
tiene más compostura ante sus propios errores y la posibilidad de tratar tanto
a la victoria y a la derrota “como a dos impostores”, y no ser la veleta que
suelen ser los jóvenes que ante los
obstáculos sufren más allá de la importancia de su temporal fracaso.
Ve las cosas con
una percepción más realista. En esto cabe recordar una vieja regla de la
escuela de ajedrez de la desaparecida Unión Soviética:
Las percepciones
engañan en ajedrez.
Esta demostrado
que el cerebro y los sentidos a menudo nos ponen trampas que pueden causar mala
percepción.
¿Porqué
cometemos tantos errores de percepción? Sabemos que nuestro cerebro esta creado
así, y sólo por entrenamiento deliberado podemos modificar estas consecuencias
de la naturaleza. Vea las imágenes, parecen que se mueven, pues no. Los
sentidos engañan. El síndrome del “Principito”, lo esencial es invisible para
los ojos.
Pero retornando
a los hábitos, quisiera apuntar, como lo hice hace años en un artículo sobre el
tema del estudio de ajedrez entre adultos:
Ya hace muchos
años, tan lejos como 2002, la revista científica Scientific American en su
edición especial de julio titulada “The Hidden Mind” apuntaba que el adulto,
contrario a lo que se creía como dogma, produce células nerviosas nuevas y que
su cerebro no esta en declive constante, sino todo lo contrario.
Tony Buzan, del
Club de Ajedrez de Londres y afamado “creador” de la idea de los “Mapas
Mentales”, junto con el GM Raymond Keene, escribieron un libro titulado “The
Age of Heresy” en donde afirman que con la edad las personas son más
“inteligentes”.
Entonces,
¿porqué se supone que un ajedrecista tiene una edad límite para aprender o
mejorar en ajedrez?
Estadísticamente
parece estar demostrado que en el siglo XXI los jóvenes obtienen mejores
resultados que los adultos en justas deportivas de ajedrez. Aún así, hace muy
poco teníamos un campeón mundial, el GM Anand de la India, que rebasaba los 40 años de edad, cuando
algunos especialistas occidentales afirmaban que la edad más competitiva de un
ajedrecista estaba ya entre los 20 y los 35 años, muy diferente a la opinión
soviética de los años 80s del siglo XX en que se consideraba que era entre los
35 y 45 años.
Hace unos días
el GM Evgueni Elinovich Sveshnikov cumplió 65 años, y recientemente ha jugado
menos frecuentemente en torneos internacionales abiertos y ha sufrido muchas
bajas en su rating, pero si bien no es tan fuerte en la práctica, sigue siendo
creativo y hubo quien le preguntase si consideraba que seguía siendo su
creatividad tan grande como era calificada hace casi 40 años en un torneo en
Cienfuegos, Cuba. Ha cambiado en algo su orientación en el ajedrez y hoy día
escribe más que nunca. “El gurú de la Siciliana” no hace mucho publicó varios
libros que han sido ya traducidos a varios idiomas y actualmente esta
trabajando en uno que reúne los diversos métodos de enseñanza de la escuela de
Cheliabinsk y que el GM Panchenko no pudo terminar, como lo manifestó en una
entrevista hace tres años.
En el número de
Scientific American de Marzo-Abril de 2010; se analizan varios nuevos avances
en la enseñanza, así como refuta algunos mitos que existen en la psicología.
Entre otras cosas aparecen argumentos que parecen reforzar mi hipótesis de que
los ajedrecistas adultos pueden progresar más rápidamente que los niños y
adolescentes, siendo otras las razones por las que el progreso en ajedrez
parece detenerse o al menos hacerse más lento y menos significativo a una edad
cercana a la vejez, o en la parte alta de la edad adulta.
El GM Sveshnikov
había publicado algunas cosas al respecto, pero basadas más en sus experiencias
propias que en evidencias científicas que las que se exponen por los diversos
autores de los trabajos publicados en Scientific American.
La prestigiosa
revista rusa “Ciencia y Vida”, que ya es septuagenaria pues se inició en la era
soviética, en su número de enero de 2010, también trata el tema sobre la
creatividad y las emociones maduras de los adultos.
Me pareció que
coincidía con el estudio de Scientific American aparecido dos meses después
sobre la creatividad y el amor. En realidad, Scientific American de marzo esta
reproduciendo afirmaciones de la revista de noviembre de 2009 “Personality and
Social Psychology Bulletin, así que no se puede decir que la revista rusa se
adelantó, máxime que los estudios presentados fueron realizados en la
Universidad de Amsterdam, en la de Groningen y Jacobs Bremen, coordinados por
Jens Forster, psicólogo de la Universidad de Amsterdam. Lo que se puede
discutir si esas emociones estudiadas son tan “adultas” como se clasifican,
pues algunas tienen relación con niveles de apetito sexual, de tristeza y de
dolor que no creo sean propiedad exclusiva de los adultos, aunque algunos
parámetros refieren que los niños y los jóvenes no tienen esa intensidad en las
emociones a la que llegan los adultos.
El caso es que
todos esos estudios parecen afirmar que para el análisis y la creatividad al
más alto grado es necesario tener emociones de adulto.
Ya me comentaba
el MN Miguel Angel Castillo Castelán que para ser buen escritor hay que tener
muchas vivencias. Un escritor es como un testigo de su época rindiendo su
testimonio como un bloque de apoyo, un escalón, para el ascenso de las
siguientes generaciones.
Experiencia de
vida e inteligencia emocional están ligadas claramente.
¿Cómo afecta
esto a la hipótesis del progreso de los adultos en ajedrez? En estos años en
que la “Inteligencia Emocional” ha sido objeto de un estudio tan profundo, y
que si es cierto que las emociones influyen tanto en la creatividad y el
análisis, facetas fundamentales de la caracterización aceptada de la
inteligencia; y que las emociones más fuertes se manifiestan en los adultos,
entonces tendríamos que aceptar que los adultos pueden ser más inteligentes que
los niños.
Otra apunte más,
de una revista científica del otro lado del mundo, Australasian Science, afirma
que conforme se avanza en edad, se manejan mejor las emociones, lo que hace que
para lograr los mayores beneficios de la inteligencia emocional hay que pasar
de los cuarenta años, según Joseph Forgas, profesor de psicología de la
Univeridad de Nueva Gales del Sur. En eso también coincide el profr. Liuslis de
la Universidad de Riga en un trabajo publicado en 1967 y citado por la revista
“Ajedrez” que dirigiera primero el GM Mikhail Tal, luego el GM Aivar Gipslis,
para en sus años finales Sveshnikov nada menos la mantuviera a flote.
Forgas también
afirma en el mismo artículo en que reseña sus estudios, que los estudiantes mal
humorados lograban mayores avances que los estudiantes con buen humor. Según
eso hay que hacer enojar a la gente para que aprenda.
El caso es que
hay muchas bases para contestar a un adulto aspirante a mejorar en ajedrez que
pregunta si puede progresar a pesar de ser mayor de cuarenta años, con la
afirmación, agregando: “y a mayor edad, puede progresar más”. Los GM Korchnoi y
Sveshnikov lograron sus mayores despliegues creativos pasados los cuarenta
años. ¿Deben ser considerados excepción?
¿Qué hay de
otros maduros creadores en otras disciplinas? El caso de Goethe, acude a la
mente rápidamente, lo mismo que Picasso y muchos que en la tercera edad
prácticamente iniciaron su vida.
No hace mucho me
preguntaban el tratamiento que en la Unión Soviética se daba a los menores de
18 años con demostrado talento y vocación, en que se les apoyaba seleccionándoles
un entrenador personal para que su avance fuera continuo hasta llevarlo a las
más grandes alturas en ajedrez.
¿Pero que hacían
con los adultos? Bueno, los clubes de los sindicatos eran los que se ocupaban
de ello, pues eran derechos de todo trabajador el que se apoyase el mejor
empleo del tiempo libre y además había programas de “descubrimiento de talentos
de mediana edad” y hubo casos en que el sindicato apoyaba a un jubilado
septuagenario para que alcanzase aquellos títulos que se le habían escapado en
la juventud. No era tan raro que jugadores de 70 y 80 años lograsen su título
de maestro nacional en la URSS, como muchos que lograron titularse de
licenciados pasados los sesenta años. Hay varios casos de Maestros
Internacionales que lograron su título de Gran Maestro ya muy grandes, pero el
record lo tiene el GM Kaufmann, logrando su título a los 67 años.
A niveles
locales, un jugador que a los 40 años tiene 1400 de rating puede llegar a 2000
de rating en la mitad del tiempo en que en promedio lo hacen jugadores que a
los 20 años tienen 1400 de rating. Las estadísticas lo demuestran con toda su
frialdad. Pero hay una serie de circunstancias que ayudan a ello. Mayor
libertad económica, más control de su tiempo y sobre todo mayor control de sus
emociones y compostura al momento de jugar, lo que en la práctica significa
menor cantidad de errores y mejores resultados deportivos.
El tema es
amplísimo y habrá que seguirlo, además es importante ver el punto de vista de
la andrología. Actualmente tiene una importancia capital la enseñanza a
adultos, pues en las empresas los cursos de capacitación van dirigidos siempre
a los adultos y su efectividad incide inmediatamente en la superación económica
de la empresa. Para el negocio, capacitar adultos es la clave para elevar el
valor de una empresa en su recurso principal: sus trabajadores.