De las
capacidades más valiosas para la vida del siglo XXI quizás la más importante
sea la resiliencia y es ahí donde el ajedrez nos brinda un entrenamiento
formidable.
¿Qué es la resiliencia? La
resiliencia es una capacidad que nos permite afrontar las crisis o situaciones
potencialmente traumáticas y salir fortalecidos de ellas.
La resiliencia implica reestructurar
nuestros recursos psicológicos en función de las nuevas circunstancias y de
nuestras necesidades.
De esta manera, si llegamos a ser personas resilientes no solo seremos capaces
de sobreponernos a las adversidades que les ha tocado vivir, sino que podremos
ir un paso más allá y utilizan esas situaciones para crecer y desarrollar al
máximo su potencial.
En el ajedrez continuamente
afrontamos la derrota y nos observamos cometiendo errores, pero aprendemos a
emprender la siguiente partida tratando de aprovechar al máximo lo que
aprendimos en nuestra última derrota.
Una partida tras otra, un torneo
tras otro, tratamos de vencer nuestras debilidades e intentar mejorar nuestro
resultado anterior. Nos entrenamos en resiliencia.
Para una persona resilientes
no existe una vida dura, sino momentos difíciles. Para un ajedrecista, cada torneo es una oportunidad y
no solo no nos rehusamos a probarnos de nuevo, sino buscamos hacerlo, vamos
tras la experiencia dura, tras la prueba nueva en que tal vez suframos una
decepción, pero vamos con la esperanza de poder sacar de nosotros mismos
nuestra mejor versión. Nos enfrentamos a las dificultades conscientes de que
después de la tormenta llega la calma.
El ajedrez nos enseña que ante la adversidad solo
conservando el buen humor podremos ir ante el nuevo desafío. Aprendemos, tras
unos cuantos torneos, a afrontar la vida con una sonrisa en los labios.
Dicen que el ajedrez es altamente instructivo por ser
altamente frustrante y que el volver a emprender una partida o un campeonato,
requerimos de mantener la motivación y aceptar ponernos a prueba de nuevo.
A veces me preguntan porque sigo compitiendo y no me
dedico solo a enseñar ajedrez, la razón es que para comprender a los alumnos
necesito mantener vivo en mi la resiliencia. La vida es dura y pareciera que
más dura es para las personas conforme avanza la edad y las derrotas de toda la
vida parecen juntarse para morderle a uno el alma. Los recuerdos de las
victorias parecen a veces más lejanas que los recuerdos de las derrotas.
Lo fácil pareciera descansar en los laureles y vivir
de las glorias pasadas, pero tantos años de torneos, de luchas en muy diversos
campos, de ver guerras cara a cara y ver la muerte y la vida de muy cerca, me
han hecho resiliente. Creo que es lo mejor que me ha dado el ajedrez.
Cuando se reflexiona sobre lo más valioso que puede
aportar el ajedrez a un ser humano, habría que considerar seriamente que es la
resiliencia.