10 may 2015

Bobby Fischer y las preguntas sobre su ajedrez.




En el libro “Rusos contra Fischer” ,de varios autores y encabezados por Plisetsky y Voronkov,  se publican las cartas confidenciales en que los grandes maestros de la primera línea del ajedrez soviético daban sus opiniones sobre Fischer para que Spassky estuviese preparado de la mejor manera posible para su match de 1972.
Lo que el libro no establece, a pesar de que publica varios memorándums “secretos” del Comité de Deportes del Partido Comunista de la Unión Soviética, es el cuestionario que el Comité Central de la Federación de Ajedrez de la URSS envió a los grandes maestros seleccionados.
El cuestionario, publicado en Chess Life, junio de 2000,  por el GM Nikolai Krogius, asistente de Spassky en el match de Reykjavik, y que posteriormente fuese presidente de la Federación de la URSS, fue el siguiente:
1. ¿Cuál es su opinión de la fuerza y debilidades en el juego de Fischer en cada etapa de la partida? ¿Qué consejo daría de cómo un oponente puede explotar esas debilidades?
2. ¿Cuál es su opinión de las fuerzas y debilidades en el juego de Spassky y cómo sugeriría que puede superar en su juego esas debilidades?
3. ¿Cuál sería su consejo concerniente a aperturas en particular? ¿Qué sistema debería recomendar para el blanco jugando la siciliana, la India de Rey y la Defensa Grunfeld? ¿Qué recomendaría que debe jugar el negro contra la jugada 1.e4 de Fischer?
4. Por favor indique algún otro consejo sobre aperturas que pudiera dar.
Entre los que recibieron el cuestionario estaban Keres, Korchnoi. Petrosian, Smylos y Tal.
El libro de Rusos contra Fischer fue tomado por muchos como importante guía de cómo revisar la creatividad de un jugador, en ese caso con los ejemplos de que descripción hicieron esos mencionados maestros sobre Spassky y Fischer.
Karpov posteriormente revelaría que fue invitado a algunas sesiones de entrenamiento del grupo de Spassky, comentando las fallas que tenía Spassky en lo que respecta a su exceso de pereza y negligencia en su preparación.

Koblentz esperaba que Tal fuese importante parte del equipo de Spassky, como lo sería después del equipo de Karpov en preparación para el match de 1975 que nunca se efectuó, y le paso una metodología para estudiar a Fischer, así como el cuaderno de acopio de partidas y análisis que había trabajado Gipslis.
Gipslis decía que esa metodología iniciada por él mismo y luego modificada por Koblentz había sido muy útil en los matches en que asesoró a la GM Nona Gaprindashvili en la defensa de su título contra la GM Nana Alexandría y que sería luego un sistema estándar para muchos entrenadores soviéticos.
Al principio los georgianos no compartieron el sistema de análisis de jugadores de Koblentz, pero luego el GM B, Gurgenidze, asesor de Alexandria, pidió a Gipslis información del legendario sistema en un congreso de entrenadores poco antes de que Gipslis viajase a México para preparar a un grupo de jugadores iberoamericanos con vista a la Olimpíada de Malta de 1980 y comentaba que había perdido la ventaja ante los asesores de las principales jugadores georgianas, pero que trabajaría con Koblentz para hacerle continuas mejoras. “En la URSS se pueden guardar secretos de ajedrez por un tiempo, pero como tenemos que compartirlo, a la larga la única manera  es estar un paso adelante y no dejar de trabajar”.
El caso es que de 1972 a 1975 hubo cambios radicales en el “famoso” cuestionario y en la manera de trabajar en preparación contra Fischer y el equipo de Karpov estaba mejor armado y con mejor metodología que el de Spassky en 1972.

El problema era la condición física de Karpov que no tenía la fortaleza de Spassky, por lo que preocupaba que no pudiera soportar el stress más allá de 24 partidas y la regla que quería imponer Fischer de que se ganase el título quien lograse 10 victorias suponía, según cálculos de los matemáticos, tomaría al menos 38 partidas y se habían calculado varios escenarios y ninguno favorecía a Karpov. La esperanza es que fuese a 6 victorias, entonces serían como 30 partidas y un 45% de posibilidades para Karpov y 55% para Fischer.
Según Gipslis había la creencia de que Fischer era asesorado por el GM Fine en el cálculo de posibilidades sobre lo que pasaría en un match de 6 victorias y uno de 10 como deseaba Fischer y los soviéticos concluyeron que a 10 victorias, con el empate en caso de un 9 a 9, dejaba las posibilidades de que ganase Karpov en tan solo 15%. Era inadmisible y no debiera aceptarse.
Al maestro Roshal, quien fuese editor por muchos años de la revista “64” se le encargó el cabildeo en la FIDE en el Congreso de Niza de 1974, además de que estaría ahí el ex fiscal Baturinsky, que vigilaría el proceso y se apoyarían de la presencia de un cosmonauta soviético, Sebastianov,  y un equipo de apoyos de las federaciones de todo el bloque socialista en la FIDE. Al comisionado de ajedrez de Cuba se le encargaría el que los países iberoamericanos apoyasen las propuestas rusas y contuviera un poco al pretendiente a la presidencia de la FIDE Rabell Mendez de Puerto Rico; Sebastianov, el cosmonauta, trabajaría con algunos países de Europa Occidental y que si lograban tan sólo el 30% de los países fuera del bloque, bastarían para que las reglas de las 10 victorias no se aprobasen. Dos países querían realizar el match: Filipinas, representado por Florencio Campomanes, quien posteriormente sería presidente de FIDE gracias a sus posteriores negociaciones con Roshal de la URSS y Vega de Cuba; y México, quien era representado por Manuel Vega, Presidente fundador de FENAMAC y que asesoraba yo en Niza, sobre todo para las conversaciones con el bloque socialista. Jorge Vega, que no es pariente de Manuel, apoyaba también, pero advirtiendo que Campomanes ofertaría la inusual suma de cuatro millones de dólares, pero que nos advertía que el match de 1975 no se realizaría, pues conociendo a Fischer si no se aceptaban todas sus condiciones sería inamovible.

Fischer nos comentaría a Manuel Vega y a mí, más de una década después que los soviéticos controlaban la FIDE y que estaba seguro que el 100% de las propuestas de ellos eran malignas. “Era muy fácil que debía hacer yo, simplemente todo lo contrario que proponían…” Cabe decir que en 1974 México votó a favor de todas y cada una de las propuestas de Fischer, pidiendo disculpas a Jorge Vega por no apoyarlo, pero el cubano estaba tranquilo, pues en sus cuentas tenía el apoyo del 70% del bloque latinoamericano y este peso bastó para que, unido al bloque socialista, se ganasen todas las votaciones con las propuestas de la URSS, excepto unas pocas, no muy relevantes. “No me gusta ganar por cero al oponente, siempre hay que darle algunos triunfos para que este más tranquilo” nos decía el ya veterano en las lides de la FIDE y que 40 años después sigue cosechando triunfos políticos en ese foro, a pesar de ya no tener apoyo de un bloque socialista como en 1974. Campomanes debió a Jorge Vega mucho de sus triunfos en FIDE y el actual presidente hace mucho que debe sus reelecciones al líder del cabildeo y la negociación en FIDE.
El caso es que toda la metodología de los de Riga terminaron al servicio de Karpov desde 1974…