7 may 2015

Tras el método de Ajedrez de Bobby Fischer.




Tras de que Fischer había derrotado en matches a Taimanov y Larsen con el inusitado record de  6-0 y acumuló una serie de un  triunfo tras otro con los más grandes jugadores; la cúpula de la organización política del ajedrez en la Unión Soviética decidió que había que enfrentar el problema Fischer con gran seriedad.
Las escuelas de ajedrez que más habían trabajado sobre la interpretación de los métodos de los grandes jugadores y tenían investigaciones profundas sobre la sicología y su aplicación en el ajedrez, eran las escuelas de Riga y Leningrado.
Era conocido que dos jugadores en particular habían tenido éxitos al enfrentarse con Fischer: Tal y Geller, quienes tenían “scores personales” arriba del norteamericano.
Koblentz, mentor de Tal, había hecho una serie de apuntes sobre las características de la manera de enfocarse en ajedrez que tenía Fischer. Uno de sus principales discípulos, el GM Aivar Gisplis reunió todo lo que Fischer había escrito sobre ajedrez, desde las revistas de menor circulación hasta su libro Best Seller de las 60 Memorables partidas.
Ese trabajo de investigación para interpretar el porqué de la fuerza de un jugador era ya de uso mucho antes del poder soviético.
Dicen que de Alekhine eran las tres reglas para jugar: Conocete a ti mismo, conoce a tu contrincante y juega para un fin más elevado que ganar un punto en un torneo.
Pero Lasker era el modelo de cómo conocer al oponente.
Según Panchenko, Lasker observaba las partidas de Schlechter, observaba cuidadosamente a Schlechter como persona, conversaba con él e hizo un análisis psicológico de él. Lasker en un artículo comenta:  “Schlechter ha alcanzado casi la perfección en el cálculo de variantes, gracias a su mente ordenada y sistemática, que ha elaborado un sistema paso a paso para calcular jugadas”
Cuando Botvinnik trataba de aprender de Capablanca, para luego superarlo, realizó amplias observaciones.
Hace años, publique un artículo donde apunte: Mikahil Moiseievich Botvinnik, al hablar del talento natural de José Raúl Capablanca y Graupera, escribía: “¿En que consistía su talento? En el uso del algoritmo de la búsqueda de la jugada de la posición original, el algoritmo, que básicamente él usaba, tan ejercitado que ya prácticamente lo realizaba intuitivamente.”
Botvinnik en otro artículo comentaba que en un tiempo, en su temprana juventud, Capablanca había estudiado arduamente cientos de finales, analizándolos profundamente y perfeccionando un sistema para calcular variantes. Se refería a los años entre 1908 y 1914, primero, y luego estudio libros y partidas comentadas unos meses en 1921 en su preparación para el match con Lasker. Aunque en este último período mas bien ya estaba su sistema de algoritmos de elección de jugadas totalmente elaborado y simplemente lo ponía en práctica.
Lo importante en la creación de su “algoritmo” personal para calcular variantes lo desarrolló en sus primeros ocho años de jugar ajedrez en torneos, o sea entre sus 12 años y sus veinte años de edad.
Así escribí en ese artículo publicado hace casi una década.
Sobre Fischer y el trabajo que realizaron varios equipos de soviéticos, me parece que el de Tal, Gipslis y sus compañeros de la Escuela de Riga, fue el más completo y mejor realizado.
No hace mucho apareció en Rusia un libro titulado “La Herencia desconocida de Robert Fischer” donde aparecen muchos de los artículos escritos por Fischer, partidas comentadas y análisis que aparecieron en publicaciones grandes y menores de ajedrez, pero con algunos faltantes que Gipslis  si reunió y que además agrupo en patrones y modelos, queriendo establecer “el algoritmo Fischer”.
Estoy en el proceso de traducción de esos artículos del libro ruso y de los apuntes de Gisplis (¡muchos en letón!), así como de lo que aparece de los puntos de vista de Tal en el libro “Rusos contra Fischer”, donde se describe la tarea de varios Grandes Maestros soviéticos para entender a Fischer y brindarle los mejores consejos a Spassky para vencerlo.
Koblentz era un sicólogo autoformado, pero su amistad con Luria, una de las grandes eminencias, y sus estudios dieron un gran fruto al ayudar a Tal a vencer a Botvinnik y llegar a campeón mundial en 1960.
Además de analizar a Botvinnik, supo Koblentz motivar a Tal a que fuera “un ariete” como decía Smylov que había que ser. Motivo a Tal a trabajar en su sicología personal.
El máximo desempeño (me parece inadecuado decir “Alto Rendimiento”), significa que uno enfoca toda la atención a la tarea que se tiene por delante. Para hacerlo así, necesita estar mentalmente preparado.
El entrenamiento mental según Koblentz y Gipslis es el trabajo importante que uno hace dentro de sí. Gipslis advierte que muchos jugadores se sienten incómodos con el entrenamiento mental debido a que no están familiarizados a hacerlo a un nivel consciente y les intimida, ya que preferimos alejarnos de las cosas en que no tenemos experiencia o  conocimiento. El riesgo de no entrenarse mentalmente es que uno puede continuar practicado ajedrez con malos métodos de razonamiento y actitudes equivocadas, reforzando así malos hábitos en lugar de aprender hábitos nuevos y mejores.
Si el entrenamiento mental no es parte de su manera de jugar ajedrez, es sólo debido a que no lo ha intentado, o no cree en su valor. Y si uno no cree en su valor es simplemente porque no ha estudiado suficiente sobre el tema de la sicología y su aplicación al ajedrez.
Para mejorar radicalmente, decía Gipslis, hágase el compromiso de entrenarse mentalmente.
Gipslis decía que en ese aspecto Fischer, de manera quizás empírica o influenciado por un jugador de gran cultura que estuvo muy cerca de Fischer, el GM Nicholas Rossolimo , o tal vez el MI y sicólogo Anthony Saidy;  sabía muy bien entrenarse mentalmente.
Poco a poco iré terminando la traducción de estos trabajos, los de Gipslis sobre los artículos de Fischer y los mismos artículos, para ver si se puede estructurar un algoritmo Fischer.