22 jun 2009

De cómo nace el ajedrez en España.


Por MI Raúl Ocampo Vargas.

El juego de ajedrez no surgió de buenas a primeras tal como lo conocemos. Ha recorrido un largo y complejo camino de desarrollo. Los datos histórico nos dicen que el ajedrez, o más bien, el proto ajedrez, existe aproximadamente hace 1,500 años: apareció en la India a fines del siglo V o principios del VI. Este juego, un 70% similar al que hoy jugamos se llamaba chaturanga. Esta antecesor del ajedrez se introduce en Persia y el Asia Central y ahí es modernizado y perfeccionado. Se convierte en el chatrang.
Según investigaciones del profesor G. Murray en su libro “Historia del Ajedrez”, el chatrang era un juego muy interesante, pero los acontecimientos en sus partidas se desarrollan con lentitud. Las piezas y los peones tenían poca movilidad y durante largo tiempo no podían entrar en contacto.
“En el chatrang la apertura era poco interesante, señala el profesor Murray, ya que cada parte podía variar mucho tiempo el orden de las jugadas sin entrar en contacto con el adversario. Para el desarrollo de la fase inicial de la lucha se iban de 8 a 20 jugadas”.
Durante la época del chatrang, entre los siglos VIII y IX, surge la leyenda de que el juego lo inventa un sabio persa llamado Sissa. Ya que el chaturanga y el chatrang utilizaban el mismo tablero de 64 casillas (colocado con casilla blanca o negra a la derecha, indistintamente, pues prácticamente hasta Damiano el Portugués en 1512 no se enfatizó lo de casilla blanca a la derecha), la anécdota de los granos de trigo multiplicándose por dos con cada casilla se ajustaba a ambos juegos. Se dice que en una época el chaturanga, apunto de transformarse en chatrang, se jugaba con dados, y la suerte jugaba un papel importante. Otra diferencia básica es que en la versión inicial del chaturanga no había reinas o damas y cuatro bandos combatían en una partida. El chatrang tiene peones, caballos, alfiles, torres, rey y reinas, pero todas las piezas con un movimiento más limitado.
No había ni coronación, ni enroque, ni toma al paso; ni la Reina tenía el poder del ajedrez moderno. Este surgirá en 1475, en España. Valencia para ser precisos.
Pero primero veamos como el chatrang llega a la península ibérica, para luego ser transformado en el ajedrez moderno.
El MI Ricardo Calvo, investigador meticuloso, nos relata que el cantante persa Zirjab introdujo el ajedrez en la corte del Emir árabe de Córdoba en el siglo IX. Se refiere por supuesto al chatrang. Zirjab /783-857), emigró a España al ser corrido de la corte del Califa Harun ar Rashid a causa de intrigas de sus celosos rivales. Tras algunas peripecias arriba a España en 822, cuando los árabes del cercano oriente y del norte de África habían establecido un magnificente y gran estado musulmán. Córdoba podía ser calificada entonces como la capital cultural de Europa. El nombre Zirjab era un apodó, ya que es el nombre de un ave negro con bello canto. El verdadero nombre de Zirjab era Abul Asan Ali ben Nafi, pero es posible que no recibiera este nombre árabe al nacer pues era un esclavo persa que fue posteriormente liberado. Zirjab viaja a Córdoba para entrar a la corte del Emir al Hakam, pero al llegar recibe la noticia de la muerte del que esperaba fuera su patrón. Pero un colega cantante, el judío Mansur, le asegura que el nuevo Emir Abd ar Arman II, como su predecesor, era un gran amante de las artes. Zirjab y su familia deciden continuar su jornada a Córdoba, donde por su fama en Persia fue recibido como una celebridad. Entre las posesiones que declara Zirjab en las aduanas del emirato se encuentra un chatrang, un ajedrez antiguo, que es el primero que llega a Europa.
Zirjab, hombre culto, se distingue por muchas razones en la corte de Abd ar Arman II, pero entre ellas está el de enseñar a jugar chatrang a los miembros de la corte del emirato de Córdoba.
Leviprovenzal escribe sobre la importancia de Zirjab en el emirato: “Ninguna otra influencia de la delicada y elegante civilización del Califato Oriental podía ser más profundo y directo.
La historia de Zirjab como introductor del ajedrez en Europa esta bien documentada en los artículos de los MI Ricardo Calvo y Hans Ree. Hay una novela histórica escrita por Jesús Greus y publicada en 1978 por Swan en San Lorenzo del Escorial. Ahí Greus sitúa el momento de llegada del ajedrez a Europa en 833.
En Córdoba existe una calle nombrada en honor de Zirjab, y un café actualmente rememora al persa que llevó el ajedrez a Europa. O al menos, propiamente dicho, el chatrang.
Una obra reciente del gran holandés Govert Westerveld: «La reina Isabel la Católica: su reflejo en la dama poderosa de Valencia cuna del ajedrez moderno y origen del juego de damas» (2004), da las bases documentales para afirmar que la versión actual del ajedrez moderno, nace en Valencia, España; en 1475.
El libro “Scachs d'amor” (1475) es la prueba para la Historia del ajedrez, y la estrofa 54 con la descripción original del movimiento moderno de la reina o dama, es la certificación documental para tal afirmación. Esta dice, con autoría de Bernat Fenollar:.
“Mas nostre joch de nou vol enremar se de stil novell e strany a quien be.l mira”
(Nuestro ajedrez quiere engalanarse con un estilo nuevo y extraño para quien lo mira)
Se refiere a la nueva pieza que, al igual que la reina Isabel se le otorga la espada, el cetro y el trono. En el margen derecho se describe el nuevo movimiento de la dama: Diu que la reyna vagie axi com tots, sino Cavall (Digo que la reina tenga el movimiento de todas las piezas excepto el caballo).
El descubrimiento de esa prueba fue producto de años de investigación. Los pasos hacia la verdad del origen del ajedrez moderno, cuando de chatrang pasa al xadrez o ajedrez, empezaron, en realidad, en 1905 cuando el padre Ignasi Casonovas da la noticia del hallazgo, en la real capilla del Palau de Barcelona, de un manuscrito de autoría colectiva de tres escritores, todos ellos valencianos, muy conocidos en la Valencia de las postrimerías del siglo XV: Francí de Castellví, Narcís Vinyoles y Bernat Fenollar. Este bellísimo poema valenciano que había permanecido inédito, por tanto, venía intitulado Scachs d'amor.
Si bien el chaturanga e incluso otras formas de ajedrez descubiertas en Rusia y que datan del año 100 de nuestra era, tienen cierta similitud con el ajedrez moderno, el chatrang es en realidad tan parecido al ajedrez moderno como el hombre de Neandertal al homo sapiens. Entonces el ajedrez descrito por Scachs d’amor y el descrito por Lucena (1497) y Damiano en 1512 y Ruy López es el mismo actual y creado sin duda en Valencia, donde se halla la primera referencia.
Este es el parecer de la mayoría de los grandes historiadores contemporáneos: los malogrados Ricardo Calvo (España) y Chicco (Italia), Áverbach (Rusia), Westerveld y Monté (Holanda), Alió (España), Messenburg y Edre (Alemania), Eales (Inglaterra) y Markl (Portugal), entre otros.
Entre los orígenes del nombre de las piezas, se puede decir que se pierden en la noche de los tiempos. En una revista “Atlántida” de 1919 se encuentra la siguiente nota: “La etimología nos revela el origen persa de algunas piezas, como el alfil, nombre procedente de “pil”, vocablo que en la lengua del Zend Avesta significa elefante. En son de trivial referencia recordaré que el Alfil se denomina el loco, fou, entre los franceses, -y de ahí su gorro de bufón en los diagramas, - y bishop, obispo, entre los británicos. Desearía conocer exactamente algún día las relaciones que haya entre un elefante, un obispo y un loco...”