Los niños son las esperanzas de
un país, de hecho el tema favorito de todo político es su apoyo a los niños. El
fin más importante de hacer política
debía ser trabajar para el futuro, y de esa manera participar en las tareas
patrias más allá de nuestro período de vida. Muchas veces he dicho que la razón
para mantenerse uno vivo es el tener la fe en que todo tiempo futuro será
mejor.
El ajedrez tiene todo para
brindar un beneficio al niño. Incluso el tema de la gratificación pospuesta,
algo que el ajedrez no los enseña una y otra vez, bastaría para que se
justifique el que el ajedrez se presente a los niños.
Pero como todo mensaje valioso
puede ser dañado si el mensajero no es el adecuado.
Imagínense una escena de la Anunciación
en que el ángel Gabriel fuera un ser feo y obeso, sucio y desaliñado, o una
caricatura de Santa Claus. Hasta un mensaje importante de Dios se vería poco
creíble.
Es como si yo propusiera un
programa anti obesidad siendo una persona con una apariencia totalmente opuesta.
Claro que las apariencias no lo son todo, pero la forma es fondo, dice la
famosa frase de Reyes Heroles.
El primer instructor que tiene un
niño puede ser fundamental en el destino de su paso por el ajedrez. ¿Qué opinan
de un instructor de ajedrez que dará clases a los que aspiran a dar clases a
sus niños que propone a un “seudo maestro”· que presente presupuestos elevados
para que favorezcan su propuesta? El monto es pequeño, es cierto, pero un
fraude de un peso es tan inmoral que un fraude de mil millones, aunque no
atraerá titulares como el de Oceanografía.
Claro que muchas autoridades
educativas que quieren promover el ajedrez no sabe mucho del complejo mundo del
ajedrez y no sabrán distinguir entre un “mensajero”· adecuado y un vendedor de
falacias, y eso pasa en cuanta disciplina o materia nueva aparece en el sistema
educativo.
La Iglesia católica, con todos
los filtros y procesos que tiene para controlar la calidad de sus mensajeros ha
dicho mea culpa por los abominables actos de algunos de sus “mensajeros”, sacerdotes
que llevan la palabra de Dios.
Y sabemos que la religión puede
ser muy dañina para la salud. Ahí esta una historia llena de cadáveres, que
pasa por las cruzadas, por la inquisición y la pederastia.
¿Qué se puede
esperar que pase en el ajedrez sin esos filtros, sin vocación de servicio y en
que muchos solo utilizan al ajedrez como medio de vivir sin trabajar?
Por eso lo de
Modell me parece muy actual tomarlo en cuenta. Los mensajeros son importantes,
lo mismo que aquellos que presentan proyectos con presupuestos ampliados y se
van a la garganta de instituciones gubernamentales que manejan fondos enormes
que vienen de los bolsillos del pueblo.
Esa trampa de
las tres cotizaciones, tantas veces mal usada, ya da risa. Y ese llamado
público: “Compadre, ayúdame a engañar, y te lo pido a ti, porque te conozco y
se que lo haces, sino, no me atrevería, pero eres como yo, hoy por ti mañana
por mi…” Total son los protegidos de una asociación cuyos miembros corruptos
inventan cotizaciones y membretes para seguir lucrando de la ignorancia de
algunas autoridades bien intencionadas. El ajedrez puede ser dañino para su
salud, sobre todo si sienta junto a delincuentes.