Ahora que muchos gobiernos apoyan financieramente a jóvenes promesas
estelares, surgen problemas de evaluación de cursos e incluso de ética en la actuación
de organizadores y entrenadores.
Es curioso ver que se está generalizando el reconocimiento
del ajedrez como apoyo a la educación y como esto provoca que se generen
grandes posibilidades de lucrar y aparecen grupos prestos a sacar beneficios a
como de lugar en un nicho poco explotado antes por habérsele considerado sin
potencial económico.
El control del ajedrez internacional puede ser un negocio
millonario, puesto que si las escuelas comienzan a solicitar profesores de
ajedrez, las franquicias pueden dejar mucho dinero al que sepa organizar un
monopolio al respecto.
Cada vez se acercan al ajedrez personajes mas oscuros que
han sabido oler el dinero que puede obtenerse si se logra el control total.
Si hay unos diez millones de personas que deseen adquirir
objetos de ajedrez, libros, software, servicios, etc., que si los hay, puede
valer el negocio unos mil millones de dólares por lo menos.
En las elecciones de la FIDE se disputan controles que
pueden significar una parte significativa de esos mil millones de dólares en
forma directa y muchos mas en forma indirecta, en poder político e influencia
social que puede valer diez veces más.
Es normal que tanto el actual presidente de FIDE como
Kasparov puedan invertir unos tres millones de dólares para ganar las
elecciones, pues para ellos y a quienes los apoyen los beneficios económicos
pueden ser enormes, además de los fines políticos que tienen. Es fácil obtener
socios e incluso hacer negocios convocándolos. Las sinergias ahí son
insospechadas.
Al tratar de “ganar” votos entre países con ajedrez poco
desarrollado, cuyo voto vale igual que los de países poderosos en ajedrez en
número de jugadores y calidad, como Rusia, China o la India, los candidatos
ofrecen apoyos y estos serán manejados por los felices poseedores de votos que
han ganado esta posesión “haiga sido como haiga sido” , quizás en formas similares
ganando votos de sus electores locales al estilo de los “grandes” que se pelean
la FIDE.
Estos apoyos de entre 20 y 200 mil dólares parecerán
verdaderas fortunas a federaciones que con trabajos reúnen 10 mil dólares al
año de sus miembros o unos 6 a 10 mil dólares de apoyo al año de sus gobiernos
y tienen entre 1000 y 5000 miembros activos en sus federaciones.
Como lo más asequible para esas federaciones son los
triunfos en torneos infantiles y juveniles “sub algo”, ya que en esas
categorías se destaca más por talento, que abunda en las federaciones pequeñas,
que por preparación técnica, que escasea para ellos, es ahí donde dirigirán el
apoyo pues eso luce. Se da mas importancia al brillo de un niño triunfador de
menos de diez años de edad y tal vez tres años jugando ajedrez, que puede
llegar a ser campeón continental, que un adulto triunfador, cuyos logros
costaron 15 años de inversiones. Por eso
apostar a los niños, cuyo triunfo depende más del talento que de la inversión
de muchos años como en los adultos.
Pero para ello hay que ganarse a los padres, y ellos no
buscan el éxito de un momento, sino el desarrollo de una vida, pero la clave es
encontrar la manera de aprovechar su ignorancia y comprar con cuentitas de
colores baratas el que presten a sus hijos para extraerlos los triunfos momentáneos.
Entonces sale el turismo deportivo. Cursos aquí y allá,
llevarlos a otros países, a que estudien con grandes maestros, no con
entrenadores, sino estrellas del deporte… Algo que brille…
¿Qué decir a los padres? ¿Qué pueden tener hijos campeones
sub algo, pero que sin una planeación a largo plazo serán adultos frustrados?
¿O que deben aprovechar estas experiencias que pueden ser únicas y a la larga,
sea lo que sea serán más provechosas que no tenerlas? O como dicen en Cuba: ¡Si
te dan, coge!
He escrito ya dos artículos sobre evaluación de métodos de
entrenamiento, pero el tema se ve inacabable. Ya hay quienes dicen que hay que
silenciarme y “llegarme al precio”, plata o plomo, para que no revele algunos
entretelones de la enseñanza del ajedrez y de las candilejas del ajedrez
organizado. No por nada tengo mala reputación. No entiendo de silencios….
Seguiré escribiendo aunque tenga que pedir limosna por
internet, que por otro lado ya no es una innovación.