Varios países, los suficientes, han aceptado, al
menos legalmente, que el ajedrez debe estar en las aulas.
Cuando en 1984, el GM Marcel Sisniega y yo planeábamos
los materialers para crear el Programa Nacional de Ajedrez en la Secretaría de
Educación Pública de México, por iniciativa del Maestro Juan José Arreola y
bajo los auspicios definitivos del Lic. Miguel Gonzalez Avelar, secretario de
Educación Pública en las postrimerías del régimen del Lic. Miguel de la Madrid
Hurtado, nos pusimos a calcular cuantos países tendrían que aceptar al ajedrez
en sus aulas para que se diera el fenómeno del Centésimo Mono.
Serían solo 18 , según calculamos. Actualmente en
2014 ya rebasamos esa cifra.
Según ese pronóstico, por todos lados surgirá la
demanda de que se capaciten profesores para dar clases en las escuelas. Parece
que así es.
En ese 1984, para nosotros era un “Matrix” en el
que teníamos fe y creíamos realmente que se haría extensivo a todo el “Sión”.
¿Pero de que habló cuando comentó lo del Centésimo
Mono?
En 1980, cuando comenzamos con acciones al
respecto, estaba muy de moda el relato de Ken Keyes Jr. “El Centésimo Mono”,
más bien parte de “Lifetide”, libro del biólogo Lyan Watson,(apenas superábamos
lo del Mono Desnudo de Desmond Morris). Todo empezó por ahí.
El texto decía:
"El mono, Macaca Fuscata, fue observado en su
estado salvaje durante un periodo de mas de 30 años. En 1.952, en la isla de
Koshima, los científicos empezaron a proporcionarle a los monos patatas dulces,
que dejaban caer en la arena.
A los monos les gustó
el sabor de aquellas patatas dulces y crudas, pero hallaban poco grata la
arena. Una hembra de 18 meses de edad, a la que se llamó Imo, vio que podía solucionar el problema lavando
las patatas en el mar. Le enseñó el truco a su madre. Sus compañeros de juego
también aprendieron éste nuevo método y también se lo enseñaron a sus madres
respectivas.
Esta innovación
cultural fue aprendida gradualmente por varios monos ante la mirada de los
científicos. Entre 1.952 y 1.958, todos los monos jóvenes aprendieron a lavar
las patatas dulces para que fuesen más sabrosas. Sólo los adultos que imitaron a sus hijos aprendieron
ésta mejora social. Otros adultos continuaron comiendo las patatas dulces
sucias de arena. Entonces, sucedió algo asombroso.
En el otoño de 1.958,
cierto número de monos lavaba sus patatas dulces. Si bien se desconoce el
número exacto de ellos. Supongamos que cuando el sol saló una mañana, había 99
monos en la isla Koshima que ya habían aprendido a lavar las patatas dulces.
Supongamos también que aquella mañana, el mono número 100 aprendió a lavar las
patatas. Aquella tarde, todos los de la tribu de monos lavaron sus patatas
antes de comerlas. ¡La suma de energía de aquel centésimo mono creó, en cierto
modo, una masa crítica y a
través de ella, una eclosión ideológica!
Lo más sorprendente
observado por los científicos era que la costumbre de lavar las patatas dulces
cruzó espontáneamente el mar.... ¡Las colonias de monos de otras islas y el
grupo continental de monos de Takasakiyama empezaron también a lavar su patatas
dulces!".
"Aunque el
número exacto puede variar, el fenómeno del centésimo mono significa que cuando
un número limitado de personas conocen un nuevo método, sólo es propiedad
consciente de tales personas; pero existe un punto en el que con una persona más que se sintonice
con el nuevo conocimiento, éste llega a todo el mundo!.
"Poco a poco,
más y más monos fueron aprendiendo el nuevo comportamiento, y un buen día, y
súbitamente, toda la colonia estaba lavando las papas. Pero lo más sorprendente
fue que a partir de ese día, los monos de otras islas, sin contacto con los
anteriores, también habían aprendido a lavar las papas, incluso los monos de Takasakiyama,
en pleno territorio de Japón.
Como si el nuevo
conocimiento se hubiese expandido por el aire, alcanzando a toda la especie...”
“Watson consideró que
cuando el mono número X había aprendido, se completó la Masa Crítica, es decir, el número de monos necesario para que
toda la especie adquiera de pronto el nuevo conocimiento o la nueva conducta.
Esto le hizo suponer
que en la evolución de las especies hay mecanismos diferentes de aquellos que
intervienen en la selección natural, lo cual tiende a mostrar que esos
mecanismos también inciden sobre la manera de como ideas y costumbres se
propagan por toda la especie humana.
A esto se llamó
"Teoría del Centésimo Mono". Watson dice en su libro que si un número
suficientemente grande de personas (Masa Crítica) adquieren un nuevo
conocimiento o forma de ver las cosas, esto se propagará por toda la humanidad”,
Todo lo del Centésimo
Mono está muy comentado por muchos textos en la Internet. Así que no creo
necesario abundar más.
Pero de acuerdo a las
leyes de la estadística, ya debemos tener el Centésimo Mono en el ajedrez y eso
hace que la FIDE y los ajedrecistas formados tendrán la tarea enorme y el reto
de contribuir eficazmente a responder la demanda de la situación. Sabemos que
en Ajedrez responder a las demandas de la posición es la clave para ganar en
ajedrez. Lo difícil es percibir cuales son las demandas de la situación.
No dudo que Kasparov
lo sepa pues en su libro “La Vida Imita al Ajedrez” lo demuestra con creces, lo
mismo que el actual presidente de la FIDE y su principal asesor y pieza clave,
su mejor soldado, Jorge Vega Fernández.
Ambos saben que este
momento es clave y no necesitan echar muchas matemáticas para saber que ya hay “Centésimo
Mono”, lo que significa que el Know How, que tienen muy pocos en el mundo, casi
los pocos Rinocerontes Negros que aún subsisten en el ajedrez, serán muy
valiosos.
Es un negocio con
potencial de miles de millones de dólares. Por eso la FIDE se la disputan esos
personajes que manejan tantos fondos, porque saben que pueden vender eso y
adquirir fuerza política insospechada. El problema somos los ajedrecistas, tan
desunidos como gremio….
El caso es que en
México desde esa reflexión de 1984, en 30 años se ha diseñado un sistema completo
de profesores, iniciando con los cursos que se dieron a 250 profesores de
educación física en el período de Gonzalez Avelar en la SEP, luego en el período
de Miguel Limón Rojas como Secretario de Educación Pública con Ernesto Zedillo
de Presidente se realizó la serie de TV, “El Juego es Pensar”, que se transmitieron
en EDUSAT, luego con Fox de Presidente las clases via internet de “El Juego es
Pensar” en la red de internet de la SEP y del Instituto Latinoamericano de
Comunicación Educativa.
Mucha agua ha pasado
por el puente… y ahora la esperanza es que haya llegado “El Centésimo Mono” y
ya hay un marco legal gracias a la iniciativa presentada con éxito por la
Senadora Diva Gastellum para que el Senado de la República del Congreso de la
Unión de México exhortase a todas las entidades del país para que el ajedrez se
imparta en las escuelas. ¿Será ya el momento?