El gran orientador de mexicanos,
Don Alfonso Reyes decía: “Si todos los libros no pueden ser nuestros amigos,
debemos procurar que sean al menos nuestros conocidos”.
Mi infancia no son recuerdos de
un patio de Sevilla, sino de una biblioteca que ocupaba gran parte de mi casa.
La “Biblio” era enorme, 11 mil volúmenes, y tomando en cuenta que por volúmenes
se contaba 1 si era una enciclopedia de 20 tomos, o una serie de varios más, se
puede decir que tenía unos 20 mil libros y cientos de revistas. Era la mitad del acervo que recopiló mi abuelo
que era un bibliómano de marca, adicionada esa mitad con lo que contribuía mi
madre primero y yo después, ambos con la misma enfermedad maníaca del abuelo.
La mitad de la biblioteca se
había mudado a la nueva casa de mi abuelo, y cuando habitamos la vieja casa,
nos quedó la mitad aquella que sería el patio de juego de mi infancia. Además
los fines de semana visitaba a mi abuela, y podía ver la otra mitad, de otros
tantos 20 mil libros que crecía rápidamente, pues el hermano de mi madre, con
más poder económico y con la misma manía, llegaba cada semana con decenas de
libros, que no puedo decir nuevos, pues los recolectaba usados, nuevos,
regalados, como sea.
El caso es que antes de siquiera
entrar a un torneo de ajedrez, ya contaba con una biblioteca de ajedrez de más
de 3 mil libros. Para cuando cumplí 14 años, ya tenía unos 4 mil.
Pero a mi familia le preocupaba
esa fiebre de comprar libros de ajedrez y decidieron suspenderme el apoyo
económico. Para entonces ya ganaba algunos premios en metálico, pero no lo
suficiente para comprar la cantidad de libros que satisficiera mi enfermedad.
Gracias a un amigo mucho mayor, hace unos días cumplió 80 años y está como Johnny
Walker, el maestro Rubén Galicia Callejo, di con las revistas rusas de ajedrez,
mucho más baratas que el Chess Life y decidí aprender el idioma ruso y comprar
libros de ajedrez en ruso. Esa fue una bendición para el bolsillo, pues
costaban menos de la mitad que los de castellano o inglés.
Con el tiempo la biblioteca
creció y creció. Pero el espacio vital se me venía reduciendo cada vez más. Con
el matrimonio, vino la mudanza, y los libros eran toneladas.
En mi rescate vino la informática
y el escaneo. Empece a escanear e intercambiar, y la biblioteca en PDF fue
creciendo. Pero un día di con la Leninka, y eso fue la locura.
La Biblioteca Estatal de Rusia (BER)
se conoce como Leninka por su nombre en tiempos de la URSS que era Vladimir
Ilich Lenin (algo que no entiendo de los rusos, pues o se usa el nombre real de
Vladimir Ilich Ulianov, o su seudónimo de Nicolás Lenin, pero no debieran
mezclase ambos, pero ya ahora el uso oficial es Vladimir Ilich Lenin). La Leninka
inició en una colina, la de Vagankov, que da vista al Kremlin. Se dice que se
creo en base al palacio construido por el rico comerciante Pashkov. Inicio así,
con otro nombre claro, pero si el de Estatal en 1862. Pero luego ahí quedó la
llamada Casa Pashkov y la Leninka tuvo su edificio a un lado construido ex
profeso en la calle Vozdvizhenka en
su sede principal, pero hay varios edificios cercanos que son parte de ella.
Las estaciones del metro cercanas son Arbatskaya’, ’Aleksandrovsky
Sad’, ’Borovitskaya’, ’Biblioteka Imeni Lenina’. El caso es que entrar ahí, escáner portátil en
mano, y buscar los miles de libros de ajedrez, es como en un edén. Claro que
también si se convence a amigos a hacerlo continuamente, hay manera de reunir
50 mil documentos de ajedrez a la larga.
Uno puede acercarse desde muy
lejos a la Leninka, gracias al internet, en http://www.rsl.ru y con algunas
mañas hackerianas bajar tesoros desde cualquier país, más en Dejavu, que en
PDF, pero eso no importa.
Tambien hay una variante la
cyberleninka, en http://cyberleninka.ru/ que aun no tiene mucho de ajedrez,
pero en poco tiempo…
En la Biblioteca Nacional de Cuba
di una vez con la Sala Eslava , que creo apoya la Fundación Ruskii Mir, que
preside o presidía el buen amigo Viacheslav Nikonov, también puede uno hallar
una colección memorable de libros de ajedrez en ruso.
En Rusia, la primera biblioteca
grande fue creada en 1814, pero en México la tuvimos mucho antes. Pero la
primera principal fue la fundada por Benito Pablo Juárez García, el 30 de
noviembre de 1867, inicialmente con los libros del acervo del antiguo templo de
SanAgustín. Una vez escanee una versión
fascimil del Dialéctica resolutio, editado en 1554, uno de los primeros fuera
de Europa. En el Convento de la
Encarnación, en Argentina número 28, se estableció la Biblioteca
Iberoamericana, y ahí estaba la oficina del poeta y escritor Jaime Torres
Bodet, y se decía que estaba la mejor colección de libros de ajedrez en México.
Hoy es la sede de la Secretaría de Educación Pública y esa colección fue a dar
a la Biblioteca Nacional que se encuentra en Ciudad Universitaria desde 1979.
En el sistema universitario mexicano hay más de 140 bibliotecas.
La Leninka es una de las 150 mil
bibliotecas en Rusia. Pero la Leninka es la que tiene más títulos, arriba de 43
millones. Y cada día su digitalización crece.
La más grande del mundo, con más
de 142 millones de documentos, es la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos,
y ya para 2007 habían digitalizado el 10% de ellos. Según recuerdo, en mayo de
2009 comenzó a operar la biblioteca digital presidencial Boris Yeltsin,
enfocada a la historia rusa, en donde ya hay más de un millón de documentos
digitalizados. Otro acervo importante de ajedrez está en la Biblioteca Nacional
de Rusia, http://www.nlr.ru:8101 , pero yo mismo la “escudriño” poco, pues hay
otras fuentes en varias otras bibliotecas y la Nacional tiene un sistema de
búsqueda nada amigable.
Para los que gustan de la
nostalgia, pueden visitar la biblioteca Nacional de Alejandría en
www.bibalex.org. pero es un tormento buscar cosas de ajedrez ahí, aunque a
veces, muy pocas, vale la pena.
Se pasan muchas horas bajando
libros de Internet, pero así se puede reunir una enorme biblioteca de ajedrez.
Una mamá de un niño ajedrecista
estaba comprando mi paquete de tablet y 2000 documentos seleccionados con mis
clases en PDF etc., y me decía: “Bueno, ya mi hijo así tiene todo lo que
necesita para estudiar, software para entrenar, lineamientos, consejos, planes
de estudio, ahora ¿Cómo lo motivo para que se esfuerce y aproveche todo esto?”
Claro que le contesté, “Para motivarlo hay entrenadores y sicólogos, aquí le
dejo unas tarjetas de sicologas que han trabajado formando GMs, también mis
datos para clases y puedo charlar con su hijo, ahora que lo infalible es
comprar una veladora y en la villa hacer sus mandas y verá que los resultados
con cualquiera de las opciones que tome, serán seguros….” “Es que donde va a
entrenar juega blitz todo el tiempo con el instructor y no le queda más tiempo
que el de las tareas de la escuela” “Pues
no le recomendaría que cambiara de escuela para tener menos tarea….”