Tan
pronto escribí sobre el blitz y ajedrez, tuve varias solicitudes del cuaderno
sobre el tema, 14 lo adquirieron para ser exacto, y pidieron tres personas por email que les diera
un curso para blitz y otros dos para
clases presenciales sobre blitz.
Aunque
sin mucho entusiasmo al principio, acepté y advirtiendo que seguiríamos al pie
de la letra las recomendaciones de Henrik
Chepukaitis y su libro, que termine de traducir al castellano y
agregarle algunas cosas que, alguna vez el propio Chepukaitis comentó que no
alcanzó a poner en su libro por limitaciones de espacio y otras porque se le
ocurrieron luego de enviar el libro al corrector de estilo.
El
caso es que advertí que era un experimento, pues había decidido investigar con
cuidado si la enseñanza y entrenamiento para blitz debía ser totalmente
diferente al ajedrez semi rápido, o sea 30 minutos o más para reflexión de toda
la partida por jugador y del ajedrez clásico.
Y
lo otro, que tanto afectaba el entrenar y jugar blitz respecto al desempeño de
un jugador. Ya para esto tenía las bases de un estudio muy amplio sobre que
tanto afectaba el ajedrez a la ciega para cometer más errores que en el ajedrez
de torneo normal, y en este estudio quedaba claro que los errores aumentaban en
un porcentaje mínimo si había un tiempo de reflexión “clásico”, pero a menos
tiempo de reflexión a disposición la cantidad de errores disminuía.
La
situación era que para la investigación
contaba con seis alumnos dispuestos a pagar el curso y someterse a lo necesario
para mi investigación. Todos eran mayores de 18 años, por lo que no podía
investigar sobre el efecto en niños, pero a la vez me daba la tranquilidad que
decidían, como adultos, someterse al experimento. Con un niño hubiera tenido
que contar con la aprobación de los padres, lo que sería una irresponsabilidad
de su parte darme tal permiso, pues ni ellos ni yo sabríamos de antemano el
daño que podría causarles.
Inicie
la experiencia haciendo los exámenes de diagnóstico para ver el nivel de ajedrez
·”clásico” que tenían antes del curso, para luego someterlos a un examen al
final para observar daños o beneficios en su probable desempeño en ajedrez clásico.
El
método de Chepukaitis difería en un 35% mas o menos a los métodos aprobados en
la URSS para los entrenamientos de ajedrez “clásico”. La duda era si serviría.
En la parte similar a los métodos rusos tradicionales, un 65%, Chepukaitis pone
una o dos cosas diferentes que me parecieron debían incorporarse. De hecho
algunos entrenadores de San Petersburgo a quienes consulte me dijeron que
aunque no estaba en el “manual” oficial,
muchos, desde hace unos 20 años, ya aplican esas sugerencias de Chepukaitis.
Siempre se aprende algo nuevo y la opinión de mis amigos y colegas me
tranquilizo.
En
ese 35% si eran cosas que, por lógica, solo servirían para el blitz, pero una
gran parte para torneos de 30 minutos a 1 hora, pero para el clásico no eran
recomendables.
El
caso es que en medio del curso y al final, mis alumnos y yo participamos en
varios eventos de blitz en nuestras respectivas ciudades. No sé si fue
autosugestión, motivación, o algo sicológico, pero todos observaron un
rendimiento superior a lo habitual. Calculando como se habían desempeñado en
los seis meses anteriores en torneos similares, calculo un avance de 15 a 25%
de mejor desempeño.
En
el examen final para determinar que tanto afectó su desempeño en ajedrez
clásico, salvo las pruebas definitivas que son los torneos en los próximos tres
meses, el avance fue muy leve, un 5%, pero al menos no les afectó.
Aunque
no era muy confiable, también realice con ellos otro examen: jugaron 10
partidas de blitz a 5 minutos y 10 partidas de clásico a 90 minutos contra una
computadora que valoró después a 3 minutos por jugada, el desempeño de los
alumnos, en fase previa al curso, y se repitió al final lo mismo. A pesar de
que las computadoras juegan diferente a los humanos y que hay considerar
algunas cuestiones sicológicas, los desempeños fueron muy similares a los de
torneos contra humanos. No se advirtió una diferencia mayor al 2%.
En
solo un caso, y en todo los exámenes, y de parte de un adulto de 42 años, se
observó algo muy diferente al promedio, pues avanzó en blitz un 30% y en su
examen de “clásico”, un 35%.
Pero
supongo que era porque antes de tomar los cursos no tenía una metodología fija
para elegir su jugada y era muy empírico, a pesar de tener más de 2000 de
rating. Echo las campanas a vuelo, pero habrá que esperar como se desempeña en
torneos fuertes.
Por
extraña razón no hubo gran diferencia en las mejoras entre los tres que habían
tenido clases presenciales y los tres que eran por email, aunque si era a favor
de los de clases presenciales. Pero debo advertir que a ese grupo le salió
mucho más caro el curso finalmente, pero realmente ambos grupos manifestaron
estar muy satisfechos y se han “enrolado” para otros cursos.
La
metodología para la investigación fue muy cuidadosa, creo, establecí varias hipótesis
y conforme surgían dudas, trate de recabar información e hice algunos
monitoreos.
Quede
al final de explicar la metodología, pero me gusto la descripción que hace un
excelente investigador sobre el tema.
El
profesor Julio Muñoz Rubio, investigador
del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades,
UNAM sobre las dudas y las hipótesis, apunta :
“Al
respecto hay que decir que la duda es el motor de la ciencia, en ciencia no se
siembran dudas, las dudas surgen siempre en toda investigación. La duda es
consustancial a la ciencia porque sólo si se duda se puede investigar y
responder, porque aun cuando esté corroborada plenamente una explicación para
tal o cual fenómeno, siempre existirá la posibilidad de la refutación y con
ello la posibilidad de dudar, por eso la ciencia tiene un estatus especial en
la sociedad, porque parte de la duda, de la pregunta, para llegar a la
respuesta, la cual contiene más dudas.
Sin
embargo, eso no significa que la ciencia sólo viva de dudar. A cada duda
existente se desprende la posibilidad de una respuesta que afirme ciertas
verdades y descarte lo que es mentira o falsedad.
Muchas
veces existe en ciencia lo que se da en llamar
duda razonable, es decir, un margen de duda que da o puede dar pie a sospechar de la invalidez de una explicación.
En primer lugar, en ciencia siempre se funciona por medio de hipótesis,
una hipótesis es una respuesta que se emite provisionalmente para intentar
resolver un problema, de cada hipótesis se desprende siempre una determinada
línea de investigación correspondiente con ella.
Con esto no se quiere decir que toda hipótesis desde un inicio tenga
igual valor de verdad que sus rivales, eso se prueba en la práctica
experimental. Lo hipotético de una afirmación no tiene nada que ver con si es
lejana a la realidado no
A cada hipótesis debe corresponder una contrastación experimental con
esa realidad. Lo hipotético de una afirmación científica no tiene nada que ver
con la lejanía a la realidad,
Es el contenido concreto de las afirmaciones de cada hipótesis, y no su
carácter de hipótesis, lo que nos permite saber su grado de aproximación a la
realidad. En ciencia lo que siempre ocurre es la comparación de dos o más
hipótesis.”
Después de esta experiencia, y con el aumento del contenido para el
curso de blitz, quedaba hacer este informe y planear un documento muy detallado
para presentar a los padres de niños ajedrecistas para ver si se debe dar el
curso a menores de 18 años. Claro que haré primero un diagnóstico de los padres
para ver si están en capacidad de asimilar el documento y dar un consentimiento
a conciencia. Aún tengo dudas si enviar por email cursos a menores de edad.
Normalmente, para todo curso, me pongo de acuerdo con los padres, pero muchos,
aprovechando la lejanía, se inscriben en mis cursos declarando que son mayores
de edad y sin que pueda yo confirmarlo plenamente, los envío, con la seguridad
de que no les puede dañar. Pero en el caso del curso del blitz tengo que
diseñar algún filtro para que menores de edad no lo tomen sin antes tener la
aprobación de los padres.
Dado el éxito de la convocatoria a adquirir el cuaderno de blitz, debo
advertir que ya no lo ofrezco, porque quedó muy limitado a la vista de la
experiencia del curso. Posteriormente, ya con reformas, lo anunciare. El curso
en diez lecciones si esta en oferta en las mismas condiciones de costo que los
cursos de email que ofrezco. Informes en chesscom@hotmail.com