Entre
las clasificaciones crueles que se le leen por parte de los estudiosos de la
pedagogía, me llama la atención el uso común de dividir a las escuelas como “De
Gran Exigencia” o de “Atención a la Demanda”.
Es
como decir ·”Escuelas de Verdad, que enseñan y capacitan” y “Escuelas para
entretener estudiantes relegados”, una especie de “guarderías” para
adolescentes o academias para formar trabajadores frustrados.
Así,
para cumplir con el requisito de apoyar a los representantes estatales de
ajedrez, en muchas entidades federativas de México hay clases y entrenamientos
de ajedrez pero de una calidad de “Atención a la Demanda”, en una “colaboración”
cómplice entre directivos del deporte institucional y dirigentes de las
Asociaciones Civiles que controlan el ajedrez en esa entidad.
Es difícil
separar los gobiernos estatales que fingen apoyar al ajedrez de los que no
hacen nada por nuestra actividad, pero la dificultad de hacer la clasificación
es por la opacidad del trabajo de Asociaciones Estatales y de los Institutos
del Deporte de cada entidad.
Parece
que, si bien les va, hay “Atención a la Demanda”, porque en la mayoría ni eso.
Hay
unas que con “Atención a la Demanda”, hacen incluso un negocio, como los
usuales con los jugadores categoría “sub algo”, en que, dado que las víctimas
son menores de 18 años, o sea menores de edad, deberían ser protegidos por
alguien, lo mismo que a sus padres también deberían de ser protegidos de que
los esquilmen, pues aunque son mayores de edad, no conocen el medio.
La
falta generalizada en México de lo que se entiende por pensamiento crítico,
hace fácil poder lograr que caigan muchos “novatos” en las garras de los
comerciantes de “subs” Pero como dice el dicho, “El que es buey por su gusto,
hasta la yunta lame”. Les encanta “cooperar” y participan en eventos, eventitos
y eventotes.
Luego
de unos años de ser esquilmados, muchos padres se decepcionan y confunden la
religión con algunos de sus peores sacerdotes y pierden por partida doble:
primero pierden dinero y luego pierden al ajedrez, pues dejan de estimular a
que sus hijos participen en ajedrez más.
Hay
un alto índice de “deserción” del ajedrez entre jugadores que jugaron “subs”,
de un 80%, ya que de cada 10 niños que jugaban en sub10, solo 2 compitieron en
sub 20 y sólo uno jugó ajedrez como adulto, según estadísticas de participación
en ajedrez en los últimos dos sexenios, o sea de 2000 a 2012. Algo para
reflexionar…O Riflexionar.