¿Cómo pensamos en qué haremos? Una respuesta dominante
es que seleccionamos la mejor opción disponible. Cuando las respuestas posibles
son cuantificada pueden ser expresada matemáticamente, y así comparando
generamos una cuenta que podemos elegir la máxima y así tenemos una razón
práctica.
A ese proceso se le conoce comúnmente como Maximizar.
Sin embargo, un número creciente de filósofos ofrecen una respuesta diferente a
como decidimos lo que haremos: como no estamos capacitados realmente para
maximizar, a menudo elegimos la mejor alternativa que captamos más o menos, a
ojo de buen cubero, una opción que es un poquito más que satisfactoria.
Esta opción de estrategia es llamada “satisfacer” (una
aplicación del término que fue acuñada por el economista Herbert Simon).
Entonces tenemos entre Maximizar o Satisfacer, hacer lo máximo o lo suficiente.
Carlos Torre decía que había que estar contra la “·Good Enough Policy” , la
política de hacer lo suficientemente bueno, o sea no conformarse con lo
suficiente, con lo satisfactorio, sino siempre con la máximo, como única manera
de alcanzar el verdadero desarrollo.
Pero muchos dicen que lo Perfecto es enemigo de lo
bueno, que perseguir la excelencia nos evita hacer lo bueno.
Si y no. Debemos esforzarnos a hacer lo máximo, aunque
lo máximo parezca inalcanzable, sería la receta de Torre.
Si no puede hacer las cosas a su máximo, no las haga,
se dice. No es lo que uno hace, sino como se hace. Vigotski decía, “Salir
continuamente de su zona de confort”…”El profesor debe jalar al alumno fuera de
su zona de confort, llevarlo a la siguiente zona inmediata cada vez” Los
japoneses dirían el Kaizen, la mejora continua, estirarse continuamente.
“Nada es suficientemente bueno para quien lo
suficiente es poco”, era la frase de Epicurus.
¿Qué es Satisfacer? Veamos lo que dice Herbert
Simon.
Entre las primeras declaraciones de su cuenta de
satisficing es el ensayo de Simon “A Behavioral Model of Rational Choice. (“Un
Modelo de Comportamiento de la Opción Racional. ”) Después de caracterizar la
situación selecta y definir sus términos, Simon sostiene que en situaciones
selectas típicas la aplicación de reglas clásicas de la toma de decisiones como
"el mínimo de lo máximo", la " regla de probabilidades,” “y la
regla de certeza” implica habilidades calculadoras y cognoscitivas que ningún
ser humano posee.
Maximizar la utilidad esperada – o sea elegir las
acciones en base a ser las que tienen la
mayor probabilidad de causar las situaciones que uno prefiere – parece estar
fuera del alcance para la gente como nosotros.
La simplificación parece ser entonces la respuesta.
Eso lo dijo Steinitz 50 años de Simon, y Shashin a partir de 1990 expresa una
nueva teoría para mejorar la “simplificación” de Steinitz con que nos guiamos
para hacer un análisis posicional más o menos “Satisfactorio”. Estimamos en
lugar de calcular, porque no podemos calcular posiciones con alto índice de
caos. Si podemos calcular variantes de 4 jugadas y en el tablero hay 36
posibles, el índice es de 4 sobre 36, poco más del 10%, un índice muy bajo de
certeza, entonces es caótica la situación.
Pero la respuesta de simplificar, Satisfacer, es
bueno, pero no es lo mejor y según Torre es Política de lo Suficientemente
Bueno, y en consecuencia, mal hábito que contribuye a que no alcancemos todo el
desarrollo que prometía nuestro potencial.
“Más de lo requerido” es otro concepto que puede
confundirse con el “Satisfacer” o lo suficiente, y de hecho no me parece fácil
delimitar claramente las fronteras. Lo que está claro es que es diferente a
Maximizar, aunque en ajedrez a veces actuar así es lo más práctico, pero es un
poquito fuera de la zona de confort solamente.
¿Como podríamos nosotros aspirar a maximizar, cuando
en la mayor parte de los casos nosotros no estamos capacitados para hacerlo?
Una concepción de la racionalidad práctica para maximizar
es la idea de que prácticamente todas nuestras acciones son irracionales, y en
consecuencia parece contraintuitiva.
Aún así los defensores de maximizar insisten que su
concepción se ponga en un estándar contra el cual las opciones humanas puedan
ser juzgadas:
Nuestras opciones son racionales al grado por el
cual ellas se acercan al ideal establecido la concepción que maximiza.
Además, las teorías que maximizan son las más
defendibles ya que incorporan coacciones (tiempo, dinero, recursos
cognoscitivos, etc.).
Tales teorías proponen como el estándar normativo no simplemente
maximizar, sino maximizar dentro de limitaciones dadas. Este debate tiene implicaciones
para maximizar concepciones de racionalidad, como seleccionar la teoría
racional, porque si un modelo de “Satisfacer” es normativamente superior,
entonces la teoría selecta pierde su reclamación de ser la mejor opción práctica
racional.