4 sept 2013

Ideas Raras para Mejorar en Ajedrez.




Contaba el Maestro Alejandro Báez Graybelt que un conocido abogado cuando estaba trabajando haciendo su tesis para licenciatura, todas las tardes visitaba al afamado intelectual y político mexicano Vicente Lombardo Toledano y le llevaba de regalo dulce de piloncillo, lo que agradecía mucho el maestro y charlaba buen rato con el futuro abogado, y este le preguntaba cosas sobre dudas que tenía para su tesis. Por supuesto que la tesis fue brillante gracias a la asesoría de tan preclaro pensador. Báez  bautizo tal tesis como la “tesis del piloncillo”
Baéz mismo, cuando visitó Cuba, llevó algunos presentes de amigos mexicanos al Che, y seguramente aprovecho mucho de sus charlas con el Comandante…
Cuando estuve realizando una gira de simultaneas de ajedrez a finales de los años 80,s del siglo XX, en que recorrí más de 25 ciudades de todo el país, durante una campaña política presidencial, recién arribaba para residir en México procedente de Cuba el ahora árbitro Internacional Jorge Vega  Fernández. Le pedí trabajara conmigo en esa gira, simplemente ayudando en el control de inscripciones para los que deseaban participar. Fue su primer trabajo al emigrar de Cuba. Claro que como viajábamos de ciudad en ciudad, las pláticas fueron como un curso sobre organización, administración, planeación estratégica, historia de la Revolución Cubana, (participó en ella con el 26 de Julio desde los combates del Uvero), historia del ajedrez cubano (fue comisionado nacional de ajedrez de Cuba desde 1972) y política internacional de la FIDE, etc. Más que pagarle por el apoyo en las simultáneas pague un curso de capacitación política. Está de más decir que luego trabaje como funcionario público desde jefe de oficina, jefe departamento, subdirector, director hasta encargado del despacho de una Dirección General en la Secretaría de Gobernación y las enseñanzas de Vega Fernández fueron invaluables. Ahora hasta conferencias doy sobre los temas en que me instruyó en aquellos viajes donde recorrimos toda la república.
En ajedrez hay muchas anécdotas similares, como las de Alberik O´Kelly llevando viandas a Rubinstein en Bélgica tras la guerra mundial, y luego logrando “sorpresivamente” el título de Gran Maestro y convirtiéndose O`Kelly en el mejor jugador del mundo francófono durante tres décadas.
Ludek Pachman, el gran maestro Checo y líder del ajedrez de su país y afamado autor de decenas de libros de ajedrez, relata en su libro “Ajedrez Y Comunismo” como durante su primer torneo internacional, en el que jugó con Alekhine, el joven Ludek solía pagarle el desayuno al campeón ruso francés. No es que el ruso fuese tacaño ni mucho menos, simplemente  es que Alekhine tenía la costumbre de no pagar ninguna cuenta por “principio”. Claro que Pachman se dio cuenta de ese detalle, pero aún así lo buscaba día a día para desayunar. Pachman evidentemente sacó sus cuentas, y concluyó que las ganancias de reunirse con Alekhine cada mañana bien valía el valor de un desayuno. Es fácil suponer los conocimientos que obtuvo de ello.
Cuando el GM Gipslis dio un curso en México, donde yo además de ser pupilo era el traductor del ruso al español, después de clase le invitaba a un café, lo guíe por la Ciudad de México, le lleve a una gira de museos y, como yo había sido profesor de historia de México, le hice de guía de turistas. Pero luego me prestaba notas de entrenamiento, me daba consejos, en fin,  otro curso paralelo de ajedrez que me fue invaluable cuando era profesor de ajedrez en la UNAM, durante las dos décadas que laboré en la máxima casa de estudios como profesor. Además luego viaje a Riga, Letonia; la ciudad de Gipslis, y me trató como rey, además de virtualmente afiliarme a la escuela de Riga y poder convivir con grandes como Koblentz, Tal, Vitolinsh y otros magos de Riga.
Hay muchas maneras de mejorar. Como el piloncillo.