Tras catorce meses de trabajo en
la elaboración y redacción de contenidos para realizar un sistema de enseñanza
para entrenadores de ajedrez a distancia que fuera válido para el sistema
laboral educativo de México y, por acuerdos internacionales para otros países,
me encuentro con que 112 libros y manuales han sido aprobados, mientras que
otros 143 han sido rechazados.
Realmente gran parte de los 255
libros eran traducciones de libros y artículos que son clásicos de la
literatura ajedrecística en ruso y readaptados, actualizados a base de un gran
trabajo. Y creo que algunos muy buenos, además de cumplir un programa de
estudios que va de 0 a 2200 de rating apegándose al programa curricular actualizado que se usa actualmente en Rusia y
que fue asesorado por un grupo muy amplio de entrenadores muy reconocidos y que
trabajaron realmente por muy bajos emolumentos.
Pero “alguien” que se supone es
un especialista en enseñanza de ajedrez, juzgó que era demasiado material y que
bastaba con los 112 seleccionados para que se reprodujesen y se distribuyeran,
pues el objetivo “No es el alto rendimiento, sino un conocimiento general del
ajedrez que satisfaga requerimientos escolares hasta nivel medio superior”
El problema es que no se me
permitió debatir con ese “alguien” y que no da la cara, máxime que francamente
en este país difícilmente alguien reúne mi experiencia en ese campo, y no pasan
de tres los que reúnan los títulos de entrenador FIDE y un título internacional
de ajedrez, y ninguno de ellos con experiencia profesional académica.
Lo curioso es que me salgan con
una evaluación realizada desde el régimen anterior, o sea pasados 9 meses me
dicen que gran parte del trabajo desde el principio era rechazado. Claro que
como todos los funcionarios de esa dependencia cambiaron en diciembre último,
pretendo pedir una revaloración a los nuevos funcionarios y que al menos
revelen la identidad de tal especialista.
El caso es que ya que fueron
rechazados 143, pues aunque los derechos de autor que cobraré por los 112 son
la misma cantidad que cobraría por los 255, pues como que me regalaron los derechos de 143 para que haga
lo que quiera, de por si basta de sobra para cubrir compromisos con mis
colaboradores en Rusia, además de que son libros casi “sin autor”, por ser
realmente recopilaciones de aquí y allá, realizados con la idea de apoyar
estudios a distancia.
Voy a ser una lista de los
títulos, y creare una biblioteca práctica de ajedrez con los 143 rechazados… De
puro coraje.
Claro que el trabajo de reorganizarlos
tomará tiempo, así que tendré que
reducir por un tiempo algunas labores como boletines de torneos y amplitud de
notas en artículos, pero por otra parte es como si aparecieron 143 libros rusos
de ajedrez seleccionados traducidos al castellano. Pronto los podré ofertar…