El caso del GM Cori es una pena y muestra del fracaso de la generación que juega ajedrez desde el siglo XX.
Como dice excelentemente Manuel Lòpez Michelone en http://la-morsa.blogspot.mx/2013/08/el-caso-del-gm-cori-en-la-copa-mundial.html
Todos deberíamos sentir pena de lo que hemos dejado hacer con nuestro ajedrez. ¿Cómo es que no se levantan todos los que aman el ajedrez con tal iniquidad?
¿Qué estamos dejando a las nuevas generaciones? ¿Mostramos acaso que los ajedrecistas no tenemos sangre en las venas?
Se juzgó el caso con la doctrina Vishinski, como en tiempos del "hombre de acero" de que no existe la verdad sino la "verdad relativa".
Parece que tenemos el silencio de los corderos.
Quienes han sufrido la pena de ser juzgados injustamente debieramos decir algo. Tenemos que tener el valor de señalar a un canalla cuando lo veamos y decir siempre:¡ He ahí a un canalla!
Conforme más consulto a especialistas en Derecho, todos concuerdan que hubo una canallada.
Debieramos escribir todos los que somos americanos al señor Arbitro Internacional Jorge Vega Fernández para que dé un paso adelante en nuestra representación y eleve su voz.
Vega, tú que has estado en la lucha, estas ante una situación que el derecho de gentes reclama que nos orientes como hacer una propuesta.
Pareciera un caso "sin relevancia", como dijeron en la situación del "Amistad", pero cualquier atropello, por pequeño que parezca, no debe ser pasado por alto, sino ¿de que ha servido que promovamos el ajedrez si acabamos por permitir estos malos ejemplos?
Hay que hacer algo, pero yo no podría solo, pues tengo "Mala reputación"