Los poetas del Nautilum presentaron hace un par de días su
libro “Brújula”, orientación con poesías. Envidia dan, pues ese tipo de brújula
que habla al corazón es siempre precisa y útil, pues depende del sentimiento de
quien la usa, y cada quien tendrá su interpretación válida y no necesariamente
la del autor, ausente de prueba contundente, pues el arte no está sujeto a las
leyes de la ciencia experimental y es siempre del corazón, que recibe
agradecido a los poetas.
En cambio, los que pretenden “mostrar técnicas” siempre
estarán errados para muchos y satisfactorios para muy pocos.
En el ajedrez, arte, ciencia o deporte, o más bien ninguno
de ellos, disciplina mestiza que es un ajiaco que tiene mucho para juego y muy
poco para arte o ciencia y legislativamente no fue aceptado como deporte,
aunque algunos lo practiquen como tal, olvidando que así le hacen flaco favor;
no habrá brújula válida aceptable y su destino es que siempre será debatible
toda formula, todo mapa orientador y no hay norte magnético que evite los
naufragios. A Dios gracias, para que el ser humano siempre conserve al amigo
que siempre, o casi siempre, le brindará el consuelo y el tormento de la
incertidumbre.
Es muy difícil ser verdadero amigo de quien conocemos todos
sus secretos y es predecible totalmente.