Hace poco más de 20 años las
Guerras Yugoslavas terminaron con gran parte de la ex Yugoslavia reducida a la
pobreza, con desorganización económica masiva e inestabilidad persistente en
los territorios donde ocurrían las peores luchas.
Fuerzas españolas de paz de la ONU
rindieron servicio en Mostar y otros militares y asesores en fuerzas de paz de
diversos países arriesgaron y perdieron
vidas en esos conflictos fratricidas que hicieron del que se consideraba el
segundo país en ajedrez una nación pulverizada.
Es reconfortante volver a ver que
en Belgrado hay eventos internacionales de ajedrez y que en los parques sea de
nuevo frecuente ver jugadores de ajedrez como los que aquí se reúnen a unos
pasos de la estatua del tercer presidente de Azerbaiyán, Heydar Aliyev, que
fuera tan importante en el desarrollo del ajedrez en la Unión Soviética y que
queda muy bien aquí en el marco del campeonato europeo en Belgrado, ya que la
capital azerí, a muchos kilómetros de aquí, será la sede de la Olimpíada Mundial de
Ajedrez y de diversos eventos de nivel mundial entre 2014 y 2016.
Lejos están ya los terribles días
en Mostar donde soldados de habla hispana solo podían jugar ajedrez con el arma
cerca, en sitios que fueron sedes de múltiples torneos internacionales. En esa
ciudad de los Balcanes también hay una pequeña estatua en honor de aquellos
nacidos en Badajoz, Cádiz, Sevilla, Matanzas y La Habana que murieron en Mostar
por la paz.