13 oct 2009
La Piedra Filosofal.
Muy frecuentemente me piden consejos concretos y determinantes para mejorar de juego, como si existiera una piedra filosofal para ello, como si hubiera ya el alquimista que transforma el plomo en oro.
Receta infalible, por supuesto que la hay, ya lo dicen todos, desde Botvinnik hasta el instructor menos avezado: Estudiar y analizar las propias partidas.
Pero es muy difícil convencer a muchos de las bondades de esta recomendación, pues implica mucho esfuerzo.
A menudo me piden el método para hacer este análisis, y ya que se los doy, me ven con una cara de desanimo, diciéndome “Es mucho trabajo” ¡Por supuesto!, por eso hay que empezar a hacerlo desde ya.
“Conócete a ti mismo” es la clave griega, y ya sabemos que aquellos que fueron el orgullo del Puerto de Pirea, dieron las bases para nuestra cultura. Si examinamos las partidas propias podemos construirnos o más bien reconstruirnos, reinventarnos, poco a poco cambiando los detalles malos uno por uno, como decía Benjamin Franklin. Ser nuestro propio Pigmalión. Pero hay que hacer al revés que el fabricante de “Coppelia”, no enamorarse de nuestra creación después de creada, sino antes de crearla. Enamorese de usted mismo y véase lo que será y trabaje duro para serlo, será fácil con la motivación de su visión.
Cambie su manera de pensar y cambiará usted mismo y con usted el mundo.
Para saber que cambiar, analice sus partidas y luego identifique que quiere cambiar. Sea lo más concreto posible.