En
Memoria del Maestro Alejandro Meylán.
El mundo ajedrecístico recibía a finales de
marzo de 1946 la noticia de que el reinante Campeón Mundial Alexander Alexandrovich
Alekhine había sido encontrado muerto en su cuarto de hotel en Estoril,
Portugal, el 24 de marzo de 1946.
Sólo unos días antes, se contemplaba la
posibilidad de que se organizaría un match por el título con alguno de sus
retadores. Eran los primeros meses de la posguerra y algunas federaciones de
los países vencedores de la Segunda Guerra Mundial habían cuestionado mucho la
actitud del campeón mundial de nacionalidad francesa y de origen ruso ante el
gobierno nazi que había ocupado la mayor parte de la Europa Continental entre
1941 y 1944.
Alekhine tuvo una dura vida en la Europa de
las dos guerras mundiales, ya que primero había sido un extranjero de país
beligerante en tierra alemana al momento del estallido de la Gran Guerra de
1914 a 1918, luego era un zarista al surgir la Revolución Rusa de 1917, luego
emigró a Francia, y como ciudadano francés se encontraba ante la invasión nazi
en los primeros años de la Segunda Guerra Mundial y obligado por los alemanes a
residir en Praga. Tras de aceptar competir en algunos torneos internacionales
en Alemania organizados por el régimen hitleriano, logra “negociar” el viajar a
la España franquista, con la esperanza de que su esposa de nacionalidad
francesa lo alcanzara alguna vez, se encontró sólo en Portugal al termino del
conflicto, ganándose una precaria vida con simultaneas y pequeñas exhibiciones,
con una situación política difícil, pues en muchos países se le atacaba por
escritos propagandísticos anti semitas, que siempre alego eran distorsionados
por la maquinaria del tremendo Goebbels, el todopoderoso ministro de propaganda
nazi. Tantas versiones surgieron sobre la realidad de esos escritos y la manera
en que pudo ser presionado para que a cambio de esa colaboración se garantizase
la libertad y pertenencias de su esposa, así como su propia seguridad física.
Durante esos años sufrió de escarlatina,
siendo hospitalizado en el mismo centro en que años antes muriera el Gran
Maestro Ricardo Reti de esa misma enfermedad, además de sufrir por lo menos un
infarto.
Una vida llena de altibajos, misterios y
tragedias, tuvo un fin similar.
En lo que respecta a su carrera
ajedrecística se ha escrito mucho, y es díficil añadir algo a lo que plumas
como Kotov y otros escritores soviéticos han descrito, máxime que el aparato
soviético tuvo a bien el reconocerlo como el eslabón que unía al gran Mikhail
Chigorin,. máxima estrella del ajedrez ruso del siglo XIX, con la escuela
soviética de ajedrez.
Las últimas reseñas importantes sobre el
gran Alekhine son las que provienen de su más ilustre sucesor, el GM Garry
Kasparov.
Las Teorías de Kasparov y Alejandro
Alekhine.
Kasparov expresa un punto de vista muy
interesante sobre Alekhine en el tomo I de su obra “Mis grandes predecesores”:
“Alekhine ha sido llamado “un genio de las
combinaciones de ajedrez”. Sin embargo su fantástica visión combinativa se
basaba en fundamentos posiciones sólidos y era el fruto de una estrategia
fuerte y enérgica. De ahí que Alekhine podía ser llamado el pionero del estilo
universal de juego, basado en una estrecha interacción de motivos estratégicos
y tácticos.
Alekhine estaba muy adelantado a su tiempo en su
enfoque al ajedrez.
De acuerdo a mi teoría, el juego de ajedrez consiste
de tres componentes: material, tiempo y calidad de posición.
Y cada jugador hace uso de ellos tanto como sea
posible.
Con respecto al elemento “material” todo está claro:
sobre este nivel aritmético incluso una computadora “piensa”: peón extra, pieza
extra, este es el ABC de la ciencia del ajedrez.
El segundo factor, el tiempo, es más complicado, pero
también comprensible: la ganancia de un tiempo, la velocidad del avance de un
peón pasado o del asalto de la fortaleza del rey. Al sacrificar material a
cambio de un fluido ataque , es precisamente el tiempo lo que nosotros tomamos
en cuenta…
El tercer elemento, la calidad de la posición, es el
factor estratégico menos obvio: estructura de peones, casillas fuertes y
débiles, piezas activas y pasivas, pareja de alfiles, “mal” rey…
Aquí la evaluación es una cuestión de intuición, y una
comprensión de este factor es ya un signo de gran maestría. Bueno, ¡y el más
alto nivel es la sutil apreciación de todos los tres factores!
La habilidad de sopesar todos los pros y contras,
sacrificar algo por lograr el debilitamiento de ciertas casillas, o, digamos,
debilitar nuestros peones a cambio de un par de tiempos.
Esto es accesible a sólo unos cuantos; aquí uno
necesita intuición, experiencia, talento natural o don otorgado por Dios…
Y así, Alekhine fue el primero que comenzó
intuitivamente a combinar todos los tres factores en su juego, enlazándolos
juntos.
El demostró claramente que el material es sólo una de
las formas de la ventaja.
Para crear cierto tipo de posición, él sacrificó un
peón o dos, o ¡incluso una pieza!
Algunas veces se sobrepasaba, pero en general él
procedió sobre las bases que el ajedrez es altamente diverso y el sacrificio de
material, que era estrictamente regulado por la Escuela de Steinitz, podía de
hecho proveer otras ventajas.
Frecuentemente Alekhine ponía a sus oponentes
problemas con los que no podían, eran incapaces de competir en tal nivel de
complejidad de juego.
Los maestros de la siguiente generación, encabezados
por Botvinnik y Keres, ya sacrificaban más audazmente: ¡se había convertido en
un método standard!
Y ese terreno fértil dio cosechas como Bronstein,
Spassky, Tal …”
Lo que Kasparov llama su “teoría” parece
estar en contradicción con las afirmaciones de la más reciente Escuela China de
ajedrez que considera que los tres elementos principales son: Material, Espacio
y Estructura; así como la teoría que el Maestro de San Petersburgo Alexander
Shasin esta desarrollando y que afirma que la mistificada teoría del “Plan” de
Steinitz y Lasker está refutada. Tanto Shashin como los chinos dan un papel
secundario al factor tiempo y consideran que el elemento “Espacio” no es un
factor derivado de otros, sino uno de los principales y fundamentales. Incluso
Shasin y algunos textos chinos muestran ejemplos de las partidas de Alekhine
como comprobatorios de la importancia que el moscovita daba a ese factor como
columna fundamental en la construcción de sus posiciones.
Pero Alekhine creaba sus propias
controversias.
Kasparov dice que los libros de Alekhine
como “El camino al Campeonato Mundial” son ejemplos clásicos en el arte de
comentar partidas, pero que sus artículos los aprecia como particularmente
interesantes y controversiales sobre el tema del desarrollo del pensamiento
ajedrecístico. Da como ejemplo lo que Alekhine en su reporte para el “New York
Times” sobre el torneo de Carlsbad (hoy Karlovy Vary) de 1929 escribió,
dividiendo a los participantes en dos grupos principales, los neo-románticos
(podemos leer “hipermodernistas”) y “reformistas, prediciendo:
“…promete desarrollarse una determinada batalla entre
los adherentes de dos escuelas opuestas en su interpretación fundamental de la
esencia del ajedrez. Un grupo está representado por el excampeón mundial José
Raúl Capablanca de Cuba, quien además de ser un devoto de las sesenta y cuatro
casillas es también hábil en el tenis y otros deportes físicos. Con él están
dos ingenieros, Geza Maroczy de Hungría y el Dr.Vidmar de Yugoslavia; el
matemático Dr. Max Euwe de Holanda, y el bien conocido explorador de variantes
de ajedrez, E.Grunfeld de Viena.
Para ellos el “qué” del ajedrez es más importante que
el “cómo”. La victoria es para ellos el único objetivo del juego. Sólo en raras
ocasiones, cuando su instinto creativo domina su voluntad deportiva, se
interesan en la “calidad”; y por lo general se ajustan a la aplicación práctica
de experiencias científicas ajedrecísticas.
El resultado del rechazo del aspecto creativo del
ajedrez puede ser fácilmente previsto. Resultan en la escuela de reformistas,
lidereados por Capablanca, quienes temen que la teoría, altamente desarrollada,
puede resultar en una parálisis del juego y ellos buscan revivificar el ajedrez
a través de promover una revisión de las reglas de juego. Ahora, ¿que es lo que
esta postulación significa?
Primero, una sobrestimación de la fuerza de la teoría
en un sentido utilitario. Segundo, un desprecio por lo intuitivo, lo
imaginativo, y todos estos otros elementos que elevan al ajedrez al nivel de un
arte.
Tercero, resulta en un “engullimiento” general del
desempeño creativo.
A tal nivel fatal la escuela reformista reduciría el
noble juego del ajedrez, pero afortunadamente prevalece una fuerza opositora
más fuerte, la cual se muestra ella misma en el juego de Breyer y Reti, cuyas
muertes prematuras fueron una gran pérdida para el ajedrez mundial. Como
representantes en el presente torneo de Carlsbad de su interpretación podemos
nombrar a E.D. Bogoljubov de Rusia, A.Nimzovich de Dinamarca, Dr. S.Tartakover
de Francia, Esteban Canal de Perú, F.Samisch de Alemania y E. Colle de Bélgica.
Estos maestros han logrado demostrar que incluso en la
marea de los más nuevos logros teóricos aún existe mucho campo para el
desarrollo de la imaginación, temperamento y la fuerza de voluntad.
A sus logros, el juego del ajedrez, desde la Gran
Guerra, debe su inesperado avance.
Uno puede ajustadamente designar este grupo como
“neo-románticos”, y ellos han sido referidos como tales, pero también pueden
justamente ser denominados como “los trágicos del ajedrez”, ya que, mientras
los reformistas se alegran con los errores de sus oponentes en un sentido
utilitario, los neo-románticos desean llevar a cabo su gran esquema hasta ser
completado.
Exactamente aquí entra el momento cuando el arte del
ajedrez puede ser denominado como el más trágico de todos los artes, ya que el
artista de ajedrez, en una medida, depende de un elemento más allá del alcance
de su poder, ese elemento es el hostil colaborador quien a través de descuidos
constantemente amenaza arruinar una edificación mental sin mancha.
El jugador de ajedrez que aspira a demostrar el “cómo”
del juego, verá apuntar el solitario punto como una producción pobre a causa de
la falla que gratifique su obra artística.
Su afán de crear a menudo resulta en insatisfacción,
pero al final la pasión es victoriosa, y sólo es debido a la capacidad de sacrificio
de muchos talentos iluminados del ajedrez, que sobreponen sus intereses
creativos a sus carreras profesionales que el mundo del ajedrez será liberado
de la superstición de los reformistas. El ajedrez no es fútbol.
Entre los dos grupos de competidores por
el dinero de los premios en el Torneo de Carlsbad debemos mencionar también a
los llamados “clásicos”, primeramente Akiba Rubinstein de Polonia, luego el
apóstol del peón de rey, Rudolf Spielmann de Austria, y finalmente, pero no al
último, al dotado, pero errático Campeón americano Frank Marshall”.
Alekhine decía que había tres factores para
el éxito en ajedrez: Conocerse a si mismo, conocer al oponente y jugar a ganar
algo más que la partida, sino que había que aspirar a realizar una obra de arte.
Los libros de Alekhine han llegado,
afortunadamente, a ser asequibles a los lectores del siglo XXI, pero,
desafortunadamente, muchos de sus artículos en diarios y revistas, difícilmente
pueden ser conocidos por los lectores actuales.
Kasparov, comentando las victorias
aplastantes de Alekhine en torneos muy fuertes, trata de dar una explicación
que me parece de lo más interesante:
“El
fue el primero que podía jugar con material de menos durante mucho tiempo como
si nada hubiera pasado. Chigorin también jugaba de esta manera un poco, pero él
lo hacía más espontáneamente, intuitivamente, mientras que Alekhine ¡Lo hacía
deliberadamente! El sacrificaba material por alguna, a veces poco clara,
compensación, y debido a que sus oponentes les faltaba familiaridad y eran
incapaces de comprender la situación, comenzaba a deslizarse el juego a favor
de Alekhine,
No sin razón la manera de jugar de
Alekhine no le gustaba a Fischer, un jugador de estilo clásico, a quien no le
gusta dar material, “así no más”. Una forzada interrupción del balance irritaba
a Fischer. Pero para Alekhine era la
norma, dar un par de peones, o incluso una pieza, para obtener una fuerte
iniciativa. En contraste con sus colegas, él sabía en que posición precisamente
funcionaba y en cuales no”.
Kasparov cita a Tartakover calificando a
los campeones mundiales:
“Philidor principalmente construye cadenas de peones,
Morphy ataca al rey, Steinitz busca ser metódico, Lasker la flexibilidad,
Capablanca la lógica, Alekhine en contraste a todos estos campeones, busca una
lucha como tal”.
Había que añadir ahora la descripción que hacía
Fischer:
“Alekhine es un jugador que yo jamás entendí
realmente. El siempre deseaba un centro superior, él maniobraba sus piezas
hacia el flanco rey, y alrededor de la jugada 25 comenzaba a matar a su
oponente. Le disgustaban los cambios, prefería jugar con muchas piezas en el
tablero. Su juego era fantásticamente complicado, más que ningún jugador antes
o después. Alekhine una vez derrotó a Lasker en unas 26 jugadas, sus piezas
convergieron sobre el flanco rey y la partida termino con un golpe mortal
repentino.”
Escribir sobre este gran jugador daría
material para muchos libros, y existe ya una extensa bibliografía dedicada a
él, aunque pareciera siempre ser insuficiente.
Gracias a un interesante material recibido
de amigos búlgaros, sobre su visita a Bulgaria, con partidas poco conocidas y
fotos poco circuladas, he tratado de hacer un homenaje al que en estos días, 24
de marzo, cumple sesenta años de haber abandonado la vida terrenal.
Visita a Bulgaria de Alekhine.
En ocasión de que varios Grandes Maestros
de Bulgaria visitaron México en febrero de 2006, pudiendo así recibir alguna
bibliografía que encargue a algunos amigos entrenadores de ajedrez de dicho
país, ya que considero que la Escuela Búlgara de ajedrez tiene mucho material
propio que sería muy útil conocer para la labor de la enseñanza e instrucción
del ajedrez en la Ciudad de México, entre el valioso acervo que llegó de aquel
país, observé el impacto que en los años 30s del siglo XX tuvo la gira de
Alekhine por aquel país. En simultaneas se enfrentó a varios de los mejores
jugadores búlgaros de aquella época, hoy prácticamente desconocidos en los
países de nuestra América, pero que incluso viajaron a la Olimpíada de Buenos
Aires, donde uno de ellos incluso enfrentó a Alekhine en dicho torneo, tras
empatar con él en simultaneas. Creo que será interesante para el lector conocer
algunas de esas partidas.
La visita en el mes de Abril de1936 a Sofia, la capital de Bulgaria
fue un evento muy memorable para la afición búlgara. El llegó a dicha capital
acompañado por su esposa, la Sra, Grace Wishart y , como cuentan las crónicas,
con su famoso gato siamés, llamado “Chess”. El evento principal fue la
exhibición de simultaneas de ajedrez en donde se enfrentó a los más fuertes
jugadores del país, incluyendo a los dos que serían parte del equipo olímpico
búlgaro de ajedrez tres años más tarde, Tsvetkov y Kiprov. El día de la exhibición fue el 13
de abril de 1936 y ahí Alekhine se enfrentó a 40 oponentes, dos a la ciega.
Ganó 27 partidas, entabló 9 y perdió cuatro.
Prácticamente la gran mayoría de las
partidas se han perdido, sólo algunas cuantas, de las que perdió y empató, han
sobrevivido y las presentó ahora con algunas más, que son buena muestra del
nivel de ajedrez de la Bulgaria de 1936 a 1939.
Así mismo añado algunas de Alekhine sobre
aperturas y que son parte del CD que preparo sobre la Escuela Soviética de
Ajedrez.
El 24 de Marzo de 1946.
A pesar de que mucho se ha escrito sobre
Añekhine, mucho se ignora, su vida esta llena de misterios y tragedias, así
como su muerte fue trágica y misteriosa, Muere sólo, a los 53 años, sin que
haya testigos del momento. Incluso su hijo decía que el “largo brazo de Moscú”
había alcanzado a su padre. Ya que vivo en la misma ciudad y a un par de
cientos de metros donde fue asesinado León Trotsky por ordenes de Stalin, no me
parece tan descabellada la afirmación. Aún así, todos los historiadores
concuerdan, incluso tras la apertura de los archivos secretos de Liublanka, de
la KGB, que para el gobierno soviético de aquella época, tenía grandes
conveniencias que Alekhine viviera lo suficiente como para perder un match con
alguno de los soviéticos que serían naturales retadores al título de Campeón
Mundial, sobre todo Botvinnik. Ya una vez Alekhine comentó, al posponerse un
posible match con Keres, “Están esperando a que cumpla 60 años o se deteriore
más mi salud”. El caso es que no faltó quien achacase muerte tan misteriosa a
Stalin. Pero en la nota oficial de su defunción, en Estoril, Portugal se anota:
“Alekhine muere como un resultado de asfixia causada por el bloqueo de su
laringe por un pedazo de carne” aunque uno de los testigos al momento de
encontrar su cadaver en su cuarto de hotel, debido a la expresión tranquila de
la cara del difunto afirmó “esta no fue la principal causa de su muerte, sino
simplemente coincidió con un ataque al corazón”.
Varias historias curiosas y tendenciosas
circulan en los medios lusitanos del ajedrez.
Primero fue sepultado en Estoril, donde
estuvo de 1946 a 1956, después fue exhumado y llevado a Francia por su viuda
Grace para ser enterrado en el Cementerio Montparnasse en París, Francia; pero
no se hizo ningún intento de investigar más sobre el caso, al momento de que en
ese año el estado soviético le rendía homenaje en un torneo internacional con
el que se reinvindicaba al originario de Moscú que había elegido vivir fuera de
la URSS y que muchas veces se consideró enemigo del pueblo, para después
considerarlo el eslabón entre el genial Chigorin de la época zarista y los
ajedrecistas de la Unión Soviética.
No hace mucho la prensa internacional de
ajedrez daba cuenta de los daños que su monumento funerario había sufrido por
los problemas climáticos en París, Francia. También en ocasión de un torneo en
Alemania aparecieron fotos de su hijo Alexander Alexandrovich Alekhine, hijo de
su segunda esposa, quien a pesar de no ser ajedrecista, visitaba las salas del
torneo. Pero indudablemente las crónicas de Kasparov y la aparición de CDs con
su biografía es lo que más ha ayudado a que los ajedrecistas jóvenes conozcan
más de Alekhine. Este año están programados muchos eventos en memoria de
Alekhine y seguramente surgirán nuevos libros con sus partidas. Fue uno de los
primeros campeones mundiales que viajaron por todo el mundo y quizás el primero
que visitó todos los continentes. En México jugó en el Primer Torneo
Internacional de Ajedrez que se efectuó en nuestro país. Su visita en 1932, con
el GM Isaac Kashdan, ha sido ya objeto de una crónica amplia que publiqué en
sitios web, gracias a archivos que me dejó mi abuelo materno, el General Médico
Militar Francisco Raúl Vargas Basurto, director y organizador de aquel Torneo
Internacional.
Alekhine y sus partidas siempre serán
fuente obligada para aquellos que deseen mejorar su conocimiento del ajedrez.
En esta serie, dedicada a mi maestro
Alejandro Meylán, que hoy escribo desde el centro dedicado a otro gran
Alejandro, Alejandro Báez, no podía estar ausente el Alejandro Magno del
Ajedrez, Alejandro Alekhine.
Ciudad de México a 23 de marzo de 2006.