Ante el anuncio de la nueva publicación que emprenderé: “Ajedrez,
Selecciones de Bucanero”, donde pretendo traducir y comentar en castellano selecciones
de lo publicado en sitios webs, revistas y libros de ajedrez de todo el mundo,
principalmente en ruso, alemán, inglés, polaco e italiano, algunos me comentan
que es piratería vil y atenta contra los derechos de autor.
Primero que nada, quisiera aclarar que las traducciones no
son literales y que mucho de mi cosecha y de la de otros amigos en el proyecto
se añadirá, modificando en buena parte lo publicado en otras partes. Espero
hacer modificaciones más significativas que las que de los trabajos de otros
maestros hacen “Chess Vibes”, “Chess Zone”, “Chess Evolution”, “Chess
Publishing” y “Chess Today”. Además de que muchos trabajos serán traducidos y
comentados con previa autorización y colaboración de sus autores, sobre todo
los de habla rusa y ucraniana que desean que sus trabajos sean conocidos por
otro tipo de público, muy lejano al habitual que tienen. Muchos grandes
maestros me han expresado que quieren dar a conocer algunas de sus ideas y
puntos de vista, pero que carecen de cierta facilidad de redacción y de saber
trabajar en computadora y ven su colaboración conmigo como un tipo de escuela y
aprender haciendo.
Espero que mucho material sea publicado.
Pero permítanme hablar de aquello de los derechos de autor,
patentes y cosas así.
Los que trabajan con capital y quieren aumentarlo, tienen
dos maneras de hacerlo: de una manera productiva, aumentando la producción de
valores y los que lo hacen de manera improductiva, sin crear valor nuevo. Tiene
mucho que ver en como buscan el retorno de la inversión.
El retorno de la inversión al sector productivo sólo es
posible si se alarga la vida media de los productos en general y de la
tecnología en particular.
Al aumentar la vida media, sin embargo, las ventas bajarán
en el sector y con ello la tasa de ganancia disminuye.
Muchos capitalistas desean exprimir al máximo su inversión y
no se contentan con una ganancia razonable, sino buscan la máxima posible. “Haiga
sido como haiga sido”.
Ante el callejón sin salida descrito arriba, el
inversionista ambicioso tiene la tendencia actual de la prolongación regulada
de la vida media de las cosas a partir de la “patente”, de sus “derechos de autor”.
La apropiación de los derechos de propiedad intelectual es
una política que fomenta la concentración de riqueza en cada vez menos manos y
de manera improductiva y parasitaria. La
burguesía, como gustaban decir los revolucionarios del siglo XX, o simplemente,
los gandallas; asumen el papel de los señores feudales a finales del
feudalismo. Tienen algo y quieren que todos paguen eternamente por ello.
Invirtieron diez pesos para crear un valor, muchas veces explotando y
esclavizando al verdadero creador intelectual y quieren cobrar miles de veces
por lo que crearon “intelectualmente”. Es una política estéril que fomenta aun
más la concentración improductiva del ingreso y con ello estimula aun más la recesión
a escala mundial.
Los libros, las medicinas, los programas de computación; el conocimiento en general aumenta su precio
artificialmente y se hace cada vez menos accesibles a las masas de estudiosos
que es vital, para el desarrollo humano globlal, tengan acceso a ese
conocimiento que es la memoria creativa de la humanidad.
La piratería se dice que daña a los creadores. Es cierto,
pero hay maneras. Si yo como creador intelectual que soy, me precio de serlo,
ya obtuve una recompensa o pago racional, mi deber es liberar el producto y
hacerlo accesible. A veces parece que me pirateo solo cuando publico
gratuitamente muchos de mis trabajos.
Eso me dará un reconocimiento moral y seguramente muchos que
lo aprecien no permitirán que muera de hambre y me apoyarán y podré seguir
creando. Pero si tengo otros valores y nada más busco el reconocimiento
monetario, entonces mi motivación no es en base a mis sentimientos superiores
sino en base a lo más bajo de mis pasiones, a lo peor de mi mismo exaltado y
encaminado a satisfacer necesidades animales y no morales.
Ya decía Frederich Engels que la humanidad había logrado
grandes progresos pero en base a la motivación de su animalidad, no de sus
sentimientos superiores.
El ser humano del siglo XIX y XX, el que es descrito así por
Engels tiene que cambiar al hombre del siglo XXI, así seremos como lo soñó
Martí, uniendo nuestra suerte a la de los pobres de la tierra.
Prefiero compartir el pan que hacer harina de los demás para
comer como sultán.
NO HAY CASO EN ESTAR A FAVOR O EN CONTRA DE LA PIRATERIA,
COMO EL CLIMA, EXISTE. DEBEMOS CONCENTRARNOS EN COMO VIVIR CON ELLO; MAXIMIZAR
SUS BENEFICIOS Y MINIMIZAR SUS COSTOS.