6 ago 2010

La Evolución de un jugador.


Revisar las partidas jugadas en los últimos tres años por el GM Manuel León Hoyos se puede observar un muy interesante proceso evolutivo. En 2007 se notaba su juego muy bien trabajado, cuidadoso, como quien juega con enorme respeto al contrincante y con cada partida tratándola de hacer una obra maestra. A veces se notaba estereotipado y decidido pero poco aventurado. Varios hábitos se notaban en formación. Se separaba así de su anterior etapa y se establecía poco a poco en el ajedrez magistral, de calidad real, despojándose de aquel ajedrez infantil y un cuanto ingenuo, pasando del ajedrez de la sorpresa táctica al ajedrez que balancea todos los instrumentos y herramientas que puede usar un maestro. Ya en 2008 está como estrenando una nueva visión de lo que es el ajedrez, en las conversaciones con el GM Ivanchuk y los grandes maestros que lo frecuentan, Manuel seguramente se adentra a un mundo, una manera de pensar que sólo se siente entre grandes maestros. Esta a punto de ser uno más del grupo, pues aunque es un GM de 2500, los demás lo sienten un futuro gran maestro de 2600 y 2700. Está en el noviciado, pero, gracias a su relación con Ivanchuk, ya es de los escuderos de los caballeros de la mesa redonda. Ya no todas las partidas las enfoca igual. Ya se permite jugar de una manera con los grandes maestros y de otra muy distinta con los débiles jugadores de menos de 2400. Ya para 2009 y 2010, la cantidad de torneos abiertos en que ha jugado le han dado la experiencia de cómo deshacerse sin cansancio de los jugadores de trámite. Tira golpes rápidos a los jugadores de 2300 y menos para, casi, sin despeinarse, tomar el punto y pasar a la siguiente ronda. ¡Que diferencia de aquellos tiempos en que enfrentarse a un jugador de 2300 era una tarea ardua. Ahora los ve como oasis en medio de los pantanos infestados de jugadores de 2500 a 2700. Ya es un profesional en toda la barba, ahorrando energía para los momentos difíciles, ya sin tanto respeto por algunos contrincantes, y aprendiendo a temer en serio a los de más de 2700, pero con la conciencia que le falta poco para igualarse; y ahora es mejor evitar tropiezos innecesarios. Las partidas parecen bajar de calidad pero son más pragmáticas. Ya el vuelo es en solitario y no siempre estará Ivanchuk cerca, pero aunque se le extraña no se siente imprescindible. Quizás habría que cantarle la parte esa de “Peregrina” de que “No te olvides de mis tierras…”, pues ya el Mayab a veces se siente lejano, muy lejano del Ártico.
Tras analizar y comentar unas 120 partidas del GM León Hoyos, mi primer impulso fue el de publicar los comentarios, pero un buen amigo ruso me sugirió: “Sobre un joven prometedor no hay que publicar partidas comentadas que no tengan al menos dos años de antigüedad, pues ayudaras de alguna manera a sus futuros contrincantes para que lo estudien, en cambio si tienen dos años, el jugador habrá caminado muy lejos y servirá de instrucción a muchos, pero a nadie para prepararle una partida”. Me parece bien…