(Dedicado a la memoria del Gral. Y Doctor. Francisco Raúl Vargas Basurto, 1894-1959).
Por Carlos Fruvas Garnica.
Número 1.
Como celebración a mi 95 aniversario, he pedido la ayuda de un amigo jacobino muy versado en informática para que me ayudase a relatar a ustedes algunos episodios de la historia del ajedrez en México. Pareciera pretencioso a estas alturas comenzar un libro, que seguramente no podría terminar, por lo que tomé el reto que me lanzó el Maestro Ocampo y me decidí plasmar vía Internet algunos relatos. Me pareció lo más indicado dedicarlo al maestro Vargas Basurto, abuelo materno de Ocampo; ya que Vargas me ayudó a escribir algunos artículos que publiqué en los años treinta en la Revista Mexicana de Ajedrez. Asi mismo, gracias al insigne doctor escribí varios libros sobre la historia de Veracruz publicados entre 1940 y 1960; en total 8 libros, que abarcan períodos de la historia colonial del puerto hasta la revolución delahuertista.
Recientemente leí una serie de artículos en Excelsior, diario de nivel nacional en México sobre la vida de Don Salvador Díaz Mirón, en donde se relataba que sino fuera por el Dr. Vargas, no tendríamos la colección de poemas del mejor poeta veracruzano de la historia. Pareciera que este afán de rescatar la obra de los grandes literatos de hispanoamérica se hereda y Ocampo hace algo similar en ajedrez. Quiero poner mi grano de arena en esta tarea, pero aún las computadoras no se llevan del todo bien conmigo y en un artículo que escribí sobre la visita de Alekhine a México, se me extravió el archivo adjunto con las partidas en Chess Base, por lo que aqui las añado.
Quisiera empezar con un tema. Las partidas de Araíza en Chicago y Siracusa, que en el enorme archivo de tres millones de partidas en el Chess Base de Ocampo no estan, por lo que supongo que ni los hijos de Araíza las poseen. Asi que empezamos un rescate, para que perduren de alguna forma. Mis notas, basadas en la Revista Mexicana de Ajedrez y algunos recortes periodisticos de la columna de mi paisano, el vercruzano Guillermo Bello. Y digo paisano, pues aunque nací en La Habana, Cuba, soy mexicano desde 1920, aunque sigo sintiendome cubano y veracruzano al mismo tiempo. Comencemos pues:
ARAIZA EN CHICAGO 1934.
El día primero de agosto de 1934, terminó el Torneo de la Western Chess Association, el virtual campeonato abierto de EUA de aquella época, obteniendo el primero y segundo lugares, empatados, Fine y Reshevsky, un par de jóvenes entonces que ya se revelaban como jugadores a nivel mundial. El tercer lugar fue logrado por el recientemente fallecido Arthur Dake, el vencedor de Alekhine en el Torneo de Pasadena y el cuarto lugar fue logrado por Arnold Denker, gran amigo y que, como yo, hemos visto casí un siglo de vida. También quedó participó Isaac Kashdan, que tuvo que conformarse con un quinto lugar. Empatados en sexto, séptimo y octavo estuvieron Araíza, Belson y Engholm. Araíza venció a Belson, campeón de Toronto, Canadá.
El torneo se jugó del 21 de julio al primero de agosto. Participaron 32 jugadores, que posteriormente se eliminaron mediante el sistema Holland, algo diferente al actual sistema suizo. Quedaron diez finalistas. Araíza derrotó a los siguientes maestros americanos: F.J. Rundell, H. Lew, N. Engholm, S.R. Friedman, E.Nash, al gran Ruben Fine, al maestro ruso W.Grigoriefff y al canadiense J.H.Belson; entabló con Denker y Jefferson y perdió contra Kashdan, Reshevsky, Dake y Barnes.
Posteriormente Araíza jugó una serie de simultáneas en distintas poblaciones, con magnífico resultado. Milwokee, 24 tableros; 22 ganados y 2 perdidos; Boston, 19 tableros: 16 ganados y 3 entablados; Allestown, 20 tableros: 20 ganados, y en Nueva York, en el Philidor Chess Club, 18 tableros : 17 ganados y 1 perdido.
ARAIZA EN SIRACUSA, 1934.
El formidable Torneo de Siracusa, organizado para celebrar el 50 aniversario de la Asociación Ajedrecística del Estado de Nueva York, se inició el día 13 de agosto de 1934, con quince jugadores, entre los que se cuentan: Fine, campeón por dos años de la Western y empatado en 1934 con Reshevsky, como habíamos mencionado, el mismo Reshevsky, Kashdan, Kupchik, Santasiere, Monticelli, de Italia, Seitz de Alemania, Martin, campeón de Canadá, Araíza, campeón de México, Hermann Steiner, quien fuera campeón de EUA y campeón mundial por equipos por el triunfo del equipo de EUA en las olimpíadas en Folkestone 1933, Reinfeld, campeón de Nueva York, Horowitz, prolífico escritor, lo mismo que Reinfeld; Denker, campeón entonces del Bronx y Tholfsen, aquel que jugará varias partidas inmortales con Carlos Torre en 1925 y uno de los más fuertes jugadores de la época. De acuerdo a cálculos del rating, ese torneo tendría un promedio de 2490, un nivel de los más altos de esa época, si hubiera existido el rating que se utiliza internacionalmente desde 1969.
Según el American Chess Bulletin de Herman Helms, “emprendedor y atractivo es el juego del capitán J.J. Araíza, del Ejército Mexicano y campeón nacional; uno de los diez finalistas del Torneo de la Western, de Chicago” y en otra parte expresa: “el estilo lleno de fuerza del mexicano”.
Realizado del 13 al 25 de agosto en Siracusa, Nueva York, la actuación de Araíza fue discreta, ya que fue el maestro que hizo más partidas tablas, (el Grunfeld de América como lo dijo la prensa), pero en realidad, debió ganar varias partidas tablas contra Santasiere, Reinfeld, Denker y Steiner. En cambio, empató una Defensa Petroff Araíza negras contra Horowitz llevando un peón menos y una brillante defensa, variante India contra el campeón italiano Mario Monticelli. Ganó al campeón del Canadá R.E. Martin y Tholfsen.
El Torneo de Siracusa fue un espléndido triunfo para el entonces joven maestro polaco-americano Samuel Reshevsky, que tenía 23 años. Ganó limpio el primer premio con 12 puntos producto de 10 victorias y cuatro empates. Kashdan quedó segundo, tercero y cuarto empatados Fine y Arthur Dake, Kupchik el quinto. Fueron los premiados. Un premio especial por haber hecho el mejor score contra los premiados fue para Arnold Denker, que venció a Dake y a Fine.
La prensa norteamericana elogió mucho a Araíza, que fue elevado a la categoría de uno de los mejores jugadores latinoamericanos.
Una página de orgullo para el ajedrez mexicano fue la participación de Araíza en Chicago y Siracusa en 1934.
Si me pierdo, busquenme en el Cementerio Jardín de la Ciudad de México o en el Colón de La Habana, o es que tiraron mis cenizas en el rompeolas de Veracuz.
Carlos Fruvas G.
Veracruz, Veracruz. A 3 de agosto de 2001.