El ajedrez tiene grandes cosas que aportar a la educación,
pero todos sus posibles beneficios se pierden con el ajedrez llamado “blitz”·.
Ya decía Capablanca que era divertido y útil en el proceso
de comprender posiciones y estimular ideas, pero en una cantidad limitada, pues
el exceso sería malo. Pero llegar a la marca de exceso es muy fácil y asusta
como algunas entidades educativas promueven competencias de “·blitz” (que no es
ajedrez, como muchos maestros lo han manifestado) tanto como el ajedrez, que en
su ignorancia terminaron por denominar “clásico”. Ha sido una manera absurda y
deshonesta de algunas organizaciones el fomentar el blitz para obtener fondos y
hacer torneos con mínimo esfuerzo y mayor ganancia económica. Hacer torneos, torneítos
y torneotes para sacar lana a incautos que creen que jugar “ajedrez” a 20
minutos o 5 minutos de reflexión es de algún beneficio. Si puede serlo, pero
muy medido. Cuando la fiebre por jugar blitz creció entre los escolares en la
URSS gracias a profesores flojos y perezosos que preferían, en lugar de
enseñar, hacer torneos atractivos y divertidos para ser mas populares y ya que
hacer pareos requería un mínimo de esfuerzo mental y nada de poner de si mismo,
lo estimulaban, tuvo el consejo de enseñanza del ajedrez de la URSS prohibir el
blitz.
Muchas veces he tenido que negarme a seguir dando clases de
ajedrez a niños que jugaban blitz asiduamente, ya que el tiempo que dedicaba yo
a preparar las clases era tiempo desperdiciado, ya que el enseñar a pensar con
sistema en ajedrez era inútil si el niño hacía un hábito el jugar rápido.
El Juego es Pensar, y el ajedrez es ese juego. El blitz,
como lo decían Nakamura en su libro de “Bullet Chess” o Chepukaitis en su libro
de cómo jugar blitz, uno tiene que aceptar y ser consciente, de que no es
ajedrez, solo se parece.
En las “universiadas” y en las “olimpíadas”, los vivales del
ajedrez que prefieren hacer pareos por que no tienen capacidad de dar clases,
convencieron a autoridades a que se juegue a “modalidades”· de ajedrez rápido,
blitz y “clásico”, engañándolos, pues como han oído de que el ajedrez es benéfico
para los estudiantes, creen que esas “modalidades” lo son. Pues no, el único
que es benéfico es el ajedrez, así , a secas. El que llaman “clásico”, los
otros no son ajedrez, ni el rápido ni el blitz, son otra cosa, manifestaciones
comerciales de algo bueno, y que han salido a la luz nada más para atraer a los
que no se quieren esforzar en pensar, sino gustan de aventar jugadas.
Ese “ajedrez” como el rápido y el blitz, en muy pequeñas
dosis, de unas cuantas partidas a la semana, pueden no hacer tanto daño, pero
por cada partida de 10 minutos de blitz hay que estudiar una hora, analizar una
hora, para compensar los malos hábitos que se pueden adquirir.
Gran cantidad de jugadores no progresan porque siguen
jugando blitz a cantidades excesivas y luego preguntan porque no progresan.
En Rusia, Ucrania y otros países, los jóvenes se reúnen en
los clubes a analizar partidas e intercambiar reflexiones. En México, a jugar
blitz. O peor aún, “bughouse” o “bullet”, entretenimiento de vagos. Jugar
ajedrez, analizar, requieren esfuerzo arduo, es como una labor dura, a veces
mas severa que el trabajo normal en una empresa. El blitz y el ajedrez ligero
son ocupaciones de vagos, matar el tiempo sin esforzarse en nada. Aguantar la
vida, no vivirla.
El meter las modalidades de ajedrez en base a velocidad en
el tiempo de reflexión, lo hizo la FIDE disque para hacer espectacular el
ajedrez. Al rato, para hacer espectacular el ajedrez va a solicitar que las
muchachas jueguen en bikini, o que en cada ronda se intercale una pelea de box.
Van a ver torneos de ajedrez y box, o con cada jaque se de un toque eléctrico al
contrincante. El chiste es atraer el dinero. Pero el dinero no todo es igual.
El ajedrez es de beneficio para la educación, tanto como el
blitz o el “·bullet” son de daño para la formación del individuo. Y ya no
escribo más, pues me voy a un torneo de blitz, a ver si saco una feria…