El libro de Dreev de sus 100 partidas selectas que por fin apareció en inglés, para fortuna de los que sienten que el ruso es idioma esotérico, entre sus muchas virtudes, ya que está repleto de excelentes análisis y muy ilustradores comentarios sobre sus experiencias, esta la de hacer notorio su agradecimiento a los grandes instructores que lo formaron. Hace patente que realmente tuvo mucha suerte, aunque aprovechada gracias a la comprensión de dos padres que perserveraron en que su hijo tuviera las mejores personas que influyeran en su formación como persona y ajedrecista.
El primer instructor que tuvo Dreev a los 8 años se dio cuenta de su enorme talento y además de enseñarle todo lo que pudo, supo encaminarlo para que se dirigiera a un entrenador más capacitado. Cuando Dreev tenía 10 años, Dreev tuvo que viajar con su padre 1200 kilometros solo para asistir a sesiones de tres días con Dvoretsky. Este esfuerzo de energía y dinero se hizo en varias ocasiones.
Otro jugador, de la misma ciudad, de la misma edad, con el mismo rating a los 8 años y con talento similar, Korelov, se quedó de los 8 años hasta los 14 años con el mismo entrenador, que nunca lo quiso soltar o canalizar. A los 20 años Dreev era un gran maestro y excampeón juvenil de Europa con más de 2570 de rating. Korelov a los 20 años era candidato a Maestro Nacional y un ex joven prometedor de 2210 de rating. Korelov a los 12 años tenía 2100 de rating, a los 16 2205 y cuatro años después 2210. Si bien el rating no dice todo, lo que si esta claro es que Dreev que paso por tres entrenadores de los 8 a los 14 años, logró hacerse gran maestro antes de los 20 años, mientras Korelov, con el mismo entrenador con que se topo, uno mediocre y que ni siquiera esta titulado como entrenador, que al darse cuenta del talento de su pupilo quiso colgarse de su talento, se hundió finalmente.
Korelov, después de los 25 años trabajó con otro entrenador y ahora a los 38 años está a punto de lograr el título de Maestro Internacional.