Vasili A. Sujomlinsky apuntó: "sin ajedrez no podemos concebir una
educación cabal de las facultades mentales ... Este juego disciplina el
pensamiento, educa la capacidad de concentrarse. Pero lo que más cuenta es que desarrolla tanto la memoria como el
pensamiento matemático”
Sujomlinsky,
igual que Lev Tolstoi, creo su cartilla de ajedrez, que luego propuso en un
congreso de entrenadores de ajedrez en 1963. La cartilla de Tolstoi de 1901,
era basada en las de Emanuel Schiffer y la de Dufresne, además tenía su fundamento en las ideas generales de Tolstoi de
la enseñanza:
La
pedagogía libertaria, como en Yasnaia Polaina, la Escuela creada por él.
Naturalismo estilo Rousseau y amor al ser humano como Pestalozzi, respeto al niño, el maestro es un árbitro y
coordinador, un “Sputnik”, compañero de viaje y deja predominar la libertad en
contra de la imposición escolar habitual en su tiempo, hace diferencias entre
la educación y la instrucción. Es, como decía Tolstoi, espíritu ruso de la gran
madre patria. Vasily Alexandrovich hizo su cartilla para La escuela de la alegría, basada en la idea de los campos de tensión.
Para
Sujomlinsky, en la escuela tiene que haber un ambiente alegre “un niño triste
no puede aprender”. Tiene que haber también un estado de tensión pero no continuo, el
entrenador entonces tiene que hallar una manera de crear tensión y de poder
reducirla cuando así lo considere. Irla aumentando progresivamente y después
irla reduciendo. Como un sístole y un diástole. Disciplina, pero ir formando
una autodisciplina, sin llegar al grado de Gramsci, para seguir la pedagogía
del esfuerzo y el trabajo, pero en alegría.
Por
eso con los niños pequeños es mejor que trabajen con cuadernos de trabajo antes
de que jueguen partidas entre ellos. Poco a poco, con “protoajedrez” y
laberintos, ir creando los campos de tensión. Hacerlo abruptamente y aceptar la
confrontación niño con niño es enfrentarlos al triunfo y a la derrota antes de
que comprendan el verdadero espíritu de la competencia. Alegremente deben
conocer esos dos aspectos para poder darles su verdadera dimensión.
Cuando
los niños están muy influidos por los padres en lo importante que es el triunfo
deportivo hay que dar pausas para reformular sus conceptos.
Por eso los entrenadores de niños en la Unión Soviética temían al juego rápido, al blitz. En definitiva en las escuelas de la URSS de 1930 a 1960 los niños en las aulas no tenían acceso a los relojes, estos eran usados exclusivamente en competencias formales. No había más que el ajedrez “pensado”, lo demás eran ejercicios de análisis y las competencias eran más bien de resolución de combinaciones hasta los 10 años de edad. Ya entonces venían los torneos.
Por eso los entrenadores de niños en la Unión Soviética temían al juego rápido, al blitz. En definitiva en las escuelas de la URSS de 1930 a 1960 los niños en las aulas no tenían acceso a los relojes, estos eran usados exclusivamente en competencias formales. No había más que el ajedrez “pensado”, lo demás eran ejercicios de análisis y las competencias eran más bien de resolución de combinaciones hasta los 10 años de edad. Ya entonces venían los torneos.