En la actualidad la mayoría de países aun no desarrollados
tratan de estrechar la brecha digital en la enseñanza que existe con los países
ya desarrollados.
Se hacen reformas educativas de diversa índole, muchas veces
poco afortunadas, para intentar pasar lo más rápido posible del aula del siglo
XIX a la del XXI, ahorrándose mucho de lo que pasó en el siglo XX en la
pedagogía avanzada.
Lamentarse que no tomaron en cuenta todo lo que los
pedagogos catalanes aportaron en América y envidiar que los soviéticos si la
aprovecharon, parece tema recurrente en mis escritos, pero también lo es el que
exprese que la computación potencializa todo lo bueno y lo malo de la
enseñanza que había antes de su uso en
el aula.
El caso es que sin pasar por enseñar a pensar a los
escolares, ahora se les llena de informática, y se espera que luego aprendan a
pensar. Esto de poner los caballos detrás de los carruajes es muy común en la
América Nuestra y con esas realidades hay que vivir.
Tratando de que el ajedrez llegue lo mejor posible al medio
educativo, he hecho diversas propuestas a las instancias legislativas que han
sido bien recibidas, aunque no igual de bien comprendidas e interpretadas. Ya
por ahí piden que el ajedrez sea materia obligatoria, lo que puede traer un
caos de arranque, y parece que hay una mayoría en el congreso que puede hacer
efectiva la iniciativa. Pedí que fuera materia, pero por ahí pensaron que de
una vez se hiciera obligatoria. Un proceso que podría llevar décadas, como fue
en la URSS, donde nunca se pretendió que fuera obligado el estudio del ajedrez,
sino que fuera ofertado, o sea que todo escolar soviético conociera el ajedrez
y tuviera a disposición medios para proseguir su estudio, pero como opción, no
como obligación. Aún así la demanda fue tan grande, que tuvieron que hacer
muchos malabares para obtener recursos y preparar personal. Y eso que nunca
rebasó del 30% la cantidad de escolares atendidos en la URSS en ajedrez. Habría
que imaginar que hubiese pasado si el 100% de los escolares hubiera solicitado
estudiar el ajedrez.
El caso es que piden herramientas para que los niños
estudien, no solo ya con computadoras, que en ese aspecto ya tenía yo más o
menos cubierto la manera de hacerlo, sino ahora con tablets, con el famoso
android.
Los que ya a cierta edad entramos en la computación, o sea
que no somos “nativos” en la informática; hemos tenido que adaptar nuestra
forma de estudiar decimonónica al estudio en esta era “visual” del siglo XXI, y
bregar con las PCs, pero las tablets si ya pasan al 100% de visualización y
cuesta mucho adaptarlas para que “enseñen a pensar”. No dejan nada a la
imaginación ni a la visualización mental, todo es visualización real.
Por supuesto que ya hay decenas de programas para Android
para jugar ajedrez y unos cuantos ya para estudiar, pero basados en “ver”
físicamente y no mentalmente. Hay que hacer muchas adaptaciones para que el
escolar use su mente para ver, cuando en sus manos lo que tiene es una
pantalla.
El caso es que aún la pedagogía va algo atrasada en hacer
los estudios científicos para evaluar si las tablets rinden resultados
positivos y en que área y orden. Mientras tanto los escolares serán como
cobayos y los profesores serán victimas de todo tipo de desorientaciones y
quejas, que en lugar de estimularlos y ayudar a que se superen, parece ser la
intención el minimizarlos, pues su pensamiento crítico es una amenaza para el
neoliberalismo.
Lo curioso es que esas tablets, arma maquiavélica del
neoliberalismo, puede ser un boomerang que ayude a que los escolares no solo
obtengan información para trabajar como autómatas, sino que puede ayudarles a
aprender a pensar y ser mentes reclamantes que, finalmente, vean la verdad que
los liberará.
Pero no hay que atarse al futuro, sino que el presente fluya
y ya veremos…