Siempre se han contemplado dos grandes problemáticas para
introducir el ajedrez en las escuelas: ¿Cómo? Y ¿Con quien?.
Por lo general el asunto del ajedrez en las escuelas lo
tratan de liderear personas que no son ajedrecistas y que además no está claro
que amen al ajedrez.
Usan los nombres de grandes jugadores, incluso los llegan
a rentar, les dan un dinero para usarlos, pero la regla es que los que liderean
las gestiones no son jugadores que participen en torneos y por lo general
bastante ignorantes en como jugar.
Entonces los problemas que surgen son resueltos de una
manera en que no se ve el amor por el ajedrez y mucho menos por los
ajedrecistas. Por lo general abundan entre los gestores personas que tienen
resentimiento con los ajedrecistas, y eso influye en sus como y su con quien.
Creo que eso provoca el fracaso de esos intentos. Pues
hacer algo sin amor, sin vocación, hace que haya descuidos, inadvertencias aquí
y allá, falta de sensibilidad. Hacer ajedrez sin ajedrecistas es bien difícil.
El lema de aquellos, digamos “resentidos” es: Más fácil
hacer de profesores instructores de ajedrez, que de instructores de ajedrez
profesores.
O sea, para llevar al ajedrez a las escuelas, hay que
hacerlo con personas ajenas al ajedrez, pero ya metidos en el medio escolar,
que con ajedrecistas ajenos al medio escolar e introducirlos al medio.
Esta claro que en el sector educativo la tendencia es
discriminar ajedrecistas, desplazarlos y reclutar personas que no aman al
ajedrez, que se servirán del ajedrez, no que servirán al ajedrez.
En muchas gestiones, me presentó con mis grados
académicos, con mi experiencia como funcionario público, etc., todo va sobre
ruedas, pero cuando llega el momento de que se discute como conseguir la
información técnica de ajedrez y en ese momento aclaro que además soy Maestro
Internacional de Ajedrez y encima entrenador de ajedrez con experiencia de
cuatro décadas, entonces resultan los problemas. ¿Es ajedrecista? Me preguntan,
personas que ahora ocupan cargos públicos altos y que otrora incluso laboraron
como subalternos míos en actividades ajenas al ajedrez en el servicio público y
empiezan a decir, “Bueno, usted es un caso excepcional, pero sería mejor formar
un equipo de gente que no fueran ajedrecistas, es decir, que sean más bien
pedagogos, aunque nada sepan de ajedrez”. Y el argumento principal que les estampo en la
cara es que “Sin amor profundo por el ajedrez, la cosa no funcionará. El que
trabaja solo por lo que le pagan, no merece que le paguen por lo que trabaja.
Muchos intentos por promover ajedrez en las escuelas han fallado por no hacerlo
básicamente con ajedrecistas. Ya ha habido varios programas pilotos de ajedrez
en la SEP, todos fallan por lo mismo, no hay amor por el ajedrez. Sin vocación,
no dan el kilometro extra, necesario para el éxito”.
El como para mi es claro, preparando ajedrecistas para
que los ajedrecistas profesores capaciten al profesor del aula para que den una
hora al ajedrez a la semana cuando mucho y canalice a los más afectos al
ajedrez a cursos fuera de horario, o en escuelas de tiempo completo, con los
ajedrecistas profesores. Pero aquella formula de pedagogos hacerlos
ajedrecistas no funcionará.
Se proponen en algunos países, como en España, los
siguientes niveles:
Daniel Escobar, dice de los seis títulos de diferentes niveles que
deben habilitarse para satisfacer toda la previsible demanda de los próximos
años. Docente: clases de iniciación en colegios. Educador: profesor de ajedrez
para personas con necesidades especiales (síndrome TDAH, autismo, Ásperger,
cárceles, rehabilitación de drogadictos, retraso o prevención del Alzheimer,
etc.). Instructor (también llamado “Monitor de Nivel 0”): iniciación técnica en
clubes o cursos avanzados en colegios. Monitor de niveles 1 y 2: tecnificación
deportiva. Entrenador (o “Monitor de Nivel 3”): preparación para la alta
competición.
No me suena, y va contra
setenta años de experiencia en la URSS. Va mucho con la idea de ajedrez en las
Escuelas sin ajedrecistas.
¿Cómo empezaron en la URSS?
Convocaron a ajedrecistas, algunos ya por su iniciativa daba clases con métodos
empíricos. Reunieron a los ajedrecistas, los capacitaron con métodos pedagógicos
de punta, curiosamente intervinieron en apoyo pedagogos catalanes que se
refugiaron tras las persecuciones que venían desde tiempos de Ferrer i Guardia;
y se aseroraron técnicamente con extranjeros como Capablanca y Carlos Torre,
para tener ajedrecistas que ya con conocimientos de entrenadores crearan secciones
de ajedrez en los círculos de pioneros de las ciudades y se hicieran cursos
para los profesores de grupo de primarias y secundarias para que dieran clases
para enseñar a mover las piezas, para que el alumno conociera el ajedrez, no
mas de 6 horas en un semestre. Luego los que gustaran del ajedrez, iban a los círculos
con los ajedrecistas profesores. Normalmente un promedio entre 15 y 20% de los
escolares. Los otros 80% solo tomaron las seis horas al semestre de ajedrez que
eran obligatorias y tuvieron al ajedrez como algo paralelo, presente, pero no
básico en su vida. El 20% restante, participaban mucho y con el tiempo “contaminaron
a los demás”. Si el 20% de los escolares se acercaron al ajedrez, ya adultos o
en sus años juveniles, ya era un 40% de la población. Si en cambio se da
obligatorio el ajedrez al 100% de los escolares con 30 o 40 horas al año, a la
edad adulta no seguirá jugando el ajedrez más que un 6 a 7%, según estadísticas
en la ciudad de Rostov del Don, que durante 15 años llevó un plan piloto de
ajedrez obligatorio en las escuelas. Creo que lo obligatorio debía ser darles
clases unas seis horas al semestre, a cargo del docente general del grupo y
luego, opcionalmente, tomar clases, unas tres horas a la semana con un
ajedrecista profesor. Asi fue en la URSS, asi funciona en muchos países. La
mejor enseñanza del ajedrez viene de alguien que ame al ajedrez, de
ajedrecistas profesores. Desgraciadamente muchos proyectos vienen de ex
ajedrecistas resentidos, de aquellos que desprecian a los que han dedicado su
vida al ajedrez, a los que pecan por amar al ajedrez.
Asi pasa a veces en la vida,
algunas mujeres no aceptan a quien los ama con locura… Saben que su amor los
hace vulnerable.
El ajedrez debe enseñarse
con buena técnica, pero es mejor trasmitirlo con amor. De entre Fe, Esperanza y Amor, lo importante
es el amor, el ágape, decía San Pablo.