En
2017 se publicó una serie de libros con el título de “Ajedrez en Escuelas”
escritos por las maestras Prudnikova y Volkova, describía programas para
primero, segundo y tercer año de educación básica y cada uno de ellos tenía los
cuadernos para alumnos, uno con recomendaciones para los profesores de grupo y
un tercero que era un cuaderno de trabajo con ejercicios.
Están
diseñados para interesar a los niños y para que se impartan a grupos completos
de escolares.
Difiere
de los que se publicaban en la URSS, de 1926 a 1990, en que los libros eran
para niños que asistían a los Círculos de Pioneros y que ya estaban interesados
en el ajedrez y requerían libros y cuadernos más exigentes.
Los
de Prudnikova y Volkova están para presentarse a todos los escolares, mientras
los de la URSS estaban para ser presentados a millones de niños, si, pero que
eran quizás entre el 10 y el 20% de la población de escolares.
Pero
si comparamos con los manuales que la GM Susan Polgar y su esposo Paul Truong
publicaron, vemos que estos últimos están hechos para los niños cuyos padres
desean que sean fuertes jugadores de ajedrez y pueden pagar los altos costos de
promover a un niño en un mundo de ajedrez mercantilizado. Son libros dedicados
a unos miles de niños y que requieren sistemas de “fast track” para que tengan éxitos
deportivos inmediatos en el ajedrez.
Esos
tres tipos son válidos y tienen que ser comprendidos en un manual completo de
un instructor.
En
Rusia, Armenia, la India y China, hay otros tipos de libros para ir elevando a
un jugador categoría por categoría y que no están enfocados a niños solamente.
Hay la distinción no es etaria sino de acuerdo a niveles, pues lo mismo hay
ahora grandes maestros de más de 50 años que de menos de 15 años de edad.
Y
ya que un instructor puede laborar en una institución de educación superior
unas horas y en otras en un pre- escolar, debe estar armado apropiadamente para
todos los niveles en que pudiese actuar.
Es
curioso que también algunos padres que quieren ser instructores para sus hijos,
que laboran en otra profesión u ocupación, han recibido el Manual del
Instructor con agrado, porque resuelve el poder dar un impulso inicial adecuado
a sus hijos en el mundo del ajedrez, y por supuesto es mucho más económico,
pues prácticamente tienen todo lo necesario para unos tres años de estudio de
sus hijos, con una biblioteca a la mano, que si la tuvieran que adquirir sin
orientación, saldría en un par de miles de dólares.
El
caso es que me motivan los comentarios de los que adquieren y conocen el Manual
del Instructor, sobre todo cuando dicen que está muy completo.